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Los emergentes repiten el gran error de Occidente: las "políticas de estímulo"

Tras el estallido de la crisis, sus medidas keynesianas han tenido un coste del 6,9% del PIB, por encima del 4,2% observado en nuestras economías.

Tras el estallido de la crisis, sus medidas keynesianas han tenido un coste del 6,9% del PIB, por encima del 4,2% observado en nuestras economías.

El analista indio Ruchir Sharma dirige la división de mercados emergentes del gigante financiero Morgan Stanley. Con 25.000 millones de dólares en activos bajo gestión, hablamos de una figura clave en el campo de las finanzas internacionales. A ese rol se le suma una intensa actividad como columnista que culminó en la publicación del libro Breakout Nations, un best seller internacional en toda regla.

La crisis china nos obliga a consultar con expertos como él para entender mejor lo que está ocurriendo. Como es habitual, no faltan quienes, partiendo de premisas anticapitalistas, culpan a la economía de mercado de la volatilidad observada en los últimos días. Sin embargo, expertos como Sharma mantienen una tesis muy distinta.

Según explicó el analista indio en las páginas del Wall Street Journal, "las economías emergentes (China, Rusia, Brasil…) llevan años impulsando políticas de estímulo de gran calado. A pesar de ello, las cifras de crecimiento han bajado sustancialmente. No es solamente la crisis del gigante asiático: si excluimos a China y analizamos el resto de mercados emergentes, vemos que su tasa de crecimiento ha caído del 7% al 2,5% desde 2008".

Si analizamos las políticas de estímulo aprobadas en 2009 y 2010 por las economías desarrolladas del G-20, vemos que la apuesta keynesiana movilizó recursos equivalentes al 4,2% del PIB. Frente a esta cifra, las "políticas de estímulo" aprobadas en economías emergentes fue muy superior, sumando el 6,9% del PIB. Por tanto, las medidas de "estímulo" aprobadas en economías emergentes han sido un 64% más costosas que las desarrolladas en Occidente.

Según Sharma, en China nos encontramos con un caso aún más pronunciado. Solamente en lo tocante al banco central, vemos que la masa monetaria se ha triplicado desde 2008, alcanzando los 20 billones de dólares. A esto se suman las operaciones del banco central, que desde hace dos años ha inyectado 400.000 millones en los mercados para apoyar el yuan.

Estímulos fiscales que llegan al 12% del PIB

También hubo en los emergentes profundos estímulos fiscales que superan holgadamente las cifras observadas en la OCDE. Como recuerda el analista de Morgan Stanley, "en 2010, recuerdo que el progresismo internacional aplaudía que los líderes autoritarios de China anunciasen un plan de estímulo por valor del 12% del PIB.

Esas medidas no han impedido que la tasa de crecimiento registrada en 2014 sea tres veces menor que la observada en 2010. Rusia está aún peor, en un escenario de recesión tras haber aprobado estímulos por valor del 10% de su PIB".

En suma, si comparamos 2007 con 2014, vemos que los gobiernos emergentes han pasado de anotarse un superávit público del 1,5% de su PIB conjunto a marcar un déficit del 2%. Hablamos, por tanto, de un deterioro fiscal equivalente a 3,5 puntos del Producto Interior Bruto que suma el agregado de este grupo de naciones.

También en la deuda pueden verse las consecuencias de esta apuesta. "El déficit derivado de las medidas de estímulo ha descuadrado las cuentas públicas. También en la cuenta corriente vemos que las cosas han ido a peor: del pequeño superávit de 2007 al déficit del 1,7% del PIB", denuncia.

Ante todo lo anterior, el analista e inversor indio subraya que las economías desarrolladas deberían pensárselo dos veces antes de escuchar "los cantos de sirena de los partidarios de las políticas de estímulo", especialmente a la luz de cifras como las comentadas anteriormente.

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