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El fundador de Ikea se compra la ropa de segunda mano

Un documental sueco desvela más datos de la ahorrativa vida del fundador de la cadena de muebles, Ingvar Kamprad.

Un documental sueco desvela más datos de la ahorrativa vida del fundador de la cadena de muebles, Ingvar Kamprad.
Ingvar Kamprad, fundador de IKEA | Cordon Press

Tiene una fortuna de unos 65.000 millones de euros, pero se viste con ropa usada. La vida austera del fundador de Ikea, Ingvar Kamprad, vuelve a dar que hablar.

Según un documental de la televisión sueca que se emitió ayer miércoles y que ha recogido el diario The Guardian, el fundador de la cadena de muebles compra su ropa en mercados de segunda mano para ahorrar dinero.

Kamprad, que cumplirá 90 años el 30 de marzo, es conocido por su forma de vida basada en el ahorro. "No creo que haya una sola prenda de las que me pongo que no haya sido comprada en un mercadillo de segunda mano. Quiero dar un buen ejemplo", dijo al canal sueco TV4. "Está en la naturaleza de Småland, el ser ahorrativos", dijo refiriéndose a la región agrícola del sur de Suecia de donde viene.

En 2006, la revista estadounidense Forbes lo situó como la cuarta persona más rica del mundo. Sin embargo, es difícil separar lo que le pertenece a él y lo que es de sus hijos. En 2010, Kamprad se retiró progresivamente de la empresa familiar para dar paso a sus tres vástagos.

Los modestos hábitos de consumo de Kamprad han sido noticia en los últimos años. En 2008 dijo al diario Sydsvenskan que una factura de 22 euros por cortarse el pelo en una peluquería de los Países Bajos le había roto el presupuesto. "Normalmente, me corto el pelo cuando voy a países en vías de desarrollo. La última vez fue en Vietnam", explicó Kamprad.

Según publica El País, el sueco tiene otras costumbres como comprar los brick de leche y los yogures que están a punto de caducar. "Le parece intolerable que se tiren los alimentos y las cosas que todavía pueden tener un uso", asegura un concienciado trabajador del establecimiento al que suele acudir.

Además, hasta hace muy poco, cuando le convencieron de que por su edad debía dejar de conducir, seguía conduciendo un Volvo 240 de 1993 y en una ocasión le negaron la entrada a una entrega de premios porque vieron que se bajaba de un autobús. En avión, prefiere viajar en clase turista y ha sido visto llevándose sobres de sal y pimienta de los restaurantes.

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