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La mayoría de analistas descarta que el BCE anuncie nuevos estímulos

La entidad monetaria esperará a ver el efecto de las medidas anunciadas en junio antes de actuar de nuevo.

El Banco Central Europeo (BCE) mantendrá este jueves su tasa de interés rectora en el mínimo histórico del 0,15 % y esperará a ver el efecto de las medidas anunciadas en junio antes de actuar de nuevo. Pese a que las declaraciones del presidente del BCE, Mario Draghi en Jackson Hole (Wyoming) han despertado especulaciones, la mayor parte de los analistas descarta que la entidad monetaria europea vaya a actuar mañana.

El BCE publicará sus nuevas proyecciones macroeconómicas de crecimiento e inflación, que podría revisar a la baja. La tasa de inflación cayó en agosto en la zona del euro una décima hasta el 0,3 %, frente al mes anterior. En sus últimas proyecciones de junio, el BCE pronosticó que la zona del euro crecerá este año un 1 % con una inflación del 0,7 %.

La zona del euro se estancó en el segundo trimestre del año, frente al primero, cuando había crecido un 0,2 %. La economía de Alemania se contrajo en el segundo trimestre un 0,2 % Italia entró en recesión y Francia se estancó por segundo trimestre consecutivo.

No obstante, los expertos no esperan demasiado de la reunión de este jueves y de la rueda de prensa de Draghi, quien preferirá esperar a ver el efecto de las medidas anunciadas en junio, entre ellas las nuevas operaciones de liquidez a plazo más largo, cuatro años, condicionadas a que los bancos presten a las empresas y hogares. El BCE conducirá la primera de ellas el próximo 18 de septiembre a un tipo de interés fijo del 0,25 %.

La entidad monetaria se ha manifestado recientemente a favor de comprar bonos de titulización de activos de alta calidad, medida controvertida porque algunos de estos bonos fueron el origen de la crisis financiera. Las declaraciones de Draghi en Jackson Hole han contribuido a la depreciación del euro hasta 1,31 dólares en las últimas semanas.

El BCE, asesorado por el gestor de fondos estadounidense Blackrock, estudia la posibilidad de comprar bonos de titulización de activos, que no liquidará directamente, sino a través de una empresa de servicios financieros. De este modo, los bancos podrían titulizar sus créditos venderlos al BCE y reducir sus balances para dejar más espacio para nuevos créditos.

Pero el BCE no está dispuesto a asumir en solitario los riesgos de la compra de este instrumento financiero. En este sentido, el miembro francés del comité ejecutivo del BCE, Benoit Coeuré, dijo recientemente que "es necesario dar un paso más atrevido para abrir el potencial del mercado".

"Europa afronta una elección muy fundamental si quiere dirigirse a un mercado de bonos de titulización de activos que sea tan profundo y líquido como el estadounidense", pero para ello requerirá un apoyo público muy diferente al actual, dijo Coeuré en una entrevista.

El mercado de bonos de titulización de activos no se ha recuperado desde el estallido de la crisis financiera y sus ventas a inversores se han reducido desde los 296.000 millones de euros en el primer semestre de 2007, hasta los 43.600 millones de euros en el mismo periodo de este año.

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