La historia de Joel Weber es ese tipo de vivencia que se convierte en un ejemplo de que si se quiere conseguir algo, se puede. Muchos jóvenes estadounidenses se endeudan para poder pagar la universidad. En ocasiones, los padres sufragan la mayoría del gasto después de muchos años de ahorro para ese fin.
En otras ocasiones, los estudiantes recurren a créditos, lo que supone que al licenciarse se encuentran en una situación complicada ya que tienen que hacer frente, con el sueldo de sus primeros trabajos, a una elevada deuda.
Weber, estudiante de 25 años de la Universidad de Texas, no quería ser uno más de esos miles de jóvenes endeudados y por ello se decidió a construir su propia casa: con lo que se ahorraría de alquiler durante sus años universitarios podría pagar la matrícula y partir de cero – y sin deuda- al abandonar el campus, tal y como recoge idealista news.
Weber compró un destartalado remolque y lo remodeló con sus propias manos para convertirlo en un acogedor 'mini-piso' transportable de 13,5 metros cuadrados. Tardó un año en terminarlo invirtiendo parte de sus ahorros y con la ayuda de las donaciones de materiales de sus vecinos.