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EDITORIAL

¿Otra vez brotes verdes?

Empresas y familias se ajustaron el cinturón con bastante rapidez. Son los Gobiernos quienes siguen gastando más de lo que ingresan.

Fue en 2009 cuando la entonces vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, se cubrió de gloria atisbando unos "brotes verdes" en nuestra economía que más de cuatro años después siguen sin aparecer por ninguna parte. Sin embargo, eso no ha impedido a nuestros gobernantes, antes del PSOE y ahora del PP, a vaticinar que la recuperación ya estaba ahí, a nuestro alcance, como si bastaran unas palabras para traernos el maná directamente del cielo. Pero desgraciadamente, los ciudadanos seguimos con las manos vacías.

En su balance de 2013 el presidente del Gobierno ha vuelto a vaticinar que el año que viene "será el del inicio de la recuperación económica". Pero no se preocupen, que si no sucediera, dentro de un año nos prometerá que será en 2015. Y si entonces tampoco, quien ocupe el cargo nos dirá que en 2016. Es cierto que las perspectivas parecen hoy mejor que hace cuatro años, como también es verdad que estamos en una situación infinitamente peor que entonces. Quien sabe, quizá esta vez suene la flauta, aunque las estimaciones del FMI digan lo contrario. Pero a estas alturas nadie puede creerse ningún vaticinio de naturaleza económica procedente del Gobierno de España.

No es que la oposición esté mejor, claro. Rubalcaba no sólo ha negado el pan y la sal al Ejecutivo, algo que, hasta cierto punto, le viene en el sueldo. No, el problema es que ha centrado las críticas en lo poco atinado que han hecho Rajoy y los suyos, y en sus palabras se vislumbra lo que haría en caso de llegar al poder: aumentar el gasto y las regulaciones, especialmente en materia laboral. En definitiva, el PSOE se propondría, caso de llegar al poder, repetir lo peor del zapaterismo en materia económica y parar las pocas y tímidas reformas del PP que, al menos, han ido en la buena dirección. Y lo peor es que, echando un vistazo al resto del arco parlamentario, el populismo a la argentina parece una apuesta transversal.

La casta política parece haber apostado por hacer lo mínimo, mantener el tinglado tal y como está en la medida de lo posible y esperar a que escampe. Nos hemos tirado una década creciendo a base de deuda exterior y casi seis años intentando aprender a vivir sin esa inyección y pagando los excesos de la fiesta. Empresas y familias se ajustaron el cinturón con bastante rapidez. Son los Gobiernos, locales, autonómicos y el nacional, quienes siguen gastando más de lo que ingresan. Todos los políticos parecen funcionar aún bajo la creencia de que los ingresos que tuvieron durante la burbuja son lo normal, y las vacas flacas actuales una excepción que pronto pasará. Pero España no se recuperará mientras no se olviden de esa idea, asuman de una vez que la fiesta se acabó y ajusten sus presupuestos sin esperar una hipotética bonanza futura. Ni Rubalcaba ni Rajoy parecen estar por la labor. ¿Pero hay algún político que lo esté?

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