Cristóbal Montoro intentó tranquilizar a las comunidades autónomas del PP más asfixiadas por los ajustes. En el marco de una reunión a puerta cerrada en Génova13, les dijo que "no se obsesionen" con el objetivo de déficit público del 0,7% marcado por Moncloa para 2013, porque -dio a entender- Bruselas va a rebajar la presión. Aunque todavía no es oficial, la modificación se dará a conocer este mismo mes, el Ejecutivo da por hecho que se pasará del 4,5% al 6% como nación, y ha prometido en tal caso a los gobiernos regionales que abrirá la mano.
La duda vuelve a radicar en si desde Hacienda se acabará aplicando el déficit diferenciado, como así se sugirió y algunas regiones temen. De hecho, la reunión no sirvió para disipar las dudas de las denominadas cumplidoras. Dos de ellas, Castilla-La Mancha y Madrid, reclamaron en el turno de réplica que no se penalice a aquellas que han logrado cumplir con el objetivo de déficit. En público se sumaron Aragón y Castilla y León. Pero, en voz de las fuentes consultadas, Montoro se mostró "ambiguo" en su respuesta, y no descartó de forma tajante el déficit a la carta, extremo que rechazan.
Siendo éste el debate de fondo, objeto de importantes fricciones internas, el Ejecutivo logró lo que andaba buscando: una fotografía de cierta unidad -el ambiente fue incluso mejor que el de despachos anteriores-, a la espera de que Bruselas haga el anuncio de que ofrece más margen y empiece la negociación de verdad. La reunión de la conferencia de política fiscal y financiera ni tan siquiera está convocada.
Una instantánea que, además, se quiso vender como la del "compromiso con la consolidación de las cuentas públicas", como tituló el PP el comunicado con el que informó de la cita. Y es que, inciden, en ningún caso quieren dar la impresión de que se van a relajar con "la senda marcada". En calidad de secretaria general de la formación, María Dolores de Cospedal inició la reunión advirtiendo: "La reducción del déficit público es sustancial para la credibilidad de España" y "el papel de las comunidades autónomas es fundamental".
Pago a 30 días en las CCAA
Montoro también aprovechó para anunciar que su objetivo es que "para el último trimestre del año todas las administraciones estemos pagando a 30 días para que nadie crea que se va a financiar a costa de los proveedores". Pero, en privado, las regiones más angustiadas, como Valencia, le insisten en que en julio tendrán graves problemas para llegar a los pagos.
Una toma de contacto, filas prietas, que en todo caso sólo esconde, en parte, la gravedad de la situación. Tanto que, sólo horas antes, desde Hacienda se exasperaban porque las comunidades propias "estén siempre con el que hay de lo mío y pidiendo dinero cuando, simple y llanamente, es que no lo tenemos". Es "el momento de dejarse de personalismos y hacer un esfuerzo", insistían, eso sí, en privado. Un ministro consultado ilustraba el panorama: "Los peores, siempre, son los de tu propio partido".