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El 'ladrillo' español mira hacia Marruecos

El país africano, en vías de desarrollo, tiene mucho potencial de crecimiento. Muchas empresas empiezan a instalarse en su territorio.

El país africano, en vías de desarrollo, tiene mucho potencial de crecimiento. Muchas empresas empiezan a instalarse en su territorio.

En un momento en el que el sector de la construcción, clave de la economía española en otra época, se encuentra prácticamente en coma, muchas empresas están empezando a instalarse en Marruecos. El país africano tiene potencial de crecimiento y unas infraestructuras en las que queda aún todo por hacer.

La mano de obra barata, unas cargas fiscales reducidas, unos costes de exportación atractivos y una localización estratégica, a tan sólo 14 km de España, han sido algunos de los atractivos que ha destacado Pedro Nueno, Profesor de la Cátedra de Iniciativa Empresarial de la escuela de negocios IESE, en su informe Marruecos, Oportunidad para la empresa española.

Algunas de las oportunidades que presenta la economía alauí se centran en el sector de las infraestructuras, logística y construcción. Marruecos posee, además, varios acuerdos de libre comercios con Europa, EEUU y África.

Déficit de viviendas

El 50% de la población marroquí es menor de 35 años y el nivel adquisitivo está aumentando. Con estas premisas se necesita una construcción de 100.000 viviendas al año, ya que hay un déficit de un millón de casas.

Marruecos tiene un mercado inmobiliario muy peculiar, ya que está altamente subvencionado desde el Gobierno, que ha planificado importantes planes de inversión en obra civil. Por eso muchas constructoras españolas han decidido instalarse allí para aprovechar estas oportunidades. Los costes son muy competitivos, pero tienen unos márgenes reducidos (en torno al 10-20%), por lo que es más interesante la construcción a gran escala.

Este afán constructor y de mejora de infraestructuras tiene sentido, ya que la economía está creciendo y la clase media es cada vez más abundante, por lo que demandan mejores viviendas. Una muestra de esta realidad se refleja en la demanda de cemento, que ya el año pasado superó a la española.

Mano de obra barata

Otro de los atractivos que muestra esta economía es, sin duda, la mano de obra competitiva. De media, un trabajador cobra entre 250 a 300 euros mensuales. Sin embargo, algunos de los empresarios instalados allí comentan que hay un claro déficit en mandos intermedios.

En este sentido, el profesor Nueno explica que no es la estrategia más acertada para una empresa. "Yo siempre estoy en contra de la idea de llevar un negocio a otro lugar sólo por la mano de obra, no es acertado porque el coste de la mano de obra varía. Hay que pensar en conceptos que encajen en ese mercado, pero no viajar con la fábrica en la espalda", ha reconocido a Libre Mercado. Sin embargo, "si Marruecos está ofreciendo oportunidades, hay que aprovecharlas".

Las conclusiones del estudio presentado por Nueno demuestran que numerosas empresas españolas y extranjeras han optado por co-localizar parte de la producción como salida a la difícil coyuntura económica y la mejor solución para ganar competitividad.

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