El exministro de finanzas griego, Yanis Varufakis, ha criticado con dureza la actitud de sus antiguos compañeros en el Gobierno heleno por su claudicación ante los socios europeos. Para Varufakis ya era "tóxico" el acuerdo que propuso el Eurogrupo a Grecia y que condujo a que Tsipras convocara un referéndum.
Varufakis, que fue criticado por no querer firmar, considera que los acuerdos que se le ofrecieron no eran "de buena fe". En una entrevista telefónica a la revista New Statesman, Varufakis llamó a las propuestas que envió Tsipras al eurogrupo (las del pasado viernes, no las de este lunes) "absolutamente imposibles, totalmente inviables y tóxicas". Para Varufakis, esas propuestas son "las que se presentan cuando no quieres un acuerdo".
Además, Varufakis ha advertido de que los países que podían haber mostrado más cercanía hacia Grecia (Portugal, España, Italia e Irlanda) se revelaron como "los enemigos más enérgicos" de las intenciones de Syriza en las negociaciones. Según Varufakis, si Atenas conseguía un mejor acuerdo, podían salir perjudicados políticamente.
Se tiene por un gran negociador
Varufakis entendía, según su propio testimonio, que la mejor baza que podía buscar Grecia en las negociaciones era amenazar con el Grexit. Entendía el entonces ministro de Finanzas heleno que el Eurogrupo no quería dejar caer a Grecia y convertirla en un estado fallido, por lo que la amenaza de la salida de Grecia del Euro era lo que mantenía vivas las posibilidades de alcanzar un mejor acuerdo con el Eurogrupo.
El exministro presume en esta entrevista del plan que tenía diseñado para presionar a Europa después de que el BCE obligara al Gobierno a establecer el control de capitales en los bancos. Él pensaba que, en ese momento, podía actuar unilateralmente y diseñó un plan en tres pasos para emitir pagarés denominados en euros, recortar los bonos griegos emitidos al BCE en 2012 para reducir la deuda griega y tomar el control del Banco de Grecia. Tres pasos que, según dice, no suponían de facto un Grexit pero que habría sido un golpe de efecto que hubiera metido presión a la Zona Euro para suavizar sus condiciones. Por último, estaba convencido de que el referéndum ofrecía a Syriza el mandato y la legitimidad para dar el golpe a Europa.
Al mismo tiempo, Varufakis explica que transmitió su plan a Tsipras en la víspera del referéndum, lo que, según dice, precipitó su salida del Gobierno después de no lograr apoyos suficientes para llevarlo a cabo en el seno del Ejecutivo. "Esa misma noche" (la noche del referéndum), explica Varufakis, el Gobierno decidió que no desafiaría a Europa y que trataría de "aceptar la premisa de que pase lo que pase, cualquiera que sea la propuesta del otro lado, no responderíamos nunca de forma desafiante. Fundamentalmente, eso significaba plegarse, dejar de negociar".
Schäuble, el jefe del Eurogrupo
El exministro de Finanzas decía en esta entrevista que el Eurogrupo está "total y completamente" controlado por el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble. En esta entrevista, que se llevó a cabo antes del acuerdo para el tercer rescate al Estado heleno, el economista hace un repaso de sus cinco meses al frente del equipo negociador del Gobierno de Alexis Tsipras.
Preguntado por el periodista si el Eurogrupo está dominado por la posición alemana, Varufakis, que dimitió hace una semana, mantiene que "es como una orquesta afinada" donde Schäuble "es el director". "Todo sucede en armonía. A veces la orquesta desafina, pero entonces él la reúne de nuevo y le devuelve al tono", explica. Aunque el ministro de Finanzas francés es el único que a veces discrepa "muy sutilmente", al final "se pliega y acepta" la línea oficial, afirma el académico.
Varufakis, que reconoce sentirse "aliviado" por haber dejado su cargo, con el que debía negociar una posición cada vez más "difícil de defender", lamenta de su experiencia en la negociación "la completa falta de escrúpulos democráticos por parte de los supuestos defensores de la democracia de Europa".
El economista explica que, cuando intentaba presentar un argumento económico a sus homólogos europeos, "no se implicaban", "era como si nadie hubiera hablado", porque al final se ceñían al protocolo oficial previamente marcado. Explica que, aunque algunos ministros y responsables de instituciones, como el FMI, empatizaban con él en privado, en las negociaciones "se parapetaban en la versión oficial", mientras que Schäuble fue "consistente desde el principio".
Según Varufakis, pese al pretexto de la negociación, desde el principio se le dijo a Grecia: "Esto es un caballo y o te subes o estás muerto". Preguntado por si Syriza buscó alianzas con Podemos en España, Varufakis señala que, pese a la buena relación, "no había nada que pudieran hacer", y, cuanto más hablaban a favor de Syriza, "más contrario se mostraba el ministro de Finanzas" español.
Varufakis, que como ministro buscó una respuesta más "enérgica" a Bruselas que no secundaron sus colegas de gabinete, asegura que mantiene una "estrecha" relación con Tsipras, al que conoció en 2010, y especialmente con su sucesor, Euclides Tsakalotos.
Con Tsipras hablaron por primera vez en una cafetería, cuando él era un joven líder "que intentaba entender lo que sucedía, en qué consistía la crisis y cómo debía posicionarse", recuerda el académico. "Creo que le ayudé a formarse una idea de lo que debía hacerse", apostilla.
Yanis Varufakis afirma que no le sorprendería si Tsipras acaba aceptando un mal acuerdo con las instituciones acreedoras, como al parecer finalmente ha sucedido. "Porque puedo entender que siente que tiene la obligación hacia la gente que le apoya, que nos apoya, de no dejar que este país se convierta en un Estado fallido", asevera.