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El plan de ajuste: 7.000 millones en Sanidad y 3.000 en Educación

El Gobierno admite "errores notables" en la comunicación. Las alarmas sonaron en Moncloa, que puso cifras a las reformas de Sanidad y Educación.

Parecemos el PSOE cuando gobernaba”, resumió un alto cargo de la administración, tras un nueva jornada aciaga en lo que a la política de comunicación se refiere. Y ya van unas cuantas. El Gobierno admite “notables errores” a la hora de explicar las medidas emprendidas y en camino para sacar a España de la crisis, así como “falta de coordinación” con el Partido Popular. El resultado se vivió este lunes, cuando Carlos Floriano, en calidad de portavoz de Génova, llegó a matizar las palabras del titular de Economía, Luis de Guindos, sobre la posibilidad de implantar el copago en el sistema sanitario.

El Ejecutivo es consciente de que no puede cometer estos tropiezos, más aún después de una Semana Santa con la prima de riesgo escalando por encima de los 400 puntos y la Bolsa dejándose más del 4% en pérdidas. Por ello, y una vez comprobado el encadenamiento de errores, fue la propia Presidencia la que informó, mediante una nota de prensa, de las reuniones mantenidas por el presidente en las últimas horas, y que habitualmente quedan completamente fuera de agenda. Una “información excepcional”, reconocen, ante lo acontecido en las últimas horas y “la interpretación que pudiera hacer la Bolsa el martes”, después de que este lunes hubiera permanecido cerrada.

Por un lado, Mariano Rajoy se citó con el denominado núcleo económico de su gabinete para definir los contenidos del Programa de Estabilidad y también del de Reformas que se acometerán en los próximos meses, y que serán especialmente sensibles para la opinión pública. Junto a su número dos, Soraya Sáenz de Santamaría; los ministros Cristóbal Montoro y De Guindos; y el director de la Oficina Económica, Álvaro Nadal, el presidente dejó claro que hay que recuperar la confianza “cuanto antes” y que, irremediablemente, esto pasa por cumplir “sí o sí” con el compromiso de reducir el déficit público al 3% del PIB en 2013.

Ésta es la más sagrada de las convicciones del presidente, según las fuentes consultadas, y que abre la puerta a ajustar en todas las áreas. De nuevo, se vuelven a escuchar voces que apuntan a una hipotética subida del IVA. “La mayor estabilidad presupuestaria y las reformas estructurales dirigidas al crecimiento supondrán un cambio en la tendencia recesiva y de destrucción de empleo que ahora experimenta la economía”, reza el documento de Moncloa.

En el mismo, también se vuelve a dejar bien clara la línea roja para las comunidades, y que no es otra que la de cumplir con el 1,5% de déficit para el presente año. Todos los mensajes van en esa dirección, ante la “bomba de relojería” que supone el pastel autonómico, en palabras de un ministro. En Andalucía, pero también Cataluña, se posan todas las miradas, a la espera del Consejo de Política Fiscal y Financiera, que tendrá lugar a principios de mayo.

No fue el único despacho del presidente. También mantuvo otro con los ministros de las dos áreas más sensibles del Estado, la Sanidad y la Educación, inmersas estos días en un intenso debate. Según avanzó Moncloa, el Gobierno tiene previsto un ahorro que superará los 10.000 millones de euros tras una mayor racionalización de los servicios así como la eliminación de duplicidades -junio es la fecha límite- así como la eficiencia en la gestión.  Ana Mato y José Ignacio Wert presentaron sendos informes en este sentido, siendo una cuantía que queda al margen de la cuentas públicas. De nada más se informó, más allá de la cifra; Moncloa se quedó únicamente en el titular. Posteriormente, fuentes populares precisaron a Europa Press que el ahorro en Sanidad estará en torno a los 7.000 millones de euros. El resto corresponderá a Educación.

De igual forma, y tal y como avanzó en la víspera este diario, la segunda ola de reformas incluirá la aceleración de la venta de las entidades financieras con participación mayoritaria del Sector Público, más fusiones bancarias, privatizaciones o normas que mejoren la competitividad, la flexibilidad o la unidad de mercado.

Pese a todo, o tal vez por cómo transcurrió el lunes, las alarmas siguieron encendidas en Moncloa a la espera de la apertura del parqué madrileño y de comprobar cómo se comporta la deuda nacional. Nadie disimula que es “la situación más difícil” a la que se enfrenta Rajoy desde que accediera al poder, y precisamente por ello él mismo explicará el nuevo plan de reformas, cuando aún no ha comparecido para explicar los Presupuestos Generales del Estado. Será el miércoles, ante la plenaria del Grupo Popular, en una comparecencia sin opción a preguntas de los periodistas, que tendrán que esperar al jueves, en Varsovia en el marco de una cumbre bilateral, para poder levantar sus manos y abordar al presidente.

Tal vez el presidente debería haber salido antes a explicar los Presupuestos como ocurre en otros países”, reflexiona un diputado del PP. Otro cargo añade que 10.000 millones de tijera en Educación y Sanidad "es como para convocar una rueda de prensa". En el Gobierno hacen piña con Rajoy, pero admiten las deficiencias a la hora de transmitir la extrema gravedad de la situación. “Los mensajes cruzados de unos y otros no ayudan”, expone un alto cargo.

Hasta las oficinas de Economía y Exteriores de Moncloa mantuvieron conversaciones “dentro de la normalidad” con la Unión Europea y países clave para conseguir que mantengan su confianza ante la ola de incertidumbre que envuelve al país. Y es que preocupa lo que pueda ocurrir el martes, con los mercados a pleno rendimiento. De ahí que se haya informado de las reuniones, de la comparecencia del presidente el miércoles y del grueso de las nuevas medidas por nota de prensa, antes incluso de su exposición detallada. El Gobierno intenta coger aire ante una semana “decisiva” y entona el mea culpa de una política de comunicación defectuosa.

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