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La rendición de Tsipras ante la troika descoloca a Podemos

La rendición de Tsipras y la convocatoria de elecciones en Grecia ha descolocado a Podemos, que no sabe qué decir.

La rendición de Tsipras y la convocatoria de elecciones en Grecia ha descolocado a Podemos, que no sabe qué decir.

Finales de 2014. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, se mostraba eufórico ante la más que previsible victoria electoral de su "amigo" y colega ideológico Alexis Tsipras, máximo representante de la coalición de extrema izquierda Syriza en Grecia.

Apenas un mes después, Tsipras ganaba las elecciones, convirtiéndose así en el primer ministro del país heleno y en la gran esperanza de los partidos que, como Podemos, rechazaban la austeridad, la troika y los rescates.

Tsipras llegó al poder con un programa bajo el brazo, pero sale con otro completamente distinto siete meses después. Syriza prometió a los griegos que enterrarían los memorando de rescate, y sus impopulares exigencias de reformas y ajustes, que acabarían con la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), que impagarían la deuda y que revertirían, punto por punto, la receta de sus acreedores, disparando de nuevo el gasto público y estatalizando aún más la anquilosada e improductiva economía helena.

Sin embargo, en julio, tras meses de tensas negociaciones, Atenas decreta el corralito bancario y avanza con paso firme hacia la salida inminente del euro. Sus socios europeos no ceden al chantaje. Syriza aspiraba a lograr un rescate indefinido e incondicional para convertir a Grecia en una especie de parásito de la zona euro, pero la estrategia de amenazas urdida por Tsipras y su exministro de Finanzas Yanis Varufakis no funciona. Los extremistas helenos se estrellan contra la realidad.

Tsipras se rinde ante la troika

Tras el "no" del pueblo griego al tercer rescate que arrojó el polémico referéndum convocado por Tsipras, la Unión Monetaria abrió la puerta a Grecia para que abandonara el euro. Pero Tsipras, en lugar de salir, la cerró. El Gobierno heleno aceptó entonces todas y cada una de las condiciones impuestas por la troika para recibir el tercer rescate y, de este modo, permanecer en la Unión. Tsipras se rinde. Grecia acepta un nuevo rescate con unas condiciones mucho más duras que el anterior, en medio de una economía colapsada por el corralito y la recesión.

El fracaso de Tsipras, por tanto, ha sido absoluto. Y prueba de ello es que se ve obligado a convocar elecciones anticipadas debido a la división interna que sufre su partido. En la votación del tercer rescate, su Gobierno pierde la mayoría mínima que exige la Constitución griega para garantizar la estabilidad política y, por tanto, Tsipras tiene que dimitir con la intención de revalidar su mandato en los comicios que tendrán lugar a finales de septiembre.

El "cambio" que tan eufóricamente anunciaba Iglesias no se ha producido. En julio, tras la claudicación de Tsipras ante la troika, el líder de Podemos aún le mostraba su apoyo: "No vamos a dar la espalda a Tsipras en el momento más duro. No nos gusta el acuerdo, pero jamás un gobierno demostró tal valentía en Europa", señalaba en su cuenta personal en Twitter.

Podemos no se moja

Ahora, tras la dimisión de Tsipras y la convocatoria electoral anunciada el jueves, la reacción de la cúpula de Podemos es de desconcierto. La formación de Iglesias parece descolocada. Los portavoces que se han pronunciado, el último Pablo Iglesias, se limitan a aplaudir que Grecia vote cada dos por tres, pero no se pronuncian sobre si apoyarán a Tsipras o a los rebeldes.

Las escasas respuestas ofrecidas son, de hecho, contradictorias. La líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, ha advertido lo siguiente: "Me aterroriza el temblor de piernas de Tsipras tras haber conseguido un no claro de la ciudadanía para ser desobedientes a la Troika". La diputada en el Parlamento andaluz ha advertido del peligro de que esto ocurra en España: "Tengo miedo de que eso nos pase a nosotros. Para evitarlo sigue siendo necesaria la solidaridad con Grecia y la compartición de estrategias, pero, sobre todo, tener un plan".

Pero el resto de sus compañeros han decidido callarse o bien ponerse de perfil. Íñigo Errejón es de los pocos que, por el momento, se han pronunciado.

El problema es que Tsipras no ha agotado su programa electoral, como dice Errejón, sino que lo ha incumplido, haciéndolo trizas tras aceptar el rescate. Pablo Echenique, por su parte, prefiere echar balones fuera, quejándose de que en España no se convocan elecciones, a diferencia de Grecia. El país heleno ha cambiado cinco veces de primer ministro en apenas seis años, después de haber recibido tres rescates internacionales.

Carolina Bescansa, al igual que Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero o Luis Alegre, entre otros muchos destacados miembros de la cúpula, dan la callada por respuesta. Mientras, Ramón Espinar, senador de Podemos, habla de "secuestro de la democracia".

Y, además, denuncia que tanto hablar de Grecia desvía la atención de los problemas que sufre España.

Juanma del Olmo, de la cúpula de Podemos, habla para defender a Tsipras.

Y lo hace, al igual que su compañero de partido Guillermo Paños, muy en línea con la respuesta ofrecida por Errejón.

También ha hablado, en la cadena Ser, el secretario de Relaciones Internacionales de Podemos, Pablo Bustinduy, que ha confirmado este viernes que su formación sigue apoyando a Syriza y a Tsipras, y ha respaldado su decisión de dimitir y convocar nuevas elecciones.

"Es un ejemplo de coherencia democrática"; "creemos que Tsipras es sin duda alguna la mejor alternativa y la mejor opción para seguir en un proceso de negociación y de cambio que tiene que poder ofrecer alternativas diferentes a la ciudadanía, con lo cual, sí, seguimos apoyándole".

Sin embargo, Raimundo Viejo, miembro de la dirección estatal de Podemos, es de los pocos, por no decir el único, que al menos cuestiona mínimamente al líder de Syriza...

Este ponerse de perfil por parte de los dirigentes de Podemos contrasta con la posición de sus bases, pertenecientes a la extrema izquierda española, que reaccionan con furia contra Tsipras.

La duda ahora, por tanto será saber a quién apoyará Podemos en las elecciones griegas de septiembre: ¿A Tsipras, como hasta ahora, o al nuevo partido recién escindido en el que se aglutinan los diputados díscolos de Syriza, escorados aún más a la izquierda y que abogan, directamente, por salir del euro? Podemos se enfrenta a una nueva disyuntiva.

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