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El BCE pretende canjear su deuda griega, pero el Bundesbank se opone

El organismo estudia cambiar sus bonos al precio de la emisión original; el Bundesbank rechaza esta posibilidad.

El Banco Central Europeo (BCE) estudia evitar la quita de la deuda helena al canjear los 50.000 millones de euros que se estima posee en bonos griegos e incluso obtendría beneficios por esta operación, que repartiría entre los diferentes bancos centrales nacionales de la eurozona, según adelantó el diario alemán Die Welt.

El rotativo apunta que el banco central cambiará sus bonos griegos al precio de emisión original, por lo que logrará obtener un beneficio por ellos, ya que fueron comprados con descuentos en el mercado. El BCE compró deuda pública helena en el mercado secundario (a otros bancos) con un determinado descuento, pero al venderlos a su valor nominal obtendría unas ganancias de entre 10.000 y 15.000 millones de euros, que se repartirían entre los Gobiernos, vía bancos centrales nacionales, y en principio se destinarían a financiar los 130.000 millones del segundo rescate de Grecia. Según estas fuentes, este canje debería estar completado el próximo lunes 20 de febrero y el comprador podría ser el Fondo de Rescate Europeo (EFSF).

Con esta operación, que algunos expertos han calificado de poco clara, el BCE no solo esquivaría las pérdidas de una posible quita por su exposición a la deuda griega, sino que obtendría beneficios. De hecho, estas ganancias permitirían una reducción extra de la deuda helena que podría rondar los 11.000 millones de euros, apuntan.

Fuentes de organismo monetario señalan que se trata de una "operación técnica", porque el BCE y los bancos centrales no son propensos a participar en la reestructuración de la deuda negociada con el sector privado. Según el diario alemán, las fuentes inciden en que la compra de deuda pública no corresponde a una decisión de inversión, pero, aún así, tiene lugar en el actual contexto de política monetaria. Por otro lado, Die Welt agregó que el lunes comenzará el canje de los bonos en manos de los acreedores privados, que ascenderá a alrededor de 100.000 millones de euros.

Sin embargo, la opción del canje por parte del BCE cuenta con el rechazo del Bundesbank (el banco central alemán). Según recoge el diario alemán Der Spiegel citando a fuentes del BCE, el jefe del banco central germano no respaldó la decisión de la institución que preside el italiano Mario Draghi para canjear sus 50.000 millones en bonos griegos por nuevos títulos que Atenas emita en el marco de la reestructuración de su deuda.

El presidente del Bundesbank considera que podría ser contraproducente al incrementar la desconfianza de los inversores, que podrían ver la operación con recelo y sospechar de un canje similar con la deuda de Portugal, lo que recrudecería la crisis de deuda soberana. Además, el Bundesbank está preocupado por la reacción de los demás tenedores de bonos griegos, que podrían emprender acciones legales al permitir que el BCE obtenga un trato privilegiado frente al resto de acreedores griegos.

Grecia alcanza un acuerdo

Por otra parte, el Gobierno griego logró el jueves salvar el último obstáculo para recibir el segundo paquete de rescate, al decidir en qué ahorrará los últimos 325 millones de euros que quedaban por definir del recorte total de 3.300 millones de euros negociado con la troika. El Gobierno de coalición y la troika que forman el Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea (CE) y el FMI acordaron recortar aún más las pensiones, además de reducir el gasto en Defensa y en los medicamentos de la sanidad pública.

"El asunto está arreglado", aseguró a EFE un portavoz del Gobierno, que no quiso desglosar el origen de las partidas pactadas. Según el portal de información económica Capital.gr, se extraerán 75 millones de euros de las jubilaciones, 100 millones serán recortados del abultado presupuesto de Defensa, y otros 100 millones se ahorrarán por adelantar de octubre a julio los recortes del gasto público. Además, se prevé recortar 50 millones de euros más en gastos farmacéuticos.

Este recorte era uno de los factores que impidió cerrar un acuerdo definitivo con la troika la pasada semana y obligó a sustituir la reunión extraordinaria del Eurogrupo de ayer por una teleconferencia. La troika exigía que esos 325 millones saliesen de nuevos recortes de las pensiones, que ya han sufrido dos severas reducciones en los últimos dos años, algo a lo que se oponía especialmente el partido conservador Nueva Democracia (ND), socio del Gobierno de coalición, junto al socialdemócrata PASOK.

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