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Siete mitos sobre el ¿rescate? a la ¿banca?

El Estado perderá buena parte de los más de 51.000 millones invertidos en sanear las cajas de ahorros.

El Estado perderá buena parte de los más de 51.000 millones invertidos en sanear las cajas de ahorros.
Luis de Guindos, con Santamaría y Catalá en Moncloa | Archivo
  • Las ayudas financieras comprometidas en diversas formas de capital ascienden a 61.495 millones de euros, de los que 53.553 millones han sido aportados por el FROB y 7.942 millones por la industria a través del Fondo de Garantía de Depósitos (FGDEC).

  • Si se tienen en cuenta los 2.250 millones soportados por el FGDEC al capital del FROB, esta cifra [la aportación pública directa en forma de capital] se reduce a 51.303 millones.

  • Actualmente se han recuperado 2.686 millones.

  • Quedan en manos del FROB las participaciones en Banco Mare Nostrum y BFA-Bankia, así como las obligaciones convertibles correspondientes a Banco Ceiss y Banco Grupo Caja 3 por un total de 991 millones. A estas cifras habría que sumar los 1.304 millones obtenidos de la desinversión de BFA en Bankia.

  • Respecto a los avales concedidos por el Estado a las entidades por un importe total de 110.895 millones de euros, a 28 de junio de 2016 se habían devuelto avales por 109.836 millones, el 99 %de los concedidos, tras los vencimientos de las correspondientes emisiones. No es previsible que se produzca ninguna pérdida derivada de estos avales para el Estado.

  • Entre los años 2009 y 2013, se otorgaron a las entidades en algunos de los procesos de reestructuración créditos extraordinarios por valor de 9.800 millones. Todos los saldos dispuestos de estos créditos han sido ya amortizados y las líneas canceladas tras la recapitalización.

  • Esquemas de protección de activos (EPA): el valor presente de la pérdida agregada actualmente esperada de los EPA alcanzaba 10.390 millones de euros, de los que corresponden al FROB 918 millones [el resto al FGDEC].

  • La aportación de fondos públicos a Sareb a través del FROB ascendió a 2.192 millones de euros (…) Los avales públicos concedidos por el Estado a la deuda emitida por la Sareb [alcanzan] un importe de 43.476 millones.

Éstas son las principales conclusiones y cifras de la Nota Informativa que el Banco de España ha publicado este martes acerca del estado de las ayudas públicas "en el proceso de reestructuración del sistema bancario español" entre 2009 y 2016. Nada más darse a conocer, se han sucedido los titulares que comparaban la cifra recuperada respecto a lo inyectado en el sistema bancario. Y no son datos tranquilizadores: de más de 51.000 millones en inyecciones directas al capital de las entidades, el Estado ha recobrado menos de 2.700 millones, poco más del 5% del total.

Minutos después, la indignación recorría las redes sociales y los políticos se mostraban muy preocupados por la noticia. Por ejemplo, el responsable de Economía de Podemos, Nacho Álvarez, señalaba a EFE que "apenas se ha recuperado un 5 % del volumen total que la ciudadanía prestó a las entidades financieras", una cifra "muy insuficiente" y ha lamentado que se haya producido una "socialización de las pérdidas. Se van a reprivatizar con cargo al bolsillo de los ciudadanos y esto debe detenerse".

El proceso de ayudas al sistema financiero español tiene luces y sombras. Cada uno tendrá su opinión sobre lo que ha pasado y sobre si las decisiones que tomó el Gobierno fueron o no acertadas. El problema es que sobrevolando las cifras reales hay una serie de mitos que no son ciertos pero que se han instalado en la opinión pública. Estos son sólo algunos de los más importantes:

1 - Rescate ¿a la banca?: no, no se ha rescatado a ningún banco. Se ha inyectado capital en las cajas de ahorro públicas. Las entidades intervenidas que no eran cajas (como Banco de Valencia o Banco Gallego) eran propiedad de cajas de ahorro. Por lo tanto, todo el dinero del rescate ha ido a parar a entidades públicas. Los bancos comerciales sólo han recibido avales o garantías (y ya las han devuelto), pero no inyecciones directas de capital.

Ahora, hay formaciones políticas (por ejemplo, Podemos) que defienden el establecimiento de un sistema financiero público. El partido morado pide un modelo "sustentado en el desarrollo de una banca pública de ahorro que permita a los depositantes tener una banca segura y centrada en la protección de los depósitos y en la atención a las necesidades de financiación de los minoristas". Parece la definición exacta de caja de ahorros. En Podemos creen que ahora sí funcionaría. Puede ser, pero que quede claro que fue la banca pública la que nos trajo hasta aquí.

2 - ¿Rescate? a la banca: si es discutible hablar de bancos (porque fueron cajas) tampoco la palabra "rescate" parece muy precisa (aunque aquí todos hemos tenido nuestra parte de culpa en su difusión). A las cajas no se las rescató: eso habría supuesto dar el dinero a las entidades sin contrapartida alguna, permitiendo que sus propietarios mantuvieran su posición y sin tocar a sus gestores.

En realidad, lo que ha hecho el Estado ha sido inyectar el dinero a las entidades a cambio de una participación en su propiedad (con inyecciones directas tras la intervención del Banco de España, a través de activos como los CoCos...). Así, las cajas intervenidas han pasado a manos del Estado, que luego se ha ido deshaciendo de las mismas. Además, no queda ningún directivo de los que las llevaron al desastre. Es cierto que por el camino se ha perdido mucho dinero, pero ha sido a cambio de que los acreedores de las entidades mantuvieran sus inversiones (ver apartado 4).

Todo esto no quiere decir que lo que se ha hecho esté bien o mal, o que fuera la única alternativa. Pero "rescate" es un término que puede llevar a equívoco. Eso sí, dado su éxito... ya parece tarde para cambiarlo.

3 - No, no son las blacks: otro clásico en los días de noticias sobre la banca. Las redes y los tertulianos recuerdan las dietas de los consejos de administración y se desempolvan los artículos sobre las tarjetas black de CajaMadrid o los planes de pensiones de los ejecutivos. Es evidente que en las cajas públicas se cometieron desmanes y que la gestión dejó mucho que desear. Pero incluso aunque se recuperase todo el dinero de todos los consejeros, de todas las tarjetas de representación, de todas las dietas… no alcanzaría para tapar ni un 0,1% del agujero creado.

Las cajas quebraron y el Estado tuvo que inyectar 60.000 millones porque miles de empresas y personas dejaron de pagar los préstamos que les habían concedido. El agujero en el balance no deriva de las malas prácticas de sus consejeros en cuanto a sueldos o beneficios personales. Eso es reprobable. Pero las pérdidas llegaron porque miles de personas que habían contratado una hipoteca se quedaron en paro y dejaron de pagar su cuota, porque miles de empresas quebraron y dejaron créditos fallidos y porque cientos de promotores se quedaron con miles de pisos sin vender y no pudieron devolver lo que debían.

Por cierto, también esto es algo a tener en cuenta cuando escuchamos a líderes políticos que reclaman al sector que dé más créditos a personas que tienen poca solvencia o que piden que sea la banca pública la que cubra a esas personas o empresas a las que el mercado no financia. Por ejemplo, Podemos también propone en su programa que esa nueva banca pública se ocupe de financiar a "colectivos sociales con problemas de acceso al crédito, principalmente en relación con la vivienda, y pymes" ¿Cómo se creen que se gestó el agujero de 60.000 millones en las cajas?

4 - O preferentistas o rescate: lo explicado en el punto número 2 no quiere decir que no hubiera alternativas a la intervención del Estado. Por ejemplo, se podía haber dispuesto que fueran los poseedores de activos de las cajas los que corrieran con el coste (bail in) de sanear el balance. Pero esa solución también implica señalar a unos perdedores. En ese caso, hubieran sido los clientes de las entidades (grandes fondos que tenían este tipo de activos, pero también tenedores de bonos, preferentistas, incluso depositantes) los que habrían tenido que cubrir las pérdidas, con una quita sobre su inversión.

Por eso, antes decíamos que hablar de "rescate" a la banca puede llevar a equívocos. En España se rescató a los clientes (grandes y pequeños) de las cajas, a los que poseían activos de las mismas. Bien o mal hecho, esto es lo que ha ocurrido.

Por otro lado, es fácil imaginar cuál habría sido la reacción de la sociedad, los medios de comunicación o los partidos políticos si no se hubiera hecho así. Porque hemos conseguido la cuadratura del círculo: los mismos que echan pestes porque el Estado inyectó dinero en las cajas exigen que todos los preferentistas, bonistas o depositantes (incluso accionistas, como en el caso de Bankia) recuperen toda su inversión.

5 - Bankia y las demás: ¿conocen ustedes el nombre del presidente de la CAM? ¿Y el de los directivos de las cajas que formaron Banco Mare Nostrum? ¿Y los de las cajas gallegas? Probablemente no. Sin embargo, casi seguro que saben que fueron Blesa y Rato los que hundieron Caja Madrid y Bankia.

Es cierto que esta entidad es la más grande de las intervenidas. No lo es menos que es la que tiene más posibilidades de recuperar parte del dinero inyectado. Según la nota del Banco de España, los 2.686 millones recuperados hasta ahora se desglosan así:

  • 977 millones de euros devueltos por CaixaBank en abril de 2013, procedentes de las ayudas recibidas por Banca Cívica antes de su integración en CaixaBank (aquí no ha habido pérdidas, porque ésta es la cantidad que se inyectó)
  • 782 millones obtenidos por la venta de su participación en Catalunya Banc (tras una inyección de 12.052 millones)
  • 712 millones obtenidos por la venta de la participación en NCG y 71 millones de una venta realizada en 2012 (se habían inyectado un total de 9.052 millones)
  • 124 millones de euros amortizados anticipadamente por Liberbank de una emisión de obligaciones obligatoriamente convertibles (en esta entidad, el coste de 1.740 millones corrió a cargo del FGDEC)
  • 20 millones de euros de una amortización parcial por Ibercaja Banco de una emisión de obligaciones obligatoriamente convertibles (en teoría, aquí tampoco debería haber pérdidas y el FROB debería recuperar el total de los CoCos suscritos)

Y esto en las entidades en las que se ha salvado algo. El Banco de Valencia recibió 5.498 millones y no se pudo sacar nada de su venta. Lo mismo Unnim (Caixa Sabadell, Caixa Terrasa, Caixa Manlleu) aunque aquí la cifra fue de 953 millones. En el caso de la CAM, las pérdidas ascienden a 5.249 millones de los que 2.800 millones llegaron del FROB. En el Banco Ceiss (Caja España, Caja Duero), el FROB ya ha perdido 525 millones de euros y tiene pendiente el cobro de 604 millones en CoCos. Además, habría que añadir a las cajas que fueron rescatadas con dinero del FGDEC (como Caja Castilla-La Mancha: 1.740 millones).

Sin embargo, por alguna extraña razón, todos los titulares se los lleva Bankia que, como veremos en el último epígrafe, es casi la única de la que podría esperarse que recuperare una parte sustancial de la inversión pública.

6 - ¿100.000 - 200.000 millones?: las cifras tampoco están claras. Es cierto que la materia es compleja y que los informes oficiales no siempre ayudan. Se mezclan inyecciones en capital, con avales; dinero del FGDEC con fondos del FROB… Al comienzo del artículo hemos resumido los principales datos. Inyecciones de capital público directas: 51.303 millones. Avales al conjunto del sector: 110.985 millones de los que ya se han recuperado 109.836 millones. También hay otras ayudas menores como los Esquemas de Protección de Activos o los créditos extraordinarios.

6.1 ¿Y la Sareb?: Queda como un apunte al margen la inversión en Sareb, la sociedad pública que gestiona los activos inmobiliarios. El FROB aportó 2.192 millones y el Estado avaló deuda por valor de 43.476 millones. Esto no son exactamente ayudas a la banca. Se supone (esto es la teoría) que la Sareb busca ganar dinero. La entidad se quedó con los activos ligados al ladrillo de los bancos intervenidos con un importante descuento respecto a su valor en libros: "Recibió casi 200.000 activos, de los que cerca del 80% corresponde a préstamos a promotores y el 20% a activos inmobiliarios (viviendas, suelos, oficinas, locales, etc.)". Las entidades que traspasaron parte de sus activos a Sareb fueron BFA-Bankia, Catalunya Banc, NCG Banco-Banco Gallego, Banco de Valencia, BMN, Ceiss, Liberbank y Caja3.

En aquel momento, la idea era sacar de los balances de las cajas, de una vez por todas, esos activos que tantos problemas estaban dando. Ahora, el objetivo es venderlos y, si se puede, obtener un beneficio con el que devolver la deuda emitida y el capital suscrito por los propietarios (el Estado tiene un 45%). ¿Lo conseguirá? Pues esperemos que sí, porque si no, la factura la pagarán los contribuyentes, que han avalado esa deuda.

7 - La nueva banca pública: como hemos visto al comienzo del artículo, Nacho Álvarez, el responsable de Economía de Podemos, se quejaba este martes de que se iba a perder casi todo el dinero inyectado en el sistema financiero. El problema es que su formación lleva en su programa la siguiente propuesta: "Constituiremos una potente y eficaz banca pública a partir de las entidades nacionalizadas Bankia y Banco Mare Nostrum, para lo que renegociaremos los términos del memorando de entendimiento firmado con la UE".

Es completamente legítimo prometer que en caso de llegar al Gobierno no se venderán Bankia y BMN. Pero entonces habría que explicar que eso haría imposible recuperar las ayudas públicas, al menos a corto plazo. Los planes del actual Ejecutivo (y así figura en el Memorandum firmado con Bruselas) implican la venta de las participaciones en las dos entidades. El objetivo es recuperar con esta operación parte del dinero inyectado. Si te las quedas como banca pública, podrás ir recuperando la inversión de forma mucho más lenta y eso sólo si consigues que tengan beneficios y den dividendos. Como apuntamos, es una opción legítima, pero habría que explicar qué implica. Porque parece algo contradictoria con las quejas sobre el dinero perdido que ya no se recuperará.

¿Cuánto perderemos?

Es la pregunta más importante: ¿cuánto nos costará a los contribuyentes españoles el saneamiento de las cajas de ahorros? No está nada claro. Pero será mucho dinero. Como hemos visto anteriormente, buena parte de esos 51.000 millones de los que hablábamos, ya se han evaporado.

El resumen que hace el Banco de España de los activos del FROB es el siguiente:

  1. Se han recuperado 2.686 millones...
  2. ...a esta cifra cabría sumar los 1.304 millones de euros obtenidos de la desinversión de BFA en Bankia (todavía no se ha materializado en el balance del FROB)...
  3. ...quedan en poder del FROB las obligaciones obligatoriamente convertibles correspondientes a Banco CEISS y Banco Grupo Caja 3 por un total de 991 millones de euros...
  4. ...la participación en Banco Mare Nostrum (65% del capital)...
  5. ...el 100% de BFA que, a su vez, posee el 65% del capital de Bankia.

Es decir, siendo optimistas podemos adjudicarle ya al FROB casi 5.000 millones de euros (puntos 1-2-3) y a eso habrá que añadir lo que saque de vender Bankia (con BMN recuperará una cantidad mucho menor). ¿Y cuánto es eso? A día de hoy, BFA tiene activos en propiedad por unos 2.000 millones de euros y también posee el 65% de Bankia. Esta participación vale en Bolsa, a precio de cierre de este martes, unos 5.700 millones

También es cierto que no hay que vender mañana. En la primavera del 2014, la acción de Bankia rondaba los 1,5 euros por título; ahora está en la mitad de ese valor y en la entidad aseguran que les está pesando la situación general del sector en Europa, muy castigado en los mercados (entre otras cosas por los tipos de interés en mínimos). Y por otro lado están los dividendos. Si la entidad tiene beneficios en los próximos años, ésa sería otra vía para recuperar el dinero. ¿Cuánto se sacará al final de Bankia? Es muy complicado saberlo. De hecho, el Gobierno está presionando a Bruselas para que amplíe el plazo de venta (previsto para 2017) o le permita una fusión con BMN. El objetivo es esperar a un momento mejor en los mercados.

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