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EDITORIAL

Montoro se empecina en el error

Montoro tiene el honor de ser el ministro que en menos tiempo más ha elevado los impuestos y, a la vez, el que más ha incrementado nuestra deuda.

Cristóbal Montoro ya se ha hecho merecedor del dudoso honor de ser el ministro de Hacienda que en menos tiempo más ha elevado la presión fiscal y, a la vez, el que más ha incrementado la deuda soberana. Semejante desastre, que tanto ha retrasado y tanto debilita todavía nuestras señales de recuperación económica en el sector privado, debería haber llevado al Gobierno a un radical giro en su política fiscal, a fin de conseguir el equilibrio presupuestario y el crecimiento económico mediante una drástica reducción del gasto público y una liberalizadora rebaja de impuestos. Se trataría de una política ciertamente inédita pero coherente con el ideario otrora liberal-conservador de su partido y con lo que el propio Montoro defendía ardientemente antes de convertirse en el ministro más característico de este irreconocible y felón Gobierno.

A la vista, sin embargo, de lo que ha manifestado en la entrevista que ha concedido a Cinco Días, la salida de la crisis para este voraz ministro sigue sin pasar por un menor gasto público, sino por una mayor recaudación fiscal, por lo que no sería de extrañar que Montoro se superase a sí mismo en 2014 con un mayor endeudamiento y una mayor presión fiscal. De hecho, y tal y como publicó El Mundo este jueves, el Gobierno ya prevé un incremento de la deuda soberana en 2014 a razón de más de 650 millones de euros diarios, al tiempo que el Ejecutivo anuncia una nueva subida fiscal para empresarios y autónomos mediante un aumento adicional de las bases de cotización a la Seguridad Social, nivel que sirve de referencia para determinar cuánto hay que pagar por la cuota mensual de autónomos.

Así, y a pesar de que España ya soporta uno de los gravámenes laborales más altos del mundo desarrollado, la base mínima de cotización subirá este año un 2%, de 858,60 a 875,70 euros mensuales, por lo que la cuota mínima, que es la que paga más del 80% de los autónomos, pasa de 256,72 a 261,83 euros. Por otro lado, la base máxima de cotización sube un 5% -al igual que en el Régimen General-, pasando de 3.425,70 a 3.597 euros mensuales, con la consiguiente elevación de la cuota.

Al Gobierno del PP pareciera que no le importase la debilidad de nuestras tardías y todavía frágiles muestras de recuperación económica, siempre que estén por encima de las que patéticamente ofrece en intención de voto el principal partido de la oposición. Tal vez así, manteniendo irresponsablemente intacto el insostenible y sobredimensionado sector público, el PP consiga mantenerse en el poder, pero eso no evitará que nuestra salida de la recesión se convierta en una despreciable mejoría muy similar a una condena al estancamiento.

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