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Cinco claves sobre la devaluación de China

La decisión avanza una guerra de divisas con importantes consecuencias para la economía mundial. Estas son las claves.

La decisión avanza una guerra de divisas con importantes consecuencias para la economía mundial. Estas son las claves.

Las autoridades chinas decidieron el martes devaluar un 1,9% su moneda, el yuan, frente al dólar y otro 1,6% el miércoles, desatando con ello una nueva guerra de divisas a nivel internacional.

Esta decisión tendrá consecuencias en los mercados financieros, ya que China, además de ser la segunda potencia económica mundial, lidera el comercio global y, por tanto, su moneda es muy utilizada por otros países. A continuación, las cinco claves de la devaluación monetaria de China, según el Wall Street Journal.

1. ¿Qué ha hecho China?

Las autoridades chinas controlan estrictamente el valor de su moneda, fijando a diario una tasa para el yuan frente al dólar. El banco central chino, que cada día establece un tipo de cambio de referencia, permite que fluctúe hasta un máximo de un 2% respecto a ese precio medio. Sin embargo, cuando fija la tasa del día siguiente, suele ignorar esas señales del mercado, por lo que el yuan está a veces más fuerte que el dólar aun cuando los inversores señalan que lo ven más débil.

El nuevo mecanismo de fijación del tipo de cambio del yuan obliga a que la paridad central (el nombre que dan las autoridades chinas al valor de referencia diario marcado por el Banco Popular) siga la evolución de su precio real en el mercado. Así pues, a partir de ahora, el banco central tendrá en cuenta las negociaciones del día anterior.

2. ¿Por qué lo hizo?

En su comunicado, el banco central dijo que quiere alinear más al yuan con el mercado. Pero la devaluación se produce justo cuando el importante sector exportador chino se encuentra debilitado -las exportaciones chinas han bajado más de un 8% interanual en julio- y el crecimiento económico global avanza con lentitud. Una moneda más débil ayuda a los exportadores chinos a vender sus productos en el extranjero.

3. ¿Qué significa esto para el resto del mundo?

El efecto inmediato es que Beijing le está diciendo al mundo que piensa que a su economía se le está acabando la gasolina y, por ello, apuesta por lanzar nuevos estímulos, tanto monetarios (devaluación) como fiscales (más gasto e inversión pública). Uno de los efectos inmediatos de este movimiento ha sido la caída de las materias primas, sobre todo el petróleo. La previsible caída de la demanda de crudo por parte de China se ha traducido en una caída de precios, con el barril situándose por debajo de los 50 dólares.

Pero la devaluación del yuan también tiene importantes consecuencias para el comercio, sobre todo en EEUU, Europa y algunas potencias emergentes, cuyas empresas quedan ahora en desventaja. Es de esperar, por ejemplo, que EEUU reavive las críticas contra Beijing, aduciendo que mantiene su moneda artificialmente baja para ayudar a sus propios productores, una acusación que podría tener impacto en la presente campaña electoral y también en la futura decisión de la Reserva Federal sobre la esperada subida de los tipos de interés en la primera potencia mundial.

4. ¿Qué significa esto para los mercados?

La devaluación del yuan pone presión sobre otros bancos centrales de todo el mundo, que se ven ahora empujados a devaluar sus propias monedas para ayudar a sus propios exportadores y evitar inestablidad en los flujos de capital internacional.

La medida también podría perjudicar a los mercados de materias primas, ya que anticipa una potencial debilidad de la demanda de China. También podría acelerar la salida de capitales de este país, especialmente si los inversores esperan nuevas devaluaciones.

5. ¿Y ahora qué?

A nivel geopolítico, la devaluación podría acrecentar las tensiones entre EEUU y China. Además, también podría complicar los esfuerzos de Beijing para conseguir que el FMI incluya al yuan entre las monedas de las que hace un seguimiento, esfuerzos encaminados a que el yuan consiga mayor aceptación en el extranjero.

A largo plazo, plantea interrogantes sobre el compromiso de Beijing para liberalizar su economía: por un lado, dejar que el mercado influya más en el valor del yuan es un paso en esa dirección, pero la medida también parece diseñada para ayudar a los exportadores en momentos en que China ha estado buscando otras fuentes más fiables. de crecimiento.

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