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La UE certifica el fin del 'milagro' económico español

Cuando el todavía presidente llegó a La Moncloa, España acumulaba décadas de convergencia con Europa; desde 2008, esta tendencia cambió.

Aunque en estos momentos pueda parecer extraño, hasta hace apenas unos pocos años eran habituales los artículos de prensa, informes oficiales y trabajos académicos acerca del milagro económico español. Con este nombre se conocía al proceso por el cual un país que parecía sumido en un atraso endémico conseguía (casi) equipararse a sus vecinos europeos en términos económicos.

El camino había comenzado en la década de los sesenta y continuó con la democracia. Prácticamente no hubo ningún año (quizás con un mínimo paréntesis en la crisis del 93) en el que la riqueza de los españoles no se acercase a la de franceses, alemanes o italianos. De esta manera, un objetivo que parecía impensable –que la renta per cápita de los hispanos fuese superior a la de los habitantes de estos países- comenzó a rozarse con la yema de los dedos.

De hecho, el propio José Luis Rodríguez Zapatero alardeó a mediados de su primer mandato del incremento de la prosperidad en España. Aquella frase acerca sobre que el país estaba en "Champions League de la economía europea", pronunciada en septiembre de 2011, es una de las más recordadas de sus primeros años. Aún más atrevido fue un año después, ya en plena crisis, cuando pronosticó que en "3 ó 4 años" España superaría a Francia en términos de PIB per cápita.

¿El final del camino?

Pues bien, la casualidad ha hecho que justo esta semana, en la que se constituye el nuevo Parlamento que acabará con el mandato de Rodríguez Zapatero, se conozca uno de los datos más dañinos de sus ocho años en La Moncloa. Este martes, Eurostat (la oficina estadística de la UE) ha certificado especialmente que España vuelve a no ser más rica que la media de la Unión Europea. Es decir, que no sólo no está en la Champions League, sino que está a punto de descender a la segunda división europea.

La ratio más utilizada para medir la prosperidad de un país y de sus habitantes es la que mide el Producto Interior Bruto per cápita. Sería algo así como la riqueza que les toca a cada ciudadano de un Estado. Suponiendo a la UE-27 un PIB pc de 100, los españoles alcanzaban un nivel de 91 en 1995, que subió a 100 en 2002 y alcanzó el 105 en 2006. Todo este proceso fue histórico. Desde la Segunda Guerra Mundial (al menos) nunca España fue más rica que la media europea. El hito alcanzado en 2002 era todo un ejemplo de la capacidad productiva del país.

Pues bien, lo que se ha conocido este martes a través de Eurostat es que España vuelve a estar en el nivel 100 (el de la media). Y si se cumplen todas las previsiones, caerá por debajo en 2012, puesto que todos los expertos apuntan a que crecerá menos que el resto de la UE. De nuevo, la economía española vuelve a la segunda categoría. Y no es un retroceso puntual, lleva tres años perdiendo terreno respecto a sus vecinos.

En el siguiente gráfico, puede verse la comparación con Francia, Italia, Alemania y la media de la UE-27. Una tendencia que parecía imparable –la convergencia con los grandes y ricos estados de la Unión- ha cambiado de rumbo. Incluso, en términos de riqueza neta (es decir, sin entrar en comparaciones), los datos apuntan a que los españoles no han ganado nada con el Gobierno de Rodríguez Zapatero. De esta manera, la renta per cápita se ha situado en niveles de 2002. Es un retroceso sin parangón en las últimas décadas. Ahora, el nuevo Ejecutivo de Mariano Rajoy tendrá como reto hacer que aquel milagro no se quede sólo en un bonito recuerdo.

En comparación con 2009, el país de la UE que más riqueza por habitante ha perdido es Grecia, que ha pasado de 94 puntos a 90 puntos en 2010, seguido de Italia y España, donde el PIB per capita ha caído tres puntos. Por encima de España, que ocupa el puesto 13 de 27 en riqueza por habitante, se han vuelto a situar Suecia (123 puntos), Bélgica (119 puntos), Alemania (118 puntos), Finlandia (115 puntos), Reino Unido (112 puntos), Francia (108 puntos) e Italia (101 puntos), país que superó en 2009 a España en PIB per capita. Los países más pobres de la UE son Bulgaria (44% de la riqueza por habitante media de la UE), Rumanía (46%), Letonia (51%), Lituania (57%), Polonia (63%), Estonia (64%), Hungría (65%) y Eslovaquia (74%). Les siguen República Checa y Portugal (80% del PIB per cápita medio comunitario), Malta (83%), Eslovenia (85%), Grecia (90%) y Chipre (99%).

Empleo, más de lo mismo

Otra casualidad ha hecho que también este martes se haya conocido el informe de octubre sobre paro de la OCDE. Aunque no tiene la relevancia informativa del trabajo de Eurostat (que se publica sólo una vez al año), confirma completamente lo que éste desvela. De esta manera, la tasa de desempleo subió una décima en el último mes en el conjunto de la OCDE para situarse en el 8,3% de la población activa, mientras que en Espala creció en tres décimas, hasta el 22,8%, lo que acrecentó todavía más su distancia como el país con más desempleo.

En la Eurozona, el nivel de desempleo aumentó una décima y llegó al 10,3% en octubre, el nivel más alto registrado desde el inicio de la crisis global en 2008. Dentro de la zona del euro, el comportamiento fue desigual, con alzas como la ya citada en España o también de tres décimas en Holanda (al 4,8%), de dos décimas en Italia (al 8,5%) y en Austria (al 4,1%), pero también con una significativa reducción de dos décimas en Alemania (al 5,5%) y de una décima en Bélgica (al 6,6%). En Francia se mantuvo sin cambios en el 9,8%.

A falta de la actualización de los datos de Grecia, España fue el país de la OCDE en el que más se agravó la situación del empleo entre octubre de 2010 y el mismo mes de 2011, con una tasa de paro que experimentó un alza de 2,3 puntos. La evolución había sido mucho peor en Grecia hasta agosto (la cifra disponible más reciente), con un incremento de 5,4 puntos en un año hasta el 18,3 %.

De nuevo, viendo la evolución en el medio plazo, puede observarse como aunque España siempre estuvo en la cola de la UE en cuanto a paro, al menos durante unos años pareció que esta enfermedad podía dejar de ser incurable. De hecho, el proceso de creación de empleo que se inició en 1995 y duró más de una década provocó que incluso llegase a superar por momentos a Alemania. Han pasado menos de cinco años de aquello, pero viendo el siguiente gráfico, parecería un siglo.

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