6 millones de parados asustan a cualquiera, sobre todo a los inversores internacionales.
No veo nada que el partido pinocho haya hecho que zetaparo y sus secuaces no hubieran hecho, detalle arriba detalle abajo.
La normativa laboral: empleo a tiempo parcial, horarios,sueldo mínimo, discriminación por razón de edad, exigencia absurda de infinitos cursos para acceder a los diferentes trabajos (carnet de camarero, carnet de manipulador...) obligatoriedad de los convenios para negocios sustancialmente distintos..., no se ha tocado, excepto el despido, que hara que sobrevivan más empresas pero que no ayudará a crear empleo en el corto plazo.
Devolver sanidad y educación al Estado, que es lo que se lleva la mayor parte del gasto, tampoco se ha tocado, en vez de eso se nos promete la linde de diputaciones y ayuntamientos, como si los pequeños ayuntamientos no estuvieran asistidos por las diputaciones o cobrasen sus concejales como los grandes, o como si su gasto se hubiese disparado como el de las regiones (cuando un tonto coge la linde, la linde se acaba y el tonto sigue)
Una quinta parte del valor del IBEX en cuatro meses, qué disparate. En esto tiene razón el editorial, es sobre todo una falta de confianza en los políticos ( y el borbón de turno con sus amantes y sus elefantes dando ejemplo )
Lo malo es que, como las medidas en las regiones y la normativa laboral no se han tocado ni se van a tocar, y todo se confía a la recuperación internacional, la desconfianza está más que justificada.
O los que tienen alguna influencia en el partido pinocho empiezan a crear un estado de opinión para que se tomen medidas de verdad, quizá con un cambio de gobierno que incluya a dos o tres socialistas independientes, o aquí nos podemos levantar una mañana no con Sol ocupadao por cuatro mil perroflautas y cuatro mil curiosos, sino con mucha gente sin nada que perder dispuesta a no tirar su vida por el desagüe
Si la bolsa sigue bajando, el problema será que se puedan comprar las grandes empresas (partes de ellas, mayormente) por menos de su valor real. Pero esos son los riesgos de la bolsa. El nerviosismo hace que los inversores se retraigan. Son los expertos en política económica los que deben dar las pautas para calmar a los mercados. De lo contrario puede llegar a cundir el pánico y provocar un verdadero crac de nuestra economía.