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Las empresas también recurren al polígrafo para investigar a sus empleados

La famosa máquina de la verdad también puede ser una buena manera de ganarse la vida; Conchita Pérez lleva seis años en el negocio.

"La poligrafía es el puente entre la incertidumbre y la tranquilidad". Así define Conchita Pérez su profesión en la página web de su empresa, Grupo Verty. Esta emprendedora es la única mujer de España que está acreditada por la APA (American Polygraph Association) y por la BEPA (British & European Polygraph Association), la única asociación de poligrafistas reconocida en Europa.

La poligrafía en España se dio a conocer a través de la televisión (en aquel mítico La máquina de la verdad de Julián Lago), pero cada vez se aplica más a nivel empresarial y personal. Aunque algunos pueden dudar de la fiabilidad de esta prueba, la poligrafía es una ciencia que, a través de un instrumento, registra los cambios neurofisiológicos que se producen en un individuo estimulado psicológicamente cuando dice algo que no es verdad.

El polígrafo es una herramienta normalizada en países como EEUU, Gran Bretaña, Israel, Rusia o Bélgica. Según Conchita, en EEUU su uso está muy extendido entre las fuerzas policiales y judiciales, e incluso el Pentágono cuenta con 500 poligrafistas en nómina. Conchita cuenta en una entrevista a Libre Mercado qué hay detrás de la polémica prueba del polígrafo.

Pregunta (P): ¿De dónde surge la idea de dedicarte a esto?

Respuesta (R): Tenía una empresa instaladora de productos líquidos petrolíferos, de surtidores de gasoil. Tuve un percance con un policía hace unos seis años, un malentendido con un policía que no tenía razón, pero no había testigos y me di cuenta de lo difícil que lo tenían las personas en ciertos casos para demostrar su inocencia. Recurrí al que en ese momento era el único poligrafista de España. A partir de ahí, me empecé a preocupar de la gente que no puede demostrar su inocencia.

P: ¿Cuándo comenzaste a ejercer como polígrafa cualificada?

R: Me formé en la American Polygraph Association, que es el título más prestigioso de esta profesión, y a finales de 2007 empecé a ejercer. Es una rueda, en estos cinco años cada vez más gente demanda mis servicios. Llevo cinco años en esto y estoy ayudando a mucha gente para demostrar tanto la inocencia como la culpabilidad.

P: ¿Qué es necesario para ser polígrafa?

R: Primero te preparas durante ocho meses. Es fundamental la psicología. Soy la única mujer en España con la acreditación de la APA, en la que cada año tienes que renovar ese permiso. La psicología es fundamental. Yo antes trabajaba en un hotel, por lo que estaba muy de cara a la gente. Para esta profesión hay que ser espabilada, además creo que las mujeres tenemos una intuición especial para analizar a las personas.

P: ¿Es una prueba fiable?

R: Tiene una fiabilidad de entre el 95% o 98%. Por encima del 80% sabes si una persona está mintiendo o no. Por los 42 músculos que tiene la persona en la cara ya sabemos cuándo la persona está mintiendo.

P: ¿En qué consiste la prueba?

R: La prueba consta de tres partes. Primero, una entrevista previa con el cliente, en la que se explica la metodología a seguir y los fundamentos neurofisiológicos en los que se basa el examen. Hay que reseñar que el estado nervioso que puede presentar la persona testeada no influye en los resultados.

Después se desarrolla la prueba. El cliente es conectado al polígrafo mediante sensores que miden sus reacciones psico-fisiológicas que quedan convenientemente registradas. La última parte es el análisis de los resultados y la elaboración del informe.

P: ¿Qué tipo de personas encargan tus servicios?

R: De todo tipo. Personas que dudan de la fidelidad de su pareja, robos en empresas, familias…

P: ¿Es una prueba válida en un juicio?

R: Depende del criterio del juez. Por ejemplo, en Canadá es una prueba contundente y en EEUU es una prueba más en los casos de agresión sexual. En España, de momento, es una prueba testifical más que se tiene en cuenta. En otros países, para temas sexuales como el de Marta del Castillo el polígrafo es la clave.

P: ¿Cree que en España acabará siendo una prueba determinante en un juicio?

R: Creo que va a avanzar en este sentido, va a llegar a ser reconocido con la necesidad que hay y, sobre todo, porque es una ciencia. Es una prueba científica que funciona si la persona que lo hace está cualificada. Actualmente, hay mucho intrusismo. Cafres que se compran un polígrafo y se dedican a engañar a la gente. Eso hace mucho daño a la profesión.

P: Eres conocida por ser la encargada de hacer el polígrafo en el programa de televisión Sálvame Deluxe, ¿crees que la aplicación del polígrafo en este tipo de programas le resta seriedad a la prueba?

R: No es el tipo de programas sino el tipo de preguntas. La gente tiene respeto al polígrafo, sabe discernir lo que son en realidad las preguntas del programa. De hecho, cada vez tengo más clientes. Es un negocio en el que el boca a boca no funciona porque nadie suele contar que se ha hecho un polígrafo. Internet sí nos ha ayudado a crecer.

P: ¿Las empresas utilizan estos métodos?

R: En los últimos dos años se ha incrementado mucho más. Ya sea en comercios, despachos profesionales o, incluso, grandes empresas, las acusaciones, los rumores y las sospechas sólo pueden atajarse descubriendo la verdad. No solamente para robos. El empresario se queda más tranquilo.

P: ¿Recuerdas algún caso curioso?

R: Por ejemplo, hace poco estuvimos investigando en una empresa con unos treinta trabajadores. Era un almacén de productos de perfumería muy caros, y el dueño ya no sabía qué hacer porque le desaparecían cosas. Se hizo la prueba a todos los trabajadores. Había uno que durante la entrevista inicial se puso muy nervioso y pálido, parecía que se iba a desmayar. Resulta que él no había robado nada, tan sólo llevaba un mes en la empresa, pero había mentido en todo el currículum y le dio miedo que lo descubrieran... Todo sale.

P: ¿No es intromisión de la intimidad que tu jefe te someta a este tipo de pruebas?

R: No, no se obliga a nadie a hacerlas. Nunca se les acusa sino que la empresa, antes de tomar represalias porque les están robando, les da la oportunidad de demostrar su inocencia. Son pruebas voluntarias.

P: ¿Se utiliza para temas personales?

R: Se utiliza mucho por sospechas de cuernos. Un chico acudió a nosotros obsesionado con que su mujer le engañaba. Su mujer estaba embarazada y acababan de casarse, pero vivía en un pueblo y los rumores le hicieron obsesionarse. Al final, su mujer, desesperada, se sometió a la prueba y no le había sido infiel. En muchos casos es mejor saber que quedarse con la incertidumbre.

P: ¿Cuál es la tarifa por una prueba?

R: Por una de infidelidad son 300 euros. Para las empresas se baja la tarifa porque se suele hacer la prueba a más gente y se hace un presupuesto adecuado.

P: ¿Es un negocio que da lo suficiente para vivir? ¿Piensas ampliarlo y contratar a más gente?

R: Me dedico a otras cosas, no sería suficiente, pero cuando empecé en esta profesión yo ya tenía mi vida resuelta. Me dedico a esto por la satisfacción personal que me da poder ayudar a otras personas en situaciones verdaderamente complicadas.

Para ampliar el negocio estoy esperando a que las empresas incluyan esta prueba en el departamento de recursos humanos, en selección de personal. Cada vez más empresas solicitan este tipo de servicios porque la gente engaña mucho en el currículum.

P: Polígrafa, directora de hotel, criminalista, con el título de policía científica, la televisión... ¿Cuál es la clave para el éxito de un emprendedor?

R: Mis padres tenían un hotel, también eran emprendedores. A mí siempre me ha gustado intentar ser la mejor. En todo a lo que me he querido dedicar, he querido ser la primera y he luchado para conseguirlo. Quizá esa sea la clave.

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