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Juan Velarde

Panamá. Una economía impresionante

Según los datos más recientes de CEPAL, el crecimiento del PIB de Panamá se situó, en el año 2011, en un 10’5%, el más alto de todo el conjunto iberoamericano, y uno de los más altos del mundo.

Según los datos más recientes de CEPAL, el crecimiento del PIB de Panamá se situó, en el año 2011, en un 10’5%, el más alto de todo el conjunto iberoamericano, y uno de los más altos del mundo.

Según los datos más recientes de CEPAL, el crecimiento del PIB de Panamá se situó, en el año 2011, en un 10’5%, el más alto de todo el conjunto iberoamericano, y uno de los más altos del mundo. Recientemente, en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas pronunció una conferencia interesantísima Enrique V. Iglesias, que aclaró esta realidad impresionante del auge panameño.

Por una parte, existe en el ámbito iberoamericano la región que podríamos denominar fuertemente influida por la economía norteamericana. Abarca desde México a toda Centroamérica, cuyo apéndice final es Panamá. Por otro lado, se encuentra la Iberoamérica meridional, cuya costa del Pacífico, de Colombia a Chile, está impulsada por la fuerza creciente asiática, con especial peso derivado de China. El resto ofrece, por supuesto, ya no el panorama espléndido de 2010, pero todavía ofrece un crecimiento del 7’3% en Argentina y un 5’6% en Venezuela. Brasil también había impulsado con fuerza el crecimiento de la región meridional, pero ha disminuido su ritmo. Los pronósticos del Economist Intelligence Unit para 2012 es que crecerá su PIB en 2012 un nada despreciable 3’3%.

Panamá es la frontera de dos regiones que, por la influencia exterior e interior, progresan de modo muy importante. Pero no acaban ahí los engarces de Panamá. Por un lado, el comercio internacional transpacífico ha superado en peso al comercio internacional transatlántico. Pero ambos tienden a vincularse. La ampliación que tiene lugar en este momento en el canal de Panamá, va a impulsar el enlace entre estas dos grandes corrientes de tráfico, potenciada la transatlántica, además, porque a través del Mediterráneo, rumbo a los puertos de la más rica Europa centro-norte, se encuentra un progreso colosal a causa del que procede del mundo asiático del Pacífico, del Índico, sin olvidar lo que supone Australia. Tres grandes corrientes de tráfico marítimo mercantil que van a se potenciadas por el nuevo gran canal de Panamá, en el que se invierten en su ampliación 5.250 millones de dólares.

Al mismo tiempo, el país panameño ha procurado evitar una legislación que frenase la inversión extranjera. Impresionan las cifras de aumento de la inversión directa extranjera (IDE) en 2011 sobre 2010. El flujo anual de la IDE en 2011 fue de 2.789’8 millones de dólares, un 18’7% por encima de la cifra de 2010. Esta IDE se ha dirigido fundamentalmente a sectores de la energía, logística –entre otros puntos de ampliación, el referido nuevo Canal–, bienes raíces, zona libre de Colón y servicios financieros. Como, además, el dólar norteamericano es su moneda de curso legal, en él se encuentra la base de su Centro Bancario Internacional que está compuesto por más de 90 instituciones financieras, con unos activos que superan los 64.000 millones de dólares y que aceptan y se rigen por los principios de Basilea II.

Por cierto que no existe Banco Central en Panamá. Y por la ley 41 de 2007 –"Gaceta Oficial" de 27 de agosto de 2007–, que "crea el régimen especial para el establecimiento y la operación de sedes de empresas multinacionales y la comisión de licencias de sedes de empresas multinacionales y dicta otras disposiciones", Panamá se ha convertido en una sede muy importante de empresas multinacionales, con una libertad grande para contratar personal especializado extranjero.

Lo que tenemos delante es una especie de Suiza naciente en el centro de Iberoamérica. Porque Suiza tiene la base de su prosperidad, en primer lugar, por ser enlace de cuatro corrientes de tráfico muy importantes: la que va desde el lago de Constanza hacia el norte por la región Ruhr-Rhin; la que en el oeste, a través de Lyon, enlaza con la floreciente Isla de Francia centrada en París; al sur, con el siempre desarrollado Milanesado, y al Este, con ese rico inicio del Valle del Danubio, que forma la rica Austria. Y, además de este enlace de grandes corrientes, que igualmente se centran en Panamá desde el Pacífico y el Atlántico, desde el Norte y el Sur de Iberoamérica, una gran libertad económica.

Después vienen los rendimientos de estas realidades. Cada vez mayor PIB por habitante, mayor nivel científico y tecnológico, y en círculo virtuoso, mayor atracción de capitales y una más alta prosperidad general. Panamá, sin embargo, tiene que resolver un problema fundamental, si quiere de verdad convertirse en otra Suiza. El Índice de Percepción de la Corrupción de 2011 de Transparencia Internacional, da a Suiza la calificación de 8’8 y el puesto octavo mundial, mientras que para Panamá se ofrece sólo la cifra de este índice de 3’3 y el puesto 86 mundial. Este es el segundo reto, después del de la ampliación del Canal, que tiene Panamá que superar. Si lo logra, su opulencia puede ser extraordinaria. Y no sólo esto es lo que le queda por hacer. En el documento "Doing Business 2010", a pesar de registrar dos reformas liberalizadoras, ocupa en el mundo, en cuanto a facilidad de hacer negocios, en el 2010, el 77 –España mantiene el puesto 62 y Suiza el 21–, por lo que es evidente que el avance que puede dar Panamá es considerable. Apostemos por ello.

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