Todo empezó el 28 de diciembre de 1993. Ese día fue cuando el Banco de España intervino Banesto destituyendo a todo el Consejo de Administración presidido por Mario Conde. En abril de 1994, Santander se convierte en el principal accionista de Banesto tras ganar la subasta realizada por el Fondo de Garantía de Depósitos. Con esta operación, el banco que preside Emilio Botín se adjudicó el 73,45% de Banesto.
Pagó 762 pesetas (4,60 euros) por Banesto. Este precio iba dirigido a los 368,7 millones de acciones del denominado tramo A, que era el sometido a subasta sin mínimos ni máximos. El desembolso total por ellas ascendió, por tanto, a 280.927 millones de pesetas (1.688 millones de euros).
Primera jugada maestra y primer gran movimiento estratégico del banco a nivel europeo. Santander se convirtió en el líder del sector a nivel nacional, el 22º de Europa y el 45º del mundo tras comprar a Banesto. Todo el mundo se dio cuenta de que Santander había hecho una gran adquisición. De hecho, el propio Botín asegura que fue una de las mejores compras que ha podido hacer en toda su carrera como banquero (si no es la mejor).
OPA en 1998
Seguimos avanzando en el tiempo, y en febrero de 1998 Santander lanza una OPA sobre el 100% del capital social de Banesto. Tras la OPA, se hizo con el 97,5% de las acciones, de modo que Banesto era ya del Santander casi en su totalidad, pero ambas entidades seguirían actuando de forma independiente.
En la actualidad, Santander ostenta el 89,74% del capital de Banesto debido a varias ampliaciones de capital que se han ido acometiendo y a varias operaciones corporativas realizadas durante estos años. Sin duda, Banesto ha reportado mucho a Banco Santander durante estos años.
Siempre se ha especulado con el futuro de la entidad. ¿Venderían Banesto? ¿Lo absorberían? ¿O lo seguirían manteniendo con su marca independiente durante muchos más años? Mucho tiempo ha pasado desde que Santander se convirtiera en su accionista principal, aunque manteniendo ambos su marca de forma independiente. Es decir, Banesto y Santander han sido dos bancos españoles hasta este mismo lunes, cuando Santander ha decidido que absorberá Banesto, al tiempo que también integrará Banif.
En el caso de Banesto, la operación se pagará con acciones del Santander. El canje será de 0,633 acciones de Santander por cada acción de Banesto, lo que equivale valorar las acciones de Banesto a 3,73 euros la acción, una prima de casi el 25% sobre la cotización de Banesto del viernes, pero que equivale sólo al 50% del valor de los Fondos Propios de Banesto.
Y aquí está, precisamente, la segunda jugada maestra de Emilio Botín en estos casi 20 años que han pasado desde que consiguiera a una de sus presas más apetitosas. Además, la digestión de esta presa ha sido más que satisfactoria para los intereses del banco presidido por Botín. Digo jugada maestra porque compran e integran un banco como Banesto bastante por debajo de su valor contable (al 50% del valor de los Fondos Propios de Banesto). De esta manera, Santander creará un fondo de comercio negativo, es decir, que esta operación tendrá un impacto positivo sobre sus fondos propios, lo cual es fundamental a día de hoy para las entidades financieras. Así, más allá del ahorro de costes y la generación de sinergias que supondrá la fusión, el impacto positivo sobre los fondos propios fortalecerá aún más si cabe a Santander.
Los plazos de esta fusión ya están fijados. La fusión del Santander y Banesto se completará en mayo del año que viene. La integración operativa y de marca terminará en 2013 y generará unas sinergias de 520 millones de euros al tercer año. Los ahorros de costes procederán de la integración de los servicios centrales y del cierre de 700 sucursales.
Y hasta aquí ha llegado la historia de uno de los bancos que más protagonismo ha tenido en España en las últimas décadas. Tras 110 años de historia, adiós Banesto, adiós.