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Seis nuevas torres y el rascacielos más alto de la UE: la apuesta de Castellana Norte para Madrid

La ampliación de la Castellana, pendiente del OK del pleno del Ayuntamiento. Los inversores se irán si no hay respuesta antes de fin de año.

Seis nuevas torres, incluyendo el rascacielos más altos de la UE. Distrito Castellana Norte, el proyecto destinado a ampliar el Paseo de la Castellana desde el Hospital de la Paz hasta la M-40, ha puesto este miércoles todas sus cartas sobre la mesa. Es un planteamiento ambicioso, que define con más detalle lo conocido hasta ahora: 6.000 millones de inversión, 120.000 nuevos puestos de trabajo, 3.000 millones de ingresos para las arcas públicas, 1,3 millones de m2 de espacios públicos y zonas verdes, 13 kilómetros de vías ciclistas, 6 rascacielos (uno de ellos el más alto de la UE) y miles de nuevas viviendas.

Eso sí, no está cerrado. Tras más de dos décadas de proyecto, los inversores han puesto una fecha límite: diciembre de 2016. Si para final de este año no tienen el OK definitivo de las administraciones para comenzar las obras, desistirán. La Comunidad de Madrid y Fomento (propiedad de la mayoría de los terrenos a través de ADIF) ya han dado su aprobación. Ahora sólo queda un obstáculo, quizás el más complicado de salvar: el del Ayuntamiento de Madrid de Manuela Carmena. No está nada claro cuál será su decisión final.

Después de muchos tiras y aflojas, la que parecía eternamente postpuesta Operación Chamartín tomó un nuevo impulso hace unos años. BBVA, el principal inversor en Castellana Norte, se centraba en un proyecto destinado a ser la joya de la corona de las operaciones urbanísticas en la España de comienzos del siglo XXI. Sus promotores hablan de un cambio en Madrid similar al que se produjo en Londres con Canary Wharf o en París con La Defense.

Todo parecía ir bien encarrilado hasta el pasado mes de mayo, cuando Ahora Madrid (la marca de Podemos para la capital de España) llegó al Ayuntamiento. De inmediato, se paralizaron todos los grandes proyectos en marcha. El que más ha dado que hablar hasta ahora ha sido el de la remodelación del Edificio España por parte de Wanda, pero sin duda el más ambicioso, por inversión, impacto en la zona y duración es éste de Distrito Castellana Norte (DCN).

Este miércoles, su presidente, Antonio Béjar, participaba en el foro "Urbanismo sostenible" organizado por El País. Y ha querido utilizar esta ocasión para poner sobre la mesa las últimas novedades del proyecto. La principal probablemente sea ese rascacielos de más de 70 plantas (el más alto de la UE, ha repetido en varias ocasiones) que, junto a las otras cinco torres que se construirán y las cuatro (cinco contando con la ya proyectada) de la antigua Ciudad Deportiva, pondrían las bases de un nuevo distrito financiero para Madrid.

Recreación del lugar en el que se construirían las seis nuevas torres. DCN

"La herida"

La idea principal es soterrar o cambiar el uso de 1,3 millones de metros cuadrados que se extienden al norte de la Estación de Chamartín. Las infraestructuras ferroviarias han creado una brecha ("una herida", la ha denominado Béjar) en una zona de la capital que quizás hace 30-35 años estaba casi en las afueras, pero que en estos momentos es el lugar de expansión natural de la ciudad. Pasar de un lado a otro de la estación y las vías (del Pinar de Chamartín a La Paz o de Las Tablas al Barrio de Begoña, por ejemplo) es un suplicio, prácticamente imposible de conseguir sin coche. Además, en los márgenes de estos terrenos, se han ido asentando focos chabolistas, descampados sin ningún uso, zonas desocupadas,… a unos pocos metros de los nuevos barrios de Las Tablas o Sanchinarro y en la zona de ampliación natural del Paseo de la Castellana.

Las cifras que ofrecen desde DCN hablan a las claras de la magnitud del proyecto:

  • Inversión: "La actuación supone una inversión de 6.000M€, 120.000 nuevos puestos de trabajo y unos ingresos fiscales de 3.340M€ para las arcas públicas".
  • Infraestructuras: "Inversión de más de 1.400M€ por parte de los propietarios (Nudo Norte, Nudo Fuencarral, cubrimiento de las vías de tren, nueva línea de metro, etc.) y a coste cero para los madrileños". En este sentido, los promotores destacan que uno de los principales cambios llegaría en las obras del Nudo Norte, quizás el principal punto negro de los accesos a la capital en cuanto a los atascos.
  • Edificabilidad y alturas: DCN asegura que el proyecto mantiene una ratio de "de 1,05 m2e/m2s, significativamente inferior a la de barrios ya consolidados como Chamberí, que la triplica (3m2e/m2s), y al Paseo de la Castellana que la duplica con 2m2e/m2s". En cuanto a la altura de los edificios, los responsables aseguran que será similares a la de los edificios de la zona.
  • Viviendas y zonas verdes: "El 80% del ámbito (más de 1.300.000 m2) está destinado a espacios públicos y zonas verdes, y el 20% se empleará en el desarrollo de viviendas, comercios y oficinas".

La firma

Llegados a este punto, lo único que queda es que las todas administraciones públicas se pongan de acuerdo y den su beneplácito al proyecto y pongan su firma en los informes correspondientes. Desde DCN afirman que en estos veinte años han conseguido "todas las autorizaciones pertinentes" y la aprobación de los técnicos a "48 informes sectoriales". Además, ofrecen cifras que hablan de más de un 80% de apoyo entre los vecinos de la zona y del 78% entre todos los madrileños.

En este sentido, como apuntamos anteriormente, tanto el Gobierno central, propietario de buena parte de los terrenos a través de Adif y Renfe, como la Comunidad de Madrid han dado luz verde a la operación. Falta el Ayuntamiento. También aquí están aprobados casi todos los trámites, pero es necesario que se lleve a pleno y que éste apruebe el Plan. Y aquí es donde llega el principal escollo. Porque la decisión no será técnica, sino política. PP y Ciudadanos apoyan el proyecto. El PSOE no está muy claro. Y en Ahora Madrid parecen poco convencidos de dar su aprobación a un proyecto de este tipo.

El problema es que el tiempo se agota. Son ya más de 20 años desde que alguien comenzó a hablar de la Operación Chamartín y a los inversores se les acaba la paciencia. Hoy Bejar lo ha dejado muy claro: no se puede tener a alguien paralizado eternamente sin saber si podrá acometer o no su proyecto. "Las ciudades compiten por la inversión", ha recordado. La parte buena es que, como ha explicado, "nunca el proyecto ha estado tan vivo ni nunca ha estado tan cerca el inicio de las obras". La mala es que para que esto se concrete es necesario pasar el último trámite burocrático. ¿Se conseguirá? A día 13 de abril no hay una respuesta clara.

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