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Rajoy aplicará "sí o sí" el ajuste porque "la otra opción es el hundimiento"

El Gobierno saca pecho. "España va a cumplir", asegura la vicepresidenta. Pase lo que pase, se llegará al 5,3%. La otra opción "es el hundimiento".

El Gobierno saca pecho. "España va a cumplir", asegura la vicepresidenta. Pase lo que pase, se llegará al 5,3%. La otra opción "es el hundimiento".

Mariano Rajoy no contempla otro escenario que no sea el de cumplir con el 5,3% del déficit público para el presente año. Así de claro. No le temblará el pulso porque, en voz de uno de sus más estrechos colaboradores, la otra opción "es el hundimiento" ya que "todos los esfuerzos para que España vuelva a ser un país serio y creíble se vendrían abajo".

La semana fue frenética para el Ejecutivo. De las más complicadas desde que el PP llegó al poder, cuando están apunto de cumplirse cien días. En la mente del presidente, un solo convencimiento: cumplir con "la línea roja" del 5,3%. En palabras de Soraya Sáenz de Santamaría, tras el 'ok' del Consejo de Ministros a unos Presupuestos de guerra, "este país va a cumplir sí o sí. No hay otras opciones".

En Moncloa recuerdan que esta cifra es fruto de una durísima negociación para flexibilizar la petitoria de Bruselas. El país acabó el año 2011 con un déficit del 8,5% del PIB -más de dos puntos de diferencia con respecto a lo comprometido por el anterior gabinete-. Hechos los estudios, el Gobierno consideró que intentar alcanzar el 6% requerido por la Unión Europea supondría un auténtico "crack nacional", y de ahí que Rajoy apelara a la soberanía nacional para rebajar la cifra hasta el 5,8. La última palabra la tuvieron las instituciones comunitarias, que obligaron a la administración a hacer un esfuerzo mayor: España tendría que cumplir con un 5,3%.

En Seúl, en el marco de la cumbre sobre energía nuclear, Rajoy mantuvo una intensa agenda de reuniones bilaterales. Aunque la fotografía se la llevó el apretón de manos con Barack Obama, la reunión con Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, fue mucho más importante para los intereses del país. Ocurrió el martes, con la prima de riesgo española en escalada y la Bolsa tintada de rojo. De la cita, la delegación española salió con una percepción: "La UE cumplirá con España, pero España tiene que cumplir". Esto es, no rebasar en nada el techo de déficit impuesto, porque de lo contrario podrían darse sanciones.

Ya en suelo español, en el mismísimo día de la huelga general -jueves-, Rajoy reunió a la Comisión Delegada para Asuntos Económicos en el Congreso. Puso las cifras encima de la mesa, con ese tijeretazo del 16,9% de media para todas las carteras. "Muy duros", admitía Ana Mato. "El viernes va a ser mi día", ironizaba Cristóbal Montoro, en conversación informal con este diario.

A las diez de la mañana, Rajoy se encerraba con sus ministros en Moncloa. Todos estuvieron, a excepción del ministro de Economía, que tenía un cometido esencial en este día D. Luis De Guindos se trasladó a Copenhague, para explicar al Eurogrupo las cuentas públicas e insistir, sin margen de duda, de que España cumplirá con sus compromisos. El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, siempre muy crítico, se mostró confiado.

Mientras, Sáenz Santamaría se ayudó de Montoro y José Manuel Soria, ministro de Industria, para poner negro sobre blanco en relación a las cuentas y la nueva realidad energética, pero también para hacer mucha pedagogía y hacer política en estado puro. La vicepresidenta habló clarísimo sobre a lo que se está enfrentado el Gobierno y, por ende, todos los españoles: "España tiene palabra y va a cumplir", aseguró.

Para empezar, el titular de Hacienda dejó claro que éstos no son los PGE que le hubieran gustado presentar, pero que "tocan estos". "En tiempos difíciles, medidas difíciles y extraordinarias", añadió, independientemente de que guste "más o menos". La portavoz también fue en esta línea, destacando su confianza en España: "Este país va a salir adelante con esfuerzos", destacando los Presupuestos, y también "con reformas", como las ejecutadas y las que están en camino, como privatizaciones o la reestructuración de la administración.

La clave para el Gobierno también está en que el Estado al completo, comunidades y ayuntamientos también, reme en la misma dirección. El discurso no es nuevo, de hecho ya era uno de los habituales mensajes de Rajoy cuando aún era candidato. "Que nadie se relaje, no cabe ninguna relajación, ninguna", expuso Montoro.

El Ejecutivo ayudará a quienes hagan los esfuerzos que se requieren; ahí está el Plan de Proveedores, se encargó de apuntar el ministro. Ahora bien, "el Gobierno no va a apoyar a quienes no cumplan con sus deberes". Aún más, "no vamos a pestañear a la hora de aplicar la Ley a todas las comunidades", en relación a la posibilidad de sancionar a aquellos que incumplan con el objetivo de déficit para las comunidades, del 1,5%.

El caso de Andalucía

En la mente de Montoro, y del gabinete en general, esa piedra en el camino llamada Andalucía. La preocupación es total, habida cuenta de que públicamente ya han dicho que no van a cumplir. "Tienen que hacer el ajuste. Ya no vale más demagogia. Tendrán que hacer lo que han estado diciendo durante meses que no está en sus planes", expuso un ministro esta misma semana. En Moncloa admiten el problema que supone no tener a la Junta de su lado, pero recalcan que harán valer su fuerza si se diera el caso. "El que no ajuste, penalización", remató un vehemente Montoro.

El Gobierno se comprometió a ser el primero a cumplir los deberes. No le pillarán en un despiste, aseguran sus portavoces. Rajoy ha marcado un camino, y a él se ceñirán. Y, destacan, "su compromiso es firme". Si algo ha conseguido el presidente, es que su gabinete no ponga ningún pero a su recetario económico, con Sáenz de Santamaría como su principal defensora. "Hay que cumplir y cumpliremos", eleva un ministro.

Así acaba una semana que pudo ser negra, pero que se fue recuperando con el paso de los días. Tras el chasco andaluz y asturiano, el Gobierno vio como los españoles entendían sus reformas y no secundaban el paro general. Con los Presupuestos encima de la mesa, Bruselas lanzó mensajes en positivo y la prima de riesgo se ha relajado. La semana próxima, nueva batalla: el Ejecutivo defiende la cuentas en el Congreso.

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