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La ruina del rey de las barras de pan a 20 céntimos

José Navarro provocó en 2012 una guerra de precios en el sector del pan de Valencia tras empezar a vender barras a 20 céntimos.

José Navarro provocó en 2012 una guerra de precios en el sector del pan de Valencia tras empezar a vender barras a 20 céntimos.
José Navarro | Imagen TVE

"El hombre que inventó el pan barato" está arruinado. José Navarro ha visto desmoronarse su negocio después de que en 2012 alcanzara su máximo esplendor.

El conocido como el rey del pan barato lanzó hace 4 años las barras a 20 céntimos en Valencia, lo que puso en jaque al sector del pan, que se vio obligado a rebajar sus precios para competir con Navarro. Los medios de comunicación nacionales y otras cadena internacionales, como la BBC, se hacían eco entonces de la guerra del pan valenciana, que provocó que bajara el precio de este producto en toda España.

Pero a pesar de sus esfuerzos, la competencia no consiguió llegar a los 20 céntimos del empresario, y muchos de ellos se vieron abocados al cierre. Mientras tanto, Navarro vendía más de 10.000 barras de pan en su local de Quart de Poblet, que se llenaba de clientela. El empresario comenzaba entonces un proceso de expansión sin precedentes.

El programa Teleobjetivo de TVE ha conseguido localizar Navarro, un empresario que llegó a tener decenas de panaderías con 150 empleados y al que "ya no le queda nada".

Un experto en franquicias consultado por el programa ha señalado que el error principal de Navarro fue su obsesión por "intentar acaparar todo el mercado". El experto señala que Navarro "no hizo números" y no tuvo en cuenta que el "número de barras de pan" que se venden en un barrio es limitado, que por "muy barato que pongas el pan no vas a vender más. Eso tiene un tope", comenta. El propio gestor de Navarro reconoce que "creció demasiado rápido".

Otro de los golpes del Obrador de Navarro fueron las inspecciones sanitarias y el cierre temporal de algunos de sus locales. De hecho, para Navarro, ése fue el desencadenante de su ruina. "En un negocio con poco margen, si te empiezan a poner trabas es un coste. Me han llegado a hacer inspecciones por la noche a las 2 de la mañana como si fuera un delincuente", asegura. Sus competidores acusaban a Navarro de usar harinas de mala calidad y también recibió denuncias de algunos de sus empleados.

Ahora, el administrador concursal de la empresa ha hipotecado todas las propiedades de Navarro para pedir préstamos e ir pagando deudas. "No pude económicamente y decidí que las tiendas se las quedara la masa acreedora", comenta el empresario, que también reconoce estar ahogado por las deudas y no saber cómo va a pagar a la banca (a la que debe más de 1 millón y medio de euros) y a algunos proveedores.

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