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Juan Velarde

Un clamor del empresariado asturiano

Los industriales del Principado alertan de la carencia de técnicos cualificados en la región.

Dentro de las actividades veraniegas de los cursos de La Granda destacó la convocatoria a empresarios del Principado para que, en mesa redonda, expusiesen sus problemas.

En esta ocasión, la cuestión central fue el tema de la formación profesional. Conviene recordar algunas de las opiniones que proclamaron un conjunto significativo de empresarios asturianos. Conviene recoger, de la pluma de Amaya P. Gijón en La Nueva España y de Sheyla González en La Voz de Avilés, algunas cuestiones especialmente interesantes.

Para José Antonio Hevia Corte, presidente del grupo Ideas en Metal,

la formación profesional tal y como está concebida en la actualidad (pese a la tendencia en la dualidad) no es suficiente para atender la demanda de los empresarios (…) Ahora está prohibido que los jóvenes de entre 14 y 16 años trabajen, pero esa es la mejor edad para aprender un oficio. La formación tiene que ser dual, a diario combinando unas horas teóricas y otras de práctica en la empresa. ¿Dónde están las escuelas elementales de trabajo, las de artes y oficios? Estamos circulando en dirección prohibida.

Daniel Alonso, que empezó con un pequeño taller metalúrgico que se ha transformado en un conglomerado industrial –Grupo Daniel Alonso– con más de 2.000 trabajadores, apuntó:

Los empresarios queremos enseñar y pagar, no queremos nada gratis, pero no puedes coger a un aprendiz con 30 años, sino con 16 o 18 para que a los 20 sea oficial.

Y añadió:

Tengo que traer de afuera [de Asturias] mano de obra en autobuses [para atender la demanda]. Es un dolor.

Enrique Macián, presidente de DuPont Ibérica, manifestó:

Cuando llegamos a Asturias en 1990 necesitábamos cientos de operarios y pusimos como listón mínimo la titulación con FP2, con y sin experiencia. Dada nuestra actividad [sector químico] (…) tuvimos que formarlos. Para eso pedimos cierta ayuda a la Administración y con nuestra tecnología de Estados Unidos montamos cursos de operadores químicos (…) La Administración tiene que ayudar, pero no marcarnos lo que tenemos que hacer.

José Luis Martínez, experto en mercado editorial señaló:

Hay que tratar de dar relevancia social a las profesiones técnicas igual que a las universitarias.

Baldomero Argüelles, coronel de ingenieros y delegado de Defensa en Asturias, mostró cómo a la tropa –recordemos que ya no existe servicio militar obligatorio– lo primero que se le procura es formación.

Les damos la posibilidad, además, de poder sacarse graduados o realizar cursos de empleo que les den opción a entrar en una bolsa de trabajo por si deciden reincorporarse a la vida civil.

Raimundo Abando, expresidente de la Autoridad Portuaria de Avilés, aseguró:

Hay que reinventar a fondo la formación [profesional]; no puede ser que sea menos un oficial que un abogado.

Como conjunto,

los empresarios asturianos alertan de la carencia de técnicos cualificados en la región en contraste con el excedente de universitarios y urgen la dignificación de la formación profesional.

Es muy significativa esa reacción, que parecía un clamor, en un distrito industrial español típico: Asturias.

En Libre Mercado

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