Solamente en 2013, 94.000 italianos de entre 18 y 34 años de edad optaron por abandonar el país transalpino y emigrar a otros países. Los estudios de la OCDE confirman que este fenómeno no es una novedad: a lo largo de los últimos diez años, unos 300.000 habitantes del país mediterráneo habrían optado por trasladarse a otros lugares del mundo en busca de mejores oportunidades profesionales.
De acuerdo con la revista The Economist, "Italia es un país en el que encontrar empleo depende excesivamente de lazos familiares o políticos. Estamos viendo protestas cada vez más violentas entre los estudiantes, lo que podría ser un síntoma de la frustración que está calando entre los jóvenes más preparados del país".
Históricamente, los italianos que dejaban su país solían ser trabajadores de mayor edad y preparación media-baja. Sin embargo, la revista británica explica que, a lo largo de los años 90, la tendencia histórica empezó a invertirse y el porcentaje de emigrantes con títulos universitarios se multiplicó por cuatro.
¿Acaso no ocurre lo mismo en España? Según los estudios de la OCDE que recoge The Economist, los españoles que cambian de residencian tienen menos cualificación. Además, aunque en España sí ha ido a más el fenómeno de las salidas, también conviene subrayar que nuestro país sigue atrayendo a trabajadores cualificados en niveles muy superiores a los registrados por Italia.
Así, mientras otros países compensan, al menos en parte, la salida de trabajadores cualificados con la llegada de profesionales bien preparados, Italia se enfrenta a una "fuga neta de cerebros", pues la cifra total de salidas es muy superior a la de llegadas.
"Italia es una nación a la fuga"
El periodista Ferdinando Giugliano ha explicado en la revista Dialogue que "uno de cada cinco italianos residentes en el extranjero se dedican a la docencia o la investigación. A esto se suman miles de empresarios y profesionales con educación avanzada". Por este motivo, el analista transalpino Beppe Servegnini subraya que "lo de Italia no tiene nada que ver con el libre movimiento de personas que está en el DNI de la Unión Europea: lo de Italia es una nación a la fuga...".
Por su parte, la columnista Beatrice Faleri destaca que "el éxodo de los italianos está relacionado con la ineficiencia institucional y la corrupción. Es una sociedad poco meritocrática y llena de nepotismo. A eso se suman las trabas a las empresas privadas, las décadas de despilfarro en el gasto público, la endogamia entre los académicos e investigadores ligados a las universidades...".
En opinión de Faleri, "mientras los políticos han hablado de "flexibilizar" el mercado laboral, lo único que han hecho es distorsionar el mercado de trabajo y seguir privilegiando a quienes ya tienen empleo. Por otro lado, las leyes migratorias complican que lleguen trabajadores más preparados y ayuden a compensar, al menos en parte, la fuga de talento".