El 'Hospital del Juguete': la última salvación antes del olvido
Antonio Martínez es el único Doctor de juguetes con hospital propio que queda en España. Su tienda es un verdadero museo del juguete, donde la nostalgia se palpa en cada rincón.
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Después de unos primeros pasos se pueden ver restos de juguetes de todo tipo, muñecos, coches y una larga lista.
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El establecimiento esconde en su interior un verdadero museo del juguete. Miles de piezas y decenas de juguetes que necesitan ser reparados.
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Algunos de estos juguetes permanecen a la espera de ser reparados por el doctor de juguetes.
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En su interior el Hospital del juguete esconde piezas y muñecos que en su día harían muy felices a muchos niños.
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En un aparente caos el almacén del Hospital del juguete es un muestrario de piezas, formas y complementos que algún día volverán a formar parte de un entrañable juguete.
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Las estanterías repletas de cajas escoden piezas de vehículos antiguos y otros juegos variados.
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En las decenas de cajones y compartimentos de que dispone el almacén se acumulan ordenadamente piezas de todo tipo para las reparaciones.
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Antonio Martínez es el único Doctor de juguetes con hospital propio que queda en España.
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Las herramientas son imprecindibles para el trabajo de Antonio Martínez, el doctor de juguetes.
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En las entrañas de este establecimiento se pueden encontrar muñecos desmembrados a la espera de su hora para ser reparados.
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Las muñecas son una parte fundamental del trabajo de cuidado y reparación de este peculiar hospital de juguetes.
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No sólo muñecos de hojalata o madera pueblan este establecimiento, también otro tipo de divertimentos mecánicos.
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Antonio Martínez muestra una antigua Nancy de piel oscura y ojos azulados.
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Las marionetas también ocupan un pequeño lugar en el local.
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Antonio, trabajando con su muñeca más antigua y autómata. Le arregla la rueda con plomo.
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Una estantería con diversos modelos antiguos de patines. Debajo un oso de peluche con su osito entre los brazos.
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El pequeño universo juguetero de Antonio puede ser aparentemente horrible para algunos pero una esperanza para otros que verán sus jueguetes reparados y devueltos a la vida.
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Para su dueño no es tan feo, pero Antonio reconoce que da miedo
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Abrir uno de los cajones de las múltiples estanterías dispuestas en el local y encontrar decenas de pequeños motores eléctricos.
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Otor cajón, en este caso piezas para cajas de música.
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Un poco de ciencia ficción no podía faltar. Yoda y E.T.
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Una primera impresión hace pensar en tortura juguetera, pero en resalidad son sólo herramientas para reparar los juguetes.
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Más piezas. En este caso engranajes para los diferentes juguetes mecánicos.
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Un detalle de un pequeño juego magnético de coches de choque.
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Las cajas de cartón son como pequeños ataúdes para los juguetes que pronto recuperarán su valor y sus partes.
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Antonio Martínez, dueño del Hospital del juguete.
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La fachada y entrada al establecimiento llamado 'Hospital del juguete'.
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