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Educación financiera: una herramienta imprescindible para sacar el máximo rendimiento a nuestro esfuerzo

El objetivo es que el interés, los préstamos o los activos financieros se conviertan en nuestros aliados.

El objetivo es que el interés, los préstamos o los activos financieros se conviertan en nuestros aliados.
La educación financiera es fundamental para tomar decisiones informadas y que se adapten a nuestras necesidades. | Alamy

Comprender las condiciones a la hora de pedir un crédito, saber leer una factura, analizar los pros y contras de los productos financieros que contratamos, seguir un presupuesto con los gastos e ingresos familiares, organizar las cuentas para afrontar extras, desde las vacaciones a la reparación del coche…

A nadie le gusta tirar su dinero. Es más, el objetivo debería ser maximizar el rendimiento a aquello que tanto esfuerzo le costó ganar. Pero eso sí, para conseguirlo, el primer paso es adquirir los conocimientos necesarios. Y aquí España tiene mucho margen de mejora. El primer paso es reconocerlo.

En cada edición de PISA (el examen de la OCDE a los alumnos de 15 años de los países más ricos del mundo), España demuestra que tiene todavía que hacer un esfuerzo para igualar a los sistemas educativos más exitosos. Normalmente, hablamos de matemáticas, lengua o ciencia. Pero hay un campo en el que no se suele hacer tanto hincapié, pero que es igualmente relevante: la educación financiera.

Tres datos que pueden servir como ejemplo:

  • Según la encuesta Financial Literacy Around the World, que realiza Standard & Poor’s, sólo el 49% de los adultos españoles aprobaría un test de "alfabetización financiera". A los más de 150.000 participantes en todo el mundo, se les hacían preguntas sobre riesgo (si es más o menos seguro tener una cartera diversificada o centrarse en una única compañía), tipos de interés, cómo afecta la inflación o coste de una deuda. El 49% de España no está mal (estamos en el puesto 25 a nivel global, cerca de Francia, que tiene un 52%)… pero tampoco es para que nos sintamos satisfechos. Nuestra nota está a demasiada distancia de los países que encabezan la lista: Noruega, Dinamarca y Suecia llegan al 71%. Los países occidentales más ricos tienen una población mucho más preparada que la española en términos financieros. Y un apunte interesante (y preocupante): los jóvenes españoles (menores de 35 años) están peor preparados en estas cuestiones que sus mayores.
  • En el último examen de PISA, también se incluía un apartado de educación financiera, para que nuestros jóvenes (15 años) demostraran sus conocimientos en este campo. El examen incluía preguntas sobre cómo interpretar una factura, comparar precios o analizar alternativas sobre una oferta comercial. Los resultados tampoco fueron satisfactorios. Los alumnos españoles sacaron una nota media de 484 puntos, cuando la media de la OCDE es de 500 puntos. Entre los países de la UE que se sometieron al examen, estamos en los últimos puestos en esta materia, a mucha diferencia de estonios o belgas, los más destacados.Viendo el resto de los datos del informe no sorprenden las malas notas: España es uno de los tres países en el que menos alumnos reciben una asignatura específica sobre esta materia.
  • Por último, aunque no relacionado con la educación financiera en sentido estricto, sí que son importantes los resultados de PIAAC, el llamado PISA para adultos, un examen en el que se sometía a la población en edad de trabajar a pruebas sobre conocimientos matemáticos básicos y comprensión lectora. También aquí los españoles quedan por debajo de la media de la OCDE y muy lejos de los países del norte de Europa.

Llegados a este punto, podemos ver el vaso medio vacío o medio lleno. Si queremos ser pesimistas, podríamos pensar que nos queda mucho para alcanzar a los mejores (y es verdad). Si preferimos el lado positivo, hay que saber que la evolución en este tipo de pruebas ha sido favorable y que en los últimos años tanto los jóvenes como los adultos españoles han mejorado sus calificaciones. ¿Hay que trabajar?: Sí, pero el punto de partida no es desastroso. Pero lo primero es reconocer la importancia de la materia y asumir que nadie mejor que cada uno de nosotros para saber el estado de nuestras finanzas y tomar las mejores medidas para que nuestros ahorros y esfuerzos renten el máximo.

Impulsar la educación

PISA también destaca que la falta de competencia financiera ha sido uno de los factores que favorecieron la toma de decisiones financieras mal fundamentadas, muchas de las cuales están en la raíz de la actual crisis. Además, el informe establece una correlación muy estrecha entre la educación financiera y los buenos resultados educativos. La mayor parte de los países han incorporado la educación financiera en sus aulas, aunque ésta es una cuestión que, como ya hemos visto, en España todavía está pendiente.

En este contexto no sólo las instituciones públicas deben impulsar la educación y el conocimiento financiero, también las instituciones privadas, y más concretamente las entidades financieras, deben prestar especial atención. Banco Santander desarrolla, en colaboración con otras organizaciones, diferentes programas locales que transmiten a los niños la importancia del ahorro, preparan a los jóvenes que empiezan una vida independiente y ayudan a las familias en la toma de decisiones básicas como la compra de una vivienda, la elaboración del presupuesto familiar o prepararse para la jubilación.

En este sentido, en 2015 el Grupo Santander:

  • Ayudó a más de 136.000 personas mediante programas de educación financiera (talleres, cursos, guías y manuales…)
  • Ofreció a más de 27.000 empresarios acciones formativas, talleres y masterclass de capacitación financiera a través del programa Santander Advance.
  • En España, Banco Santander ha enfocado sus esfuerzos de educación financiera en programas como Finanzas para Mortales o Tus Finanzas, Tu Futuro en colaboración con Junior Achievement y la AEB.
  • Finanzas para Mortales persigue hacer más comprensibles los conceptos económicos a través de una web con cursos, vídeos explicativos y tutoriales. Así como a través de cursos y talleres de capacitación financiera en ONGs, y otras instituciones impartidas por los propios empleados del Banco.
  • El proyecto Tus finanzas, tu futuro tiene el objetivo de mejorar la cultura financiera de alumnos de secundaria de las escuelas públicas españolas. También a través de cursos impartidos por empleados del banco.

También a través de sus productos y servicios financieros, Santander impulsa la educación financiera de los más pequeños, así, incorpora en su nueva cuenta mini 1/2/3, la APP móvil 1/2/3, diseñada para que padres e hijos definan juntos retos y recompensas, con el seguimiento del cumplimiento de los objetivos a través de la entrega de estrellas o asignando un valor monetario a cada reto logrado, con lo que los más pequeños se pueden ir familiarizando con los valores del esfuerzo, el compromiso, el esfuerzo y la ilusión de los objetivos cumplidos.

Además de esta aplicación para tablets, los clientes que la contraten podrán acceder a una tarjeta prepago gratuita, pensada para evitar que los más pequeños tengan que manejar dinero en efectivo y cuyo uso se limitará a las cantidades que decidan los padres.

Efecto red

Todos estos programas y otros muchos que se están desarrollando deberían ser la primera piedra sobre la que edificar un futuro en el que la educación financiera sea una parte básica de la formación de adultos y jóvenes. No es ésta una cuestión en la que los resultados se vayan a ver al día siguiente de comenzar los cambios. Pero tampoco hay que subestimar las posibilidades de una buena formación y el efecto red que puede tener que una persona con unos conocimientos nuevos pueda transmitir en su círculo cercano.

Como decimos, España tiene margen de mejora, pero también una buena base sobre la que construir el edificio. El porcentaje de titulados universitarios entre los jóvenes es elevado y los últimos años han visto un incremento sustancial en el interés por la información económica. Si algo bueno ha dejado esta crisis que comenzó en 2007-08 es que nos ha enseñado que las decisiones financieras equivocadas pueden tener efectos muy dañinos.

El objetivo es claro: equipar al ciudadano medio con las herramientas necesarias para que la próxima vez que vaya a pedir una hipoteca, contrate una tarjeta de crédito o abra un plan de pensiones, sepa lo que está haciendo y si las características del producto se adaptan a su situación financiera, sus expectativas vitales, sus preferencia temporal o su nivel de aversión al riesgo. La idea es que el dinero, el interés, los préstamos y los activos financieros se conviertan en nuestros aliados. A todos nos cuesta mucho ganar cada día nuestro jornal. Saquémosle el máximo rendimiento posible a ese esfuerzo.

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