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"Es bueno que los alumnos de FP y de universidad trabajen en las empresas"

Más de la mitad de los jóvenes suizos o alemanes compagina su formación con su primer empleo; en España, son sólo una minoría.

El 52,34% de los jóvenes españoles está en paro. Aunque sea un dato al que casi nos hemos acostumbrado, lo cierto es que es la excepción entre los países de nuestro entorno. En Holanda, Alemania o Austria, tres países de la UE, la cifra está por debajo del 10%. En Suiza no llega al 5%.

Con estos datos, cualquiera puede preguntarse cuál es la fórmula mágica que utilizan germanos o austriacos. Seguramente, podríamos encontrar múltiples causas: mercado laboral, sistema educativo, tejido empresarial,... Esta semana, Fedea y la Embajada de Suiza en Madrid organizaron una jornada con el objetivo de dar a conocer una de las peculiaridades del sistema educativo helvético: la Formación Profesional Dual, un tipo de enseñanza que siguen más del 60% de los adolescentes de aquel país.

¿En qué consiste? Pues en una FP en la que los estudiantes combinan la formación teórica en el instituto (uno o dos días a la semana) con trabajos de aprendizaje en las empresas (los otros tres o cuatro días). ¿Los resultados? Los chavales suizos acaban su período de formación con una buena experiencia laboral, ganan sus primeros sueldos con 16 o 17 años, el país tiene la tasa de paro juvenil más baja de Europa y el abandono escolar temprano no llega al 7%.

Libre Mercado habló con uno de los participantes en la jornada, Marcel Jansen, profesor de macroeconomía en la Universidad Autónoma de Madrid y colaborador de FEDEA. Su diagnóstico en esta cuestión es claro: "Hay que acercar a las empresas al mundo de la enseñanza".

- ¿Qué pasa en España para que tengamos la tasa de paro juvenil más alto de la OCDE?

- Por un lado hay problemas del mercado laboral. Hay que hacer mucho hincapié en la dualidad del mercado laboral que perjudica mucho a los jóvenes. Su entrada en el mercado laboral es accidentada, muy larga y con muchos cambios de empleo. Pero también hay un problema de formación.

- Sí, en los últimos días ha habido varias noticias sobre los ninis, esos jóvenes que ni están en el sistema educativo ni consiguen un trabajo.

- Efectivamente, el grupo que más nos preocupa es el de los que salen del sistema educativo con ESO o incluso con un nivel más bajo. Su futuro laboral es muy malo. Hay más de un 1,1 millones de jóvenes de entre 16 y 30 años de esos que llamáis ninis: desempleados que no siguen cursos de formación ni están en el sistema escolar y no tienen ni siquiera el nivel más básico del sistema educativo.

- La formación profesional dual parece encajar como un guante en las necesidades de estos estudiantes...

- Sí, éste sería el grupo al que va dirigido la formación profesional dual. Por un lado, es una manera de enganchar a los jóvenes al sistema educativo, ofreciéndoles educación más en línea con sus preferencias, que es continuar su formación en un entorno no académico, quieren aprender una profesión. Los países que lo hacen son capaces de generar tasas de paro muy bajas y empleos estables y bien remunerados para jóvenes que en España tienen un futuro muy difícil.

- ¿Y cómo se aplicaría?

- Requiere que diferenciemos entre alumnos y la edad no debe de ser demasiado temprana. Eso sí, siempre debemos mantener pasarelas [para cambiar el modelo escogido] y un sistema permeable. Es decir, queremos más posibilidades en la oferta educativa, pero no queremos encerrar al joven y taparle caminos. Existe una gran preocupación por separar a los alumnos a edades tempranas, por la desigualdad que esto puede generar. Pero no existe mayor fuente de desigualdad que el fracaso escolar.

- ¿Qué hay que hacer para aplicarla en España?

- La formación dual requiere sobre todo un cambio de mentalidad. No es sólo una reforma legal. Requiere el compromiso explícito de los poderes públicos, pero también de sindicatos y de empresarios. Requiere el esfuerzo de todo el mundo. Y es ahí donde tengo mi mayor duda.

- Que un joven con una preparación académica baja esté en paro es absurdo. Su perfil es el de alguien que está dispuesto a trabajar en cualquier sector, a cambiar si las cosas no le van bien y a recibir un sueldo bajo a cambio del aprendizaje que recibiría en la empresa. La teoría dice que debería ser sencillo que encontrase un empleo y se fuese consolidando poco a poco en el mercado laboral. Pero en España su tasa de paro es superior al 50%...

- El problema es que no contamos con un sistema reglado que combine bien la formación y el aprendizaje dentro de las empresas. Tenemos contratos de aprendizaje, pero estos son un porcentaje muy pequeño del total. Tenemos que convencer a las empresas de que invertir en formación va a ir en su propio beneficio. En cierto sentido, ellos van a formar a jóvenes que no se van a quedar en su empresa e incluso podrían ir a la empresa de al lado... Pero al mismo tiempo quizás la empresa de al lado está formando al trabajador que acabará en tu empresa.

- En realidad, estamos hablando de la figura del aprendiz de toda la vida, sólo que puesto un poco al día.

- Sí, efectivamente. Primero hay que identificar las necesidades de las empresas: qué tipo de skills buscan, de formación, de capacitación,... Las empresas tienen que tener voz en cómo hacerlo. No sólo en la formación dual, sino en toda la formación profesional, que hay que acercar mucho más a la empresa.

- También hay un componente económico, porque una empresa no es una ONG

- Claro, la formación dual debe ser interesante para las empresas económicamente. Debemos esperar que la parte de la formación pueda autofinanciarse: el joven aporta trabajo a la empresa, a cambio de esa formación y un pequeño sueldo. Además, esta idea de la autofinanciación de esta FP dual, puede servirnos para reenganchar a muchos jóvenes que ya han abandonado el sistema. De hecho, el primer grupo al que me dirigiría es al grupo de jóvenes que ya están en el mercado laboral pero no tienen trabajo ni formación: los ninis. Tenemos que intentar incentivarlos para que vuelvan a recibir una formación básica. De esta manera, adquiriríamos experiencia en el diseño, vemos qué funciona y poquito a poco podemos extender el programa a colectivos más grandes.

- Escuchando a políticos, sindicalistas, comentaristas, parece que en España hay mucho miedo a que la empresa participe en el sector educativo

- Existe un poco de prejuicio. Una gran diferencia de los alumnos españoles con los europeos es que en la UE muchos estudiantes entran en el mercado laboral con experiencia laboral, ya sea por la FP dual o porque han compaginado estudios y trabajo. La educación en España está muy lejos del ámbito de las empresas. Tiene que ser atractiva, moderna y que ofrecer habilidades demandadas en el mercado laboral. Eso sólo se va a conseguir si el mundo de la educación y el de la empresa se acercan.

- A veces nos olvidamos de que la enseñanza, además del componente educativo, está formando a los jóvenes para acceder al mercado laboral.

- La única manera de conseguir mano de obra de calidad y con un futuro laboral muy bueno es a través de una formación profesional en la que los empresarios se sienten con las autoridades en el diseño de los curriculums y haya más períodos en los que los alumnos pasen en la empresa parte de su educación. Hay que generalizar las experiencias laborales dentro del curriculum de todas las etapas postobligatorias de la enseñanza. No sólo la FP dual, también es bueno que los alumnos de FP de grado superior o incluso de la universidad pasen tiempo dentro de una empresa como parte de su aprendizaje, pasa en casi todos los países. Sólo hay que mirar a los hechos. España es el país que más problemas tiene en la transición de la educación al trabajo. Esto en parte se debe a lo que enseñamos, que no es siempre lo que demanda el mercado. Y en segundo lugar porque el mundo laboral empieza cuando sales de la escuela. Mientras que en otros países empieza antes de salir.

- El problema es que este sistema educativo se une a un absurdo mercado laboral, en el que los jóvenes encadenan contratos temporales sin ningún tipo de estabilidad, en gran parte porque el empresario tiene miedo de hacer un contrato indefinido, por su alto coste.

- Tienes toda la razón. Si esta estrategia quiere ser exitosa, tenemos que atacar el problema de la dualidad. Las reformas no han atacado el problema de raíz, sino que se han quedado en los síntomas. Necesitamos más estabilidad contractual. En Fedea pensamos que el contrato único sería la mejor solución. La brecha entre los dos tipos de trabajo tiene que reducirse para que los empresarios estén incentivados en hacer contratos estables en un período temprano de la experiencia laboral.

- ¿Qué se ha hecho en Suiza o Alemania?

- Casi el 60% de su alumnado pasa por este sistema de FP dual y compagina estudios y formación. Cuando acaban sus estudios ya cuentan con dos o tres años de experiencia laboral. La empresa ha tenido la oportunidad de ver sus virtudes. Y si no encuentran trabajo en la misma empresa, pues irán a otra. Aquí tardamos muchísimo en colocar a los jóvenes en su primer trabajo estable. Un gran porcentaje de los alumnos austriacos, alemanes o suizos lo consigue prácticamente a la salida de su educación. La FP dual no es la única manera, Holanda lo consigue con un mercado laboral muy flexible. Los alumnos casi todos compaginan educación y trabajo.

- ¿Por qué en España hay tan pocos alumnos de FP?

- Hay un vacío. La enseñanza se asemeja a un reloj de arena con muchos universitarios y muchos que sólo tienen ESO o incluso menos. Mientras, en Alemania, Suiza o Austria ponen el énfasis en estos niveles intermedio con un FP de calidad y una entrada en el mercado laboral muy fluida. Tenemos que entender que acercar la empresa a la educación nos sirve para que nuestra inversión en capital humano de los jóvenes no se pierda.

- La última reforma del Gobierno parece que va en esta dirección, ¿podría tener efectos a corto plazo?

- Esto es una iniciativa que va en la formación correcta, pero esto no es poner un decreto. El trabajo empieza ahora. Todos tienen que estar comprometidos. Es un proceso que empieza muy tarde, después de cuatro años de crisis y no va a dar frutos inmediatamente.

- ¿Cree usted que hay alguna posibilidad de que un sistema como éste se implante en España?

- Soy bastante optimista respecto a que se implantarán programas de formación-dual con la cooperación de las grandes empresas. Los programas pilotos en Cataluña son una buena muestra de ello. Tengo más dudas sobre la escala que tendrá la formación-dual en otros sectores (pymes). En cualquier caso, la implantación irá muy despacio porque hay importantes cuestiones de diseño que habrá que resolver en los programas piloto. Además, para implantar el programa a gran escala, España necesita movilizar el esfuerzo de los centros de enseñanza de FP y de las pymes. Ahí me temo que puede existir resistencia (por parte del profesorado, a veces demasiado reacio a cambios) y desinterés por parte de pymes (que no valoren la formación y que puedan tener dificultades de liberar el tiempo necesario para la supervisión de los aprendices).

- ¿Y qué efectos tendrá a corto plazo?

- El efecto será muy gradual, sea por la implementación gradual, sea por el hecho de que los primeros alumnos no saldrían hasta en un par de años. No obstante, quiero insistir en que la implantación de la formación dual es una excelente noticia y que el éxito de los primeros programas puede contribuir a eliminar las resistencias.

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