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El Gobierno asegura que Draghi actuará si la cosa "se pone muy fea"

Tras la decisiva cumbre europea, el Ejecutivo destaca que Rajoy defendiera sus tesis, pese a que aún no haya resultado.

En Bruselas todo va muy lento, dicen en el Gobierno. Incluso en los momentos de gran inestabilidad como los actuales. No está siendo una buena semana para los mercados, pese al rebote de este jueves . La prima de riesgo sigue en niveles de gran preocupación, rozando los 480 puntos. En este contexto, Mariano Rajoy les dijo a los líderes de la Unión Europea, en la decisiva cumbre de los veintisiete, que de momento la liquidez está asegurada en España, pero que esto podría cambiar si la situación sigue siendo tan extrema. Veinticuatro horas después del envite, el Banco Central Europeo seguía sin tomar cartas en el asunto.

Con muy pocas horas de sueño en el cuerpo, el presidente reunía en la Moncloa a la Comisión Delegada para Asuntos Económicos para hacer balance. El Gobierno saca pecho de que España empieza a contar en el contexto europeo y que mantiene su discurso a las duras y a las maduras. Esto es, la prioridad para el país es que el BCE inyecte liquidez antes, durante y después de la cita. "Hay algo que es capital. Si las deudas públicas no se pueden sostener tenemos un problema, pero esa es una decisión que corresponde al Banco Central Europeo y que ya tomó en alguna ocasión", expuso el propio Rajoy, pasadas las dos de la madrugada, aún en Bruselas.

En la Comisión están los principales actores económicos del Ejecutivo. Algunos de ellos, admiten, esperaban un gesto más evidente de que Bruselas había entendido la gravedad de la situación y se ponía del lado de España. Argumentan que, en cinco meses, Rajoy ha hecho más reformas que nadie y en una profundidad nunca vista en este periodo de crisis. Ansiaban un gesto que finalmente no ha llegado, a pesar de que dejan la puerta abierta a que finalmente se produzca.

De hecho, en Moncloa explican que aunque el BCE "esté controlado por Alemania en la práctica", sobre el papel es un órgano independiente. No recibe órdenes, al menos públicas. Y de ahí que el Gobierno barajara que no habría grandes gestos públicos. De hecho, destaca un alto cargo, "podría haberse elevado la incertidumbre al interpretar que la situación española es peor de la que está".

Además, desde el Gobierno se acogen a que la cumbre del miércoles era informal y, por tanto, no toma decisiones. La decisiva se celebrará a finales de junio, en el que se evaluarán las cuentas de todos los integrantes. Ponen como ejemplo que tampoco ha habido acuerdo sobre los eurobonos, si bien es cierto que la inmensa mayoría habló abiertamente de la propuesta, una vez se produjo el choque entre Francia y Alemania. La postura española es la de Angela Merkel, se encargó de subrayar un portavoz autorizado.

Pero, volviendo al capítulo que de verdad interesa a España, el de la deuda, Rajoy salió con la percepción de que Mario Draghi dará la orden si la cosa se pone realmente fea. "Si es necesario, actuará", inciden fuentes gubernamentales. Este extremo se produciría si la prima de riesgo volviera a escalar hasta los 500 puntos y se mantuviese creando un clima insostenible. Moncloa no quiere que se llegue a tal nivel de alarma, y de ahí que siga machacando con el mensaje ya refiriéndose expresamente al BCE, cosa que no ocurría hasta ahora.

Ante la Comisión Delegada, el presidente admitió que las circunstancias son complicadas. Este jueves se regaló la fotografía de la firma de 500 millones de euros en contratos con China. Pero es un mero espejismo. Sabe que la batalla se juega en Europa, y que España no puede competir con un diferencial tan alto con respecto al bono alemán. Precisamente, otra de las lecturas que hace el Ejecutivo es que Rajoy se ha definido claramente sobre con quién está en el tablero comunitario. Y esta es Angela Merkel, quien en privado le dijo en Chicago que le ayudará y, en caso extremo, incluso podría interceder ante Draghi.

"Buenas relaciones con todos, pero nuestro socio preferente es Merkel", concluyen fuentes del entorno del presidente. Comparten pilares económicos, incluido el de la austeridad. Algo que les separa de Fraçois Hollande, a quien ven en clave electoral, con las legislativas a la vuelta de la esquina. Rajoy dice ser consciente de que todavía quedan muchos sobresaltos en el camino.

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