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Venezuela pasa hambre: la mitad de la población no come tres veces al día

Venezuela es incapaz de producir los alimentos que precisa, mientras las importaciones se derrumban por a la falta de divisas.

Venezuela es incapaz de producir los alimentos que precisa, mientras las importaciones se derrumban por a la falta de divisas.

La palabra de moda en Venezuela es hambre. Lo que empezó como una grave crisis económica se ha ido convirtiendo en una inédita crisis humanitaria, propia de países tercermundistas, a pesar de que Venezuela posee las mayores reservas de petróleo del mundo.

Aunque el régimen bolivariano de Nicolás Maduro no ofrece datos al respecto y los escasos indicadores económicos disponibles están bajo sospecha de manipulación, la situación de desabastecimiento es generalizada y la escasez de productos básicos se agrava por momentos, con todo lo que ello supone para el conjunto de la población.

El diputado y miembro de Voluntad Popular Cipriano Heredia arroja algunas cifras sobre el “hambre revolucionaria” que padece Venezuela. “Los niveles de desabastecimiento de alimentos y la consecuente desnutrición que de él se derivan son estremecedores”, advierte. “Hoy dependemos más que nunca de las importaciones, pero no hay divisas suficientes para traer lo necesario”, de modo que los venezolanos consumirán de media un 26% menos de alimentos que el nivel registrado en 1998, antes de la llegada al poder de Hugo Chávez. Y lo peor es que en algunas partidas básicas el desplome supera el 50%.

Respecto a la desnutrición, la población ha pasado de ingerir un promedio de 2.300 calorías diarias en 2013 a 1.800 en 2015, lo que supone un 22% menos. En concreto, “más de 6 millones de personas comen sólo 2 veces al día y otros 7 millones y medio sólo una, lo cual significa que la mitad de la población no come 3 veces al día”, alerta Heredia.

“Lo cierto es que la Revolución trajo el hambre al país de manera dramática […] Hoy más que nunca es indispensable provocar el cambio político para poder salir del caos económico y social en el que estamos hundidos”, declara.

Falta carne, pescado, frutas, pan...

El indicador más fiable sobre la brutal escasez de alimentos son las importaciones. La expropiación masiva de empresas y tierras ha hundido el sector agroalimentario del país, con lo que depende casi exclusivamente del mercado exterior para acceder a productos básicos. Sin embargo, el rígido control cambiario, la hiperinflación que registra el país y el colapso de su economía, altamente dependiente del petróleo, está agotando sus reservas de divisas para poder sufragar las importaciones que precisa el país.

Prácticamente, falta de todo. Los cargamentos de pan a Venezuela han caído un 94% interanual en la primera mitad de 2016, la importación de carne ha bajado un 63%, la de frutas como el plátano y las fresas un 99%. Estas cifras proceden de Panjiva, una firma de análisis de comercio global, que obtiene datos de Naciones Unidas y las autoridades fronterizas de EEUU y otros países. Los venezolanos "no pueden comprar pan y carne y todo lo que puedes obtener realmente son cereales", señala Chris Rogers, analista de Panjiva, al canal norteamericano CNN.

Bank of America, por su parte, estima que el volumen de importaciones se ha hundido este año entre un 40% y un 50% durante el último año, en línea con los datos que ha recopilado Bloomberg Intelligence, que sitúa la llegada de alimentos en su nivel más bajo en años.

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Lo trágico es que nada apunta a que la situación vaya a mejorar a corto y medio plazo, ya que Maduro está apostando por implantar medidas aún más radicales de control e intervencionismo público, desde la nacionalización casi total del sistema de producción y distribución de alimentos, hasta la toma de empresas e industrias que reduzcan la producción o la introducción de trabajos forzosos, obligando, literalmente, a los venezolanos a trabajar en el campo. Uno de los principales asesores económicos de Maduro es el español Alfredo Serrano, muy próximo a Podemos.

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