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La fuga de depósitos se extiende y acelera por el sur de Europa

Las inyecciones del BCE no frenan la desconfianza de los ahorradores. El dinero periférico se refugia en el norte.

Los ahorradores desconfían de los periféricos y se refugian en el norte de Europa. La fuga de depósitos no es un fenómeno nuevo en la zona euro. La retirada de efectivo del sistema bancario comenzó en Grecia hace casi dos años, tras el estallido de la crisis de deuda pública en 2010. Desde entonces, el volumen de depósitos no ha dejado de descender en el país heleno. A partir de ese momento, la desconfianza se fue extendiendo de forma progresiva a Irlanda y Portugal, hasta el punto de empezar a afectar a España e Italia a lo largo de los últimos meses.

Miedo bancario en Grecia

Esta misma semana saltó una nueva polémica en Grecia tras destaparse que un parlamentario heleno depositó casi un millón de euros en una cuenta extranjera el pasado mayo. El pasado martes, el presidente del Parlamento, Filippos Petsalnikos, reveló que se trataba de Isidoros Kouvelos, un magnate naviero y marido de la exministra de Exteriores Bakoyannis Dora. El caso pone de relieve el temor generalizado que sufre la población griega respecto a la solvencia de sus bancos y el incierto futuro de su país dentro de la zona euro.

Ni los rescates internacionales ni la inyección ilimitada de liquidez por parte del Banco Central Europeo (BCE) han logrado calmar la desconfianza que reina entre los ahorradores helenos. Según los últimos datos disponibles, el volumen de depósitos bancarios se ha desplomado casi un 30% desde sus máximos de 2007, hasta situarse en 169.000 millones de euros. Desde mediados de 2009, Grecia ha experimentado una fuga de capitales próxima a los 70.000 millones de euros.

Evolución mensual de los depósitos griegos

Las empresas han retirado el 31% de sus depósitos mientras que la caída entre particulares asciende al 21%. Las más temerosas son las multinacionales extranjeras. Vodafone, por ejemplo, el mayor operador de telefonía móvil del mundo, desvía cada noche a Reino Unido los euros que factura en Grecia, según admitió el pasado 9 de febrero el propio director financiero de la compañía, Andy Halford.

Sólo en 2011 los depósitos helenos cayeron un 18% (37.000 millones menos), y el pasado enero continuó esta tendencia. Según admitió el Gobierno heleno, parte de este dinero (alrededor de 16.000 millones) fue depositado en cuentas extranjeras. Más de un tercio de esta cuantía se refugió en Gran Bretaña, mientras que un 10% emigró a Suiza. El resto se supone que permanece en efectivo en manos de los griegos.

Portugal e Irlanda

No se trata de un caso aislado. Los otros dos países rescatados -Irlanda y Portugal- han experimentado un proceso similar, sólo que con cierto retraso respecto a Grecia -el primer país de la zona euro en precisar ayuda internacional para evitar la quiebra-.

Así, los depósitos de empresas en Portugal bajaron un 13% interanual en 2011, hasta los 34.100 millones de euros, según los datos recopilados por Bloomberg. Sin embargo, esta caída se vio compensada por el aumento de los depósitos de los hogares gracias, básicamente, a la guerra por captar pasivo entre las entidades lusas. La remuneración media de los depósitos ascendió al 4% el pasado año frente al 1,5% de 2010. Mientras, el volumen de depósitos en Irlanda bajó un 6% interanual en 2011, según los últimos datos del BCE.

España e Italia

La novedad, sin embargo, radica en que este proceso comenzó a extenderse a España e Italia, sólo que en un volumen muy inferior al de los países rescatados. Así, los depósitos bancarios en España cayeron casi un 3% y apenas un 2% en Italia durante 2011.

Esta fuga se aceleró desde mediados del pasado año, momento en el que el BCE decidió abrir sus compuertas a la compra de bonos españoles e italianos. En España, los depósitos corporativos (de empresas) bajaron un 11% entre junio y noviembre y un 3% entre particulares, mientras que en Italia se redujeron un 6,5% y cerca de un 1%, respectivamente.

Así pues, el dinero huye de forma progresiva de los bancos del sur de Europa hacia los del norte. No en vano, los depósitos bancarios en Alemania han aumentado casi un 10% desde mayo de 2010. El riesgo acerca de una posible ruptura del euro ha generado un creciente clima de desconfianza entre los ahorradores de los países periféricos. El capital se refugia en plazas más seguras, tales como Reino Unido, Alemania o Suiza.

De hecho, las grandes inmobiliarias británicas han experimentado una mayor demanda de viviendas de lujo en Londres por parte de griegos e italianos. Entre enero y octubre del pasado año, el 11% de las compraventas registradas en este sector procedió de este tipo de clientes. Asimismo, los gestores financieros suizos también señalan la existencia de una llegada constante de capitales procedentes de las clases adineradas de Italia y Portugal desde 2010.

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