Menú
El idioma más demandado

Siete razones por las que los españoles somos un desastre con el inglés

Una de cada tres ofertas de trabajo pide saber idiomas y el inglés es el más demandado.

Una de cada tres ofertas de empleo en España requiere conocimientos de, al menos, un idioma, según se recoge en el último informe Infoempleo Adecco del mes de noviembre. Esta tendencia sigue al alza y viene determinada por la actividad laboral que se desarrolla en el puesto de trabajo, los referentes de conocimiento especializado para ese puesto y la nacionalidad de la empresa.

El inglés sigue siendo la lengua más demandada, con el 88,9% de las ofertas. Le sigue (de lejos) el alemán, que se convierte por primera vez en la segunda lengua con el 7,2% de las ofertas, desbancando al francés, que desciende a la tercera posición con el 7,1% de los puestos de trabajo.

Pero, a pesar de que la mayoría de las empresas lo requiere, ¿por qué todavía en España el inglés no se domina correctamente? ¿aprender inglés es realmente complicado para los españoles? ¿cuáles son los motivos de que cause tanta confusión? La academia online ABA English ha recogido siete motivos por los que el inglés cuesta tanto en España.

1- Familias lingüísticas distintas

El inglés no es una lengua romance, sino que es de origen germánico, por lo que cuenta con sonidos vocálicos que no tenemos. El sistema del español está compuesto por 5 vocales, mientras que en inglés hay más del doble de sonidos vocálicos. Este hecho deja a los españoles más vulnerables que, por ejemplo, los portugueses, ante el inglés. Nuestros vecinos parten con ventaja al contar con un sistema vocálico todavía más complejo que el anglosajón.

2- Traducciones al pie de la letra

El apasionante mundo de las malas traducciones del español al inglés, y viceversa, parece inagotable. Es importante saber que once a day no se traduce como "once veces al día", o que cuando queremos destacar en inglés que algo "es la leche", no hay que soltar It’s the milk.

3- Despiste de género

Los ingleses sufren aprendiendo que "moto" es una palabra femenina, o que "planeta" es masculina, a pesar de sus terminaciones. Pero nosotros también nos encontramos con dificultades cuando tratamos de usar en inglés nuestro pronombre "su", que se acaba desdoblando en his, her o its. Un apunte vital de acordarse si no queremos dar a entender que nuestra novia es un hombre, o que nuestro padre es en realidad una mujer.

4- La ortografía y la pronunciación

El inglés parece carecer de reglas de ortografía y de pronunciación. En castellano, por ejemplo, la "a" siempre se pronuncia "a", sin complicarnos la vida. En cambio, en el inglés la "a" puede sonar "a", como en el caso de Apple, o "ey", como en "ape". Y si la vocal se combina con otra, la pronunciación se enreda todavía más.

5- Sílaba tónica

Algunas palabras que terminan con el sonido "el" se escriben "-el", tales como "novel" o "cancel", pero otras van con "-le" como cable o little. ¿A qué se debía todo esto? Muy sencillo. Las palabras que terminaban en "-el" tenían sílaba tónica aguda, es decir, al final. Pero el idioma ha ido evolucionando y su forma de escribir ya no refleja su pronunciación.

6- Arbitrariedad histórica

Muchos esfuerzos se hicieron en el pasado para estandarizar la forma de escribir el inglés. No obstante, en muchas ocasiones los académicos encargados de ello acabaron creando más caos del necesario.

Por ejemplo, en el siglo XVI decidieron insertar una "b" en las palabras dette (deuda) y doute (duda) para así recordar mejor su raíz latina. Ahora las vemos escritas como debt y doubt, claro que ambas "b" son mudas.

7- Dos son compañía

En castellano los verbos cambian con el sujeto, por lo que no necesitamos mencionarlo. Así, podemos decir tranquilamente "jugó" y entender que se está hablando de la tercera persona del singular. Pero en el inglés es otra historia. Si decimos play podemos estar hablando de él, pero también de nosotros, de ellos… ¡Imposible tenerlo claro! Por ello, en inglés es vital indicar siempre el sujeto si queremos que nos entiendan.

En Libre Mercado

    0
    comentarios