La prensa, esa canalla, tanto nacional como extranjera. La mano que mece la cuna de quien le conviene bien. No todo es negro ni blanco, hay siempre matices de grises. Y desde esa prensa que se dice liberal han puesto a parir al gobierno, por su acción o por su inacción. Como se nota que les gustaría a ellos mandar. Pues nada, que monten un partido liberal y que se presenten tal cual a las elecciones, luego hablamos.
Si la UE va a restructurar las cajas entiendo que sea una mala noticia para politicos, sindicalistas y "enchufaos" de los anteriores... me parece que se os ha acabado el chollo, por lo menos en este sector.
El efecto en cascada es que, después, ni CCAA ni ayuntamientos ni diputaciones tendrán vía libre para financiar sus desmanes... claro está, si todo se hace como se tiene que hacer.
Este articulo esta lleno de demagogia. He leido la prensa de varios paises y dicen practicamente lo contrario.
Claro que hay que seguir haciendo cambios y grandes recortespero ha sido bueno.
Me temo que lo que sucede es que mucho extranjero empieza a tenernos envidia porque ya van viendo que podemos empezar a salir del hoyo.
Mientras que lo que destilan la dígamos oposición politica y periodistica interior y por las mismas razones, se va pareciendo mas al odio.
Lástima de pais.
En casi todos los periódicos del mundo, sean del signo político que sean, ante las mismas noticias provocadas por alguien o algo, conviven opiniones diversas o incluso totalmente opuestas, sin contar, claro está con sus respectivos contextos. Por ello recortar frases publicadas en ciertos diarios de la prensa extranjera, sin más análisis, me parece que es un ejercicio de demagogia, sobre todo si va acompañada por el titular de su artículo. Hoy he tenido que renovar un depósito bancario y le aseguro que he hecho con mucha más confianza de la que tenía el sábado por la mañana. Digan lo que digan esos periodistas. Somos nosotros los ciudadanos los que debemos decidir con confianza y fe si queremos seguir adelante para levantar nuestro pais, por nosotros y por nuestros conciudadanos y bien la valdría a la prensa dejar de mandar mensajes negativos.
Los anglosajones van a lo suyo: destruir el euro. Como el euro supere la prueba, sus vergüenzas (y son enormes) quedaran al aire.
Los alemanes están, lógicamente, que trinan. Son los que van a poner la pasta.
Rajoy no debería haber sacado tanto pecho. Una cosa es que les tenga cogidos por los huevos y otra que se regodee. Ya sabes, cuando le debes 10.000€ a un banco, date por jodido; si les debes 100 millones, el problema es de ellos.
La lástima es que este alivio puede relajar las necesarias reformas a realizar, la principal: desmontar el comedero político que se han creado estos sinvergüenzas de todos los partidos.
Estaba lloviendo; iba por la calle en un noche oscura; estaba calado hasta los más íntimos pliegues de los calzoncillos porque el chubasquero no me cubría sino hasta la cintura y el paraguas chino -comprado a precio de chino- se había vuelto irremisiblemente convexo ante las rachas de viento. En esto, veo venir a un taxi. El vehículo va a velocidad moderada por el estado de la calzada y la escasa visibilidad. Le hago un gesto y el chófer para. El taxista me mira y me pregunta: ¿adónde va ud?. En cuanto se lo digo, me indica que suba.¿Fue eso un rescate? Depende del grado de desesperación que se esté dispuesto a reconocer. No iba al hospital ni carecía de medios para pagarle la carrera ; el taxista no me exigió que me desnudara para no mojarle el asiento; no me cacheó a punta de pistola para comprobar que suponía una amenaza; no me ató las manos como prevención ante la sospechosa actitud de alguien que va por la calle en medio de una tormenta...En definitiva, que no; no se trataba de un rescate sino de un servicio en condiciones inhabituales. La cuestión es: ¿cómo había podido llegar a esa situación? Pues porque el coche que conducía tenía problemas mecánicos y me dejó tirado en cuanto las inclemencias del tiempo hicieron mella en el precario estado del motor. Y eso que hacía seis meses que lo había llevado al mecánico y éste había dado todo tipo de garantías sobre la pulcritud de su revisión. Me engañó. Al día siguiente, el periódico local titulaba: "Taxista salva la vida a conductor en apuros". El recochineo de los amigos y aun más de los enemigos apenas tomó en consideración las explicaciones de un servidor de Uds.