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España podría superar los 60 millones de turistas este año

Algunas cifras apuntan a un año histórico para el sector. La tensión en el norte de África y Oriente Medio anima a los visitantes europeos.

No hay muchas buenas noticias para la economía española en este 2013. La industria languidece, el crédito no se recupera, las cuentas públicas siguen en números rojos y la tasa de paro sigue por encima del 27%. Sin embargo, entre todas esas nubes se abre paso un pequeño rayo de esperanza. No es ninguna novedad. Se trata del sector turístico que, según se conocía este lunes, alcanzaba cifras récord en junio.

Evidentemente, un mes no sirve para lanzar las campanas al vuelo. Pero lo cierto es que poco a poco los datos del sector han ido mejorando en los últimos ejercicios. En el primer semestre de 2013, el número total de turistas extranjeros ha llegado a las 26.143.614 personas, lo que supone un 4,2% más que en el mismo período del año pasado.

Si en el segundo semestre, con el impulso de julio y agosto, se mantiene esta tendencia y se crece alrededor del 4% respecto a 2012, España podría superar la cifra mágica de los 60 millones de visitantes. Sería un nuevo récord, puesto que se dejaría atrás los 58,6 millones de 2008. Y sería también, probablemente, el mejor dato, junto con el de las exportaciones, de todo el año. El sector exterior tira de la economía nacional. La pregunta que todo el mundo se hace es si será suficiente.

Cinco datos

En general, casi todas las cifras son bastante positivas. La de los 26,1 millones de turistas en el primer semestre ha sido la más comentada, de entre las que se han publicado este lunes en el número de junio de Frontur. Pero tanto en este informe como en otros del Instituto de Estudios Turísticos, hay datos suficientes para ser optimistas con el futuro a corto plazo de un sector que representa aproximadamente el 11% del PIB y el 12% del empleo del país. Los siguientes son los cinco más destacados:

  • 1.035.751 afiliados: según los datos del Ministerio de Empleo, en el mes de junio la hostelería tuvo de media 1.035.751 afiliados. Son apenas 2.600 menos que un año antes, una caída del 0,28%. Ningún otro sector de la economía puede presumir de haber mantenido el empleo estos doce meses.
  • 10,4%: nuestros principales visitantes siguen siendo los clásicos, ingleses, franceses y alemanes. Sin embargo, España está creciendo entre turistas menos habituales con mucha fuerza. Por ejemplo, los que vienen de países nórdicos suben un 15,9% entre enero y junio, los rusos un 33% y la categoría "resto del mundo" (quitando Europa y América) lo hace un 10,4%. Diversificar los clientes siempre fue garantía de éxito en cualquier negocio.
  • 110 euros: ésta es la cantidad diaria de dinero que se gastaba un turista en España en mayo sumando todos los conceptos, según Egatur. No es mucho, pero es un 4,3% más que en junio de 2012. No sólo eso, el gasto por estancia también crece, hasta los 931 euros, y permite que el gasto total crezca un 7,9%.
  • 0,6%: muchos empresarios del sector no creerán que ésta sea una buena cifra. Es el dato de incremento de los precios en "restaurantes, bares y cafeterías" según el último IPC. En el conjunto de los productos turísticos llegó al 1,1%. Y hay que recordar que el índice general subió hasta el 2,1% en tasa interanual. En anteriores épocas de bonanza para el turismo, los precios subieron con rapidez, lo que supuso pérdidas de competitividad y problemas a medio plazo. En esta ocasión, no está siendo así, lo que apunta hacia un modelo productivo más eficiente y con capacidad para ajustar también vía precios.
  • -8,7%: éste no es un buen dato, pero podría servir como consuelo. El número de viajes de los españoles cayó en 2012, tanto si miramos los movimientos internos (-0,6%) como externos (-8,7%). La diferencia en las cifra explica por sí misma por qué podría interpretarse esta cifra, negativa, como no tan mala para el sector. Muchos compatriotas en situación de dificultad empiezan a recortar en sus vacaciones, con destinos más cercanos. Es un consuelo menor, pero este ahorro provocado por la crisis no vendrá mal a algunos empresarios españoles.

Una mala-buena noticia

Egipto, Siria, Túnez… Algunos de los países que en las últimas dos décadas se postulaban como alternativas a España, están sumidos en una profunda crisis político-institucional. La inestabilidad en el norte de África y Oriente Medio es una mala noticia, pero es evidente que está ayudando a desviar turistas desde estos destinos hacia las costas nacionales.

Son lugares con buen clima, a 2-3 horas de vuelo del centro de Europa, una infraestructura hotelera cada vez más desarrollada y que pueden mezclar sol-playa con turismo cultural. Y son más baratos. Está claro que parecían nuestro competidores más fieros. Sin embargo, las revueltas sociales están hundiendo su sector turístico. Por ejemplo, en 2012, Egipto recibió menos de 10 millones de visitantes, cuando en 2010 había superado los 14. Túnez se quedó por debajo de los 5 millones, cuando en 2008 sobrepasó los 7 millones.

Eso sí, ante esta tesitura, aparecen destinos alternativos: Turquía (cada vez más competitiva para el turismo de sol y playa) y el sureste de Europa (Croacia, islas griegas,…). Además, hay que tener en cuenta que algunos de nuestros grandes clientes lo están pasando muy mal. Francia, Italia o Portugal están en el top ten de emisores de turistas hacia España. Y los tres países están en una profunda crisis o muy cerca de entrar en ella. Sin duda, es la principal amenaza para el sector.

En cuanto a las oportunidades, no debería despreciarse la capacidad del turismo para comenzar un ciclo virtuoso que muchos expertos demandan para España desde hace años. La Península Ibérica tiene una situación geográfica privilegiada. Pocos países del primer mundo disfrutan de un clima tan bueno, durante casi todo el año. Por eso, no son pocos los que piden un paso adelante, para que España se convierta en la Florida o la California europea. Vamos, para que atraiga residentes de alto poder adquisitivo y empresas de tecnología punta que busquen un entorno más atractivo. Para lograrlo serían necesarios muchos cambios, para empezar, leyes laborales, tributarias o burocráticas más flexibles y modernas. Pero la publicidad ya la tenemos. Hay más de 57 millones de personas que cada año nos visitan. Y les gustamos, porque repiten. Sólo hay que conseguir que empiecen a pensar en nosotros como algo más que un destino de quince días.

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