El consejo de administración de la operadora francesa de telecomunicaciones Orange ha renovado su "total confianza" en el presidente y consejero delegado de la multinacional gala, Stéphane Richard, después de que hace una semana fuera interrogado en el marco de la investigación judicial sobre el caso de las indemnizaciones al empresario Bernard Tapie.
Stéphane Richard ha explicado este lunes al consejo de administración todo lo relacionado con el caso CDR-Tapie, en una reunión en la que también ha intervenido el presidente del comité de gobernanza para el explicar las posibles consecuencias que esta situación podría tener en la gobernanza de la empresa. "(El consejo de administración) ha decido renovar su total confianza en Stéphane Richard para que continúe afrontando, con la misma energía, los numerosos retos de Orange, en el interés de la empresa, de sus trabajadores, de sus clientes y de sus accionistas", señala la operadora en un comunicado.
En particular, el consejo ha considerado que las medidas judiciales que afectan a su consejero delegado "no ponen en tela de juicio" su capacidad para asumir de forma "plena y eficaz" la dirección de Orange. En este sentido, asegura que seguirá garantizando esto siga siendo así en el futuro, por lo que ha encargado a Bernard Dufau, consejero independiente, una misión con este objetivo.
Richard fue jefe de gabinete de la exministra de economía francesa y actual directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, durante el periodo que se investiga. Lagarde compareció el pasado mes de mayo ante el órgano encargado de los casos de corrupción entre altos cargos del Estado por una supuesta "complicidad en falsificación y malversación de fondos públicos". Se investiga su decisión de recurrir al arbitraje para solucionar un contencioso entre el banco Crédit Lyonnais y Bernard Tapie en relación con la adquisición de la empresa Adidas.
Los hechos se remontan a 2007, cuando Lagarde decidió recurrir a un tribunal arbitral, -un órgano jurisdiccional privado- para resolver el litigio entre Bernard Tapie y Crédit Lyonnais que se remitía a principios de los años noventa. Tapie consideraba que sus intereses habían sido lesionados por Crédit Lyonnais, a quien había dado instrucciones para la venta de Adidas.