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Juan Velarde

Los pronósticos de 'The Economist'

Se espera que el PIB de España caiga un 1’7%, dato peor que el que se previó para 2012 (-1’4%).

En el número del 8 de diciembre de The Economist se publican las previsiones sobre los trece países económicamente más importantes, entre los que se encuentra España. Se estiman las medias derivadas de las opiniones de veinte instituciones financieras y de análisis financiero –por cierto, ninguna española–.

Se espera, como media, que el PIB de España caiga un 1’7%, dato peor que el que se previó para 2012 (-1’4%). La media se este año se ha hecho con valores que van del -1 al -2,4%. Los otros países importantes para los que se pronostican cantidades negativas de crecimiento son Italia (-0’9%) y Holanda (-0’1%). Francia ni crecerá ni decrecerá. La subidas más fuertes serán las de Australia (2’8%) y Canadá (2’0%). Para Estados Unidos, el crecimiento previsto es de un 1’9%; en cambio, la Eurozona caerá un 0’2%.

En cuanto al IPC, se estima que em España subirá un 2’3%. No es la inflación más alta. Holanda tendrá la misma, y una más alta Australia (2’8%) y Gran Bretaña (2’4%). Así las cosas, para muchos pensionistas la pérdida de poder adquisitivo no será muy grande.

Finalmente, existen bastantes países con un déficit por cuenta corriente –en porcentaje del PIB– superior al de España (-0’8%), a saber: Australia (-4’1%), Gran Bretaña (-2’2%), Canadá (-2’9%), Francia (-1’8%), Italia (-0’9%) y Estados Unidos (-2’8%). Una vez más, queda claro el esfuerzo exportador del mundo empresarial español. Y se puede señalar que el mundo financiero internacional piensa favorablemente sobre este esfuerzo español, sobre todo si tenemos en cuenta que el índice para el conjunto de los productos –commodities– de los mercados internacionales facilitado por The Economist (15 de diciembre) proporciona un incremento del 6’1% anual en dólares y del 6’8 en euros; y los productos alimenticios del 9’8%, lo que no deja de ser una muestra del empeño español por evitar la corriente inflacionista, mundial casi.

Todo esto tiene mucha más importancia de lo que supone presentar unas cifras globales comparativas. Sencillamente, porque es contemplado por los dirigentes empresariales de todo el mundo de cara a algo que puede favorecernos, como ocurrió en la década de los 60 con los movimientos de las Inversiones Extranjeras Directas (las IDE), o perjudicarnos, si éstas se esfuman. Que veinte entidades vinculadas con el gran mundo financiero opinen como se publica, y que por ello se nos pueda mirar con recelo, tiene consecuencias alarmantes siempre. 

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