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El test que revela si Pablo Iglesias es un populista en 10 claves

La politóloga guatemalteca Gloria Álvarez nos da las claves para identificar el populismo.

La politóloga guatemalteca Gloria Álvarez nos da las claves para identificar el populismo.
El estilo de liderazgo del número uno de Podemos, a debate

A lo largo del último año, no pocos analistas han tildado de "populistas" las propuestas y el discurso de Pablo Iglesias. Con ánimo de comprobar si esta acusación está justificada, conviene echar un vistazo al "decálogo del populista" que ha publicado la politóloga guatemaltaca Gloria Álvarez:

1. Liderazgo carismático.

Toda posible virtud del proyecto político está encarnada en el líder. Con su carisma moviliza a las masas y estas le dan la autoridad para dictar qué es lo correcto y qué es verdad. Según anuncia, le devolverá el poder al pueblo y terminará con todos sus problemas materiales y espirituales.

2. Hostiga a medios de comunicación que no le son afines.

El populista pretende demostrar que la verdad es una sola: la suya. Para establecerla recurre a una retórica demagógica. Esto exhorta a la población a entender el mundo de una sola forma que le es funcional al régimen populista. Para lograr esto, el control, hostigamiento y censura de los medios de comunicación es vital.

3. Se erige como el único capaz de interpretar el sentir popular.

El régimen populista, cuyo poder se concentra en el líder carismático, se presenta como el único capaz de interpretar el pensar y el sentir del pueblo. Toma ese supuesto conocimiento y lo levanta como absoluto. De esta manera su discurso se transforma en verdad oficial, llegando frecuentemente a amenazar, perseguir y hostigar a la disidencia.

4. Defiende el uso discrecional de los fondos públicos.

El populista pretende disponer a su antojo de los recursos del país sin contemplar responsabilidad alguna. Bajo su proyecto, los gastos públicos están a merced de la voluntad del líder. En una demostración de desprecio por la institucionalidad económica, causa daño al equilibrio financiero del país y, con ello, a toda su población.

5. Defiende la "redistribución de la riqueza" para ganar apoyos.

Como el líder populista dice conocer al pueblo y sus problemas, se atribuye la autoridad única para disponer de forma discrecional de los recursos públicos. Es él quien personalmente decide cuánto y cómo se reparte. Incluso puede ser él mismo quien realice la distribución. Lo que se esconde tras esto es la intención de sobornar al pueblo.

6. Alienta el odio de clases.

Los regímenes populistas se hacen más fuertes en la medida en que polarizan a la sociedad. Para esto, el populista recurre a un discurso de odio contra diversos sectores: los adinerados, los empresarios, la prensa, los extranjeros, los diferentes. Todos son potenciales objetivos de su política de rencor que, en definitiva, pretende manipular a la ciudadanía.

7. Reduce a la ciudadanía a un rebaño dócil y sumiso.

El líder populista, mediante su carisma, moviliza a la población para validarse como portavoz de la voluntad general. La plaza pública es el espacio para manipular la opinión de la ciudadanía, convirtiéndola en un rebaño dócil y sumiso. Es ahí donde se produce el juicio público de los "enemigos del pueblo" y se anuncian las medidas arbitrarias del líder.

8. Recurre sistemáticamente al "enemigo".

Cuando hay problemas, para asegurar el mantenimiento del apoyo popular, el régimen se inventa enemigos. Haciendo uso de la retórica nacionalista, el populista se refiere a un "enemigo externo", que pueden ser instituciones, corporaciones, gobiernos o personajes extranjeros que, según él, buscan derrocarlo.

9. Desprecia las instituciones.

Basado en la "verdad oficial", se instala una idea de justicia directa. Como se desconfía de las leyes creadas por vía institucional, el líder secuestra los otros poderes del Estado. Él manipula al congreso y vuelve parciales a los tribunales. Alienta al "pueblo" a tomar la justicia en sus manos en base a lo que el régimen define como correcto.

10. Destruye la democracia liberal.

El populismo busca ampliar a toda costa el espacio para ejercer su poder. Todo aquello que se le oponga busque controlarlo es contrario a la supuesta "voluntad popular", esto es, a los deseos del populista. De la misma manera, el líder populista buscará mantenerse en el poder eternamente.

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