¿estarán los extraterrestres comprando bolsos Louis Vouiton?
Lo de escribir mal el nombre (VUITTON), lo hacéis queriendo para que no os acusen de dañar la marca, ¿no?
¿estarán los extraterrestres comprando bolsos Louis Vouiton?
Lo de escribir mal el nombre (VUITTON), lo hacéis queriendo para que no os acusen de dañar la marca, ¿no?
Muchas explicaciones para no dar ni una en el clavo. La realidad es que todas las empresas intentan pagar lo mínimo posible en todos sus gastos y maximizar los ingresos. Los exportadores netos están acostumbrados a ofrecer a los importadores la documentación ajustada al mínimo gasto posible.
Hablando en plata, los exportadores facturan cantidades inferiores a los valores reales, para que sus clientes puedan eludir impuestos a la importación. (aranceles, tasas anti-dumping e impuesto sobre el valor añadido).
Cualquiera que haya tenido la más mínima relación con el comercio internacional sabe perfectamente que los exportadores chinos tienen, como práctica habitual, la costumbre de ofrecer a sus clientes la posibilidad de confeccionar las facturas por valores hasta un 50% inferiores a los reales, ya que los aranceles de importación se cobran sobre dichos valores más los gastos de transporte hasta la aduana de entrada. De esa manera los importadores reducen hasta en un 50% (o más) el pago de impuestos.
Como la circulación de capitales es libre, no hay restricción alguna a la salida de divisas: el comprador puede pagar lo que se le antoje, a quien se le antoje y cuando se le antoje. Por mucho que se empeñe, el estado tiene las manos atadas para demostrar esta clase de fraude, y no serán los chinos quienes vayan a chivarse.
Las aduanas en los países importadores contabilizan un valor (falseado hacia abajo), pero los exportadores contabilizan otro en sus balances (el auténtico). El descuadre está servido: aparentemente, los chinos, indios, brasileños, etc., exportan 20 y los europeos y norte-americanos importan 10. ¿Y los 10 que faltan?... Pues serán los extraterrestres, oiga... ellos mirando para otra parte y silbando.
No hace falta más que ver algunas de las facturas emitidas por empresas del sudeste asiático para comprender que ni antidumping ni pollos en vinagre. Con algunas facturas no se cubre ni el coste de las materias primas empleadas en la fabricación de los productos que soportan, ni aunque estén compradas a precios de China.
Por si hubiera alguna duda, me parece estupendo que así sea. Los aranceles y demás trabas al comercio internacional no deberían existir, en ningún sitio. Pero preguntarse a que se debe ese desfase me parece de una ingenuidad verdaderamente bucólica; todo esto es un inmenso secreto a voces.