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Juan Velarde

Las recomendaciones

Como se ve, en el eurosistema se vuelve a este planteamiento y España se encuentra inmersa en él. Salirse de esa realidad sería, literalmente, una catástrofe segura.

Como se ve, en el eurosistema se vuelve a este planteamiento y España se encuentra inmersa en él. Salirse de esa realidad sería, literalmente, una catástrofe segura.

El mundo de la Eurozona tiene entre sí lazos muy íntimos. La actual crisis los ha puesto de relieve. Efectivamente, los países que la constituyen habían, comenzando por Alemania, saltado el conjunto de las reglas que parecían, el 2 de mayo de 1998, imposibles de vulnerar. Sin embargo, se abandonaron, y en parte notable lo que ahora sucede en todo el área a ello se debe, muy especialmente en el ámbito fiscal.

Por eso hay que aplaudir las medidas que en ese sentido se han comenzado adoptar en España por el Gobierno Rajoy. Acaba de tener un respaldo en el Editorial del número de diciembre de 2011 del "Boletín Mensual" del Banco Central Europeo. En él se lee, respecto al mantenimiento del eurosistema que, en cuanto a las políticas fiscales, "es urgente que todos los Gobiernos de la zona del euro hagan todo lo posible por apoyar la sostenibilidad fiscal de la zona en su conjunto. Un nuevo pacto fiscal que comprenda una restauración fundamental de las reglas fiscales, además de los compromisos fiscales formulados por los Gobiernos de la zona del euro, es el requisito previo más importante para restablecer el funcionamiento normal de los mercados financieros". Y a continuación se apostilla, para afianzar aun más la política que podríamos llamar Rajoy-Montoro: "Los gobernantes tienen que corregir los déficit excesivos y avanzar hacia el equilibrio presupuestario en los próximos años mediante la adopción y aplicación de las medidas de ajuste necesarias. Esto contribuirá a la confianza en la solvencia de la actuación política y mejorará así el clima económico general".

Lo cómodo sería no actuar, incluso con poca dureza, en el conjunto de los gastos e ingresos, de modo conjunto. Pero Schumpeter, en su Historia del Análisis Económico (parte IV, capítulo 2) nos escribió para siempre que "nada muestra tan claramente el carácter de una sociedad y de una civilización como la política fiscal adoptada por sus gobernantes" y por supuesto, –recojo de nuevo las palabras de Schumpeter–, que "en general, la financiación con déficit siguió siendo condenada", desde finales del siglo XIX a la I Guerra Mundial, "por frívola e indigna de un gobierno respetable".

Como se ve, en el eurosistema se vuelve a este planteamiento y España se encuentra inmersa en él. Salirse de esa realidad sería, literalmente, una catástrofe segura. Más nos valen, pues, las molestias inmediatas –un purgatorio por las malas políticas económicas seguidas en los últimos ocho años–, que ese infierno económico, por ello permanente, que es lo que asomaba el 20 de noviembre de 2011.

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