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¿Sacará Trump adelante su histórica rebaja fiscal? Argumentos para el optimismo y el pesimismo

Un vistazo a las cifras clave para hacer realidad la mayor rebaja tributaria en treinta años. 

Un vistazo a las cifras clave para hacer realidad la mayor rebaja tributaria en treinta años. 
Luces y sombras de las propuestas de rebaja fiscal que ha hecho Trump | EFE

Donald Trump sabe que bajar impuestos va en el ADN del Partido Republicano. Consciente de que el primer intento de tumbar la reforma sanitaria de Obama fue un fracaso, el nuevo presidente de los Estados Unidos ha cambiado el tercio y se ha adentrado en el debate tributario con una propuesta maximalista que despierta tanto entusiasmo como dudas.

Como explicó Libre Mercado, el mandatario propone bajar el Impuesto de Sociedades del 35 al 15 por ciento, adoptando además un modelo territorial que favorecería la repatriación de los beneficios obtenidos en el extranjero. Además, el magnate inmobiliario defiende la simplificación y la reducción de los tramos del Impuesto sobre la Renta, cuyo tope caería al 35 por ciento. En este gravamen, Trump propone también un mínimo exento de 24.000 dólares para las familias, frente a los 12.000 dólares vigentes.

Hay otros aspectos menos llamativos en el plan de Trump. Por ejemplo, el presidente del país del Tío Sam apuesta por acabar con un recargo fiscal aplicado a las rentas del ahorro. La tasa en cuestión, introducida en el marco de las subidas impositivas que supuso la reforma sanitaria de Obama, encarece un 3,8 por ciento el tratamiento tributario del ahorro. Por tanto, la fiscalidad pasaría del 23,8 al 20 por ciento.

Otro ejemplo es la propuesta de abolir el Impuesto de Sucesiones, un tributo que poco a poco ha ido desapareciendo en buena parte de las economías desarrolladas. En este caso, hablamos de una medida con notable carga política que, además, apenas supone recaudación en términos generales.

¿Cuadran las cuentas?

La Tax Foundation estima que aplicar las rebajas propuestas por Trump aumentará significativamente el PIB estadounidense, que sería entre un 6,9 y un 8,2 por ciento más grande si se aplica durante una década el marco fiscal que sugiere la Casa Blanca. En términos de empleo, la ocupación a tiempo completo crecería significativamente, añadiendo entre 1,8 y 2,2 millones de puestos de trabajo.

Pero, para que la propuesta salga adelante, el Congreso y el Senado van a mirar con lupa el impacto que tendrían las rebajas de Trump en las cuentas públicas. Según la Tax Foundation, los efectos dinámicos de la propuesta se estiman en un descenso de los ingresos fiscales que se movería en una horquilla que va de 260.000 a 390.000 millones anuales. Este puede ser el principal escollo para que prospere la rebaja que sugiere Trump.

Este año 2017 está previsto que el déficit del gobierno federal caiga a 612.000 millones de dólares. Por tanto, el modelo dinámico de la Tax Foundation nos dice que la propuesta de la Casa Blanca aumentaría el déficit fiscal hasta situarlo entre 872.000 millones y 1 billón. Los legisladores republicanos difícilmente darán luz verde a una propuesta así.

Por tanto, la lógica apunta a una aplicación parcial de la propuesta del Ejecutivo, avanzando hacia una fiscalidad más baja pero sin llegar a los extremos propuestos por Trump. Según la prensa especializada, los republicanos optarán por eliminar deducciones fiscales pero mantener las rebajas de tipos que sugiere la Casa Blanca.

En el caso de las empresas, el Impuesto de Sociedades puede evolucionar hacia un modelo de flat tax, sin apenas exenciones pero con un gravamen general más reducido. Para las familias, las deducciones para las donaciones, las hipotecas y el cuidado de los hijos serían las únicas que seguirían en pie.

Otro as bajo la manga es la aplicación de una tasa reducida a la repatriación de beneficios. Hay miles de millones de dólares durmiendo en el extranjero y la Casa Blanca está por la labor de facilitar la entrada de esos capitales pero, en vez de adoptar un modelo territorial, Trump podría pactar una tasa reducida del 10 por ciento para usar dichos beneficios como colchón que aminore la pérdida recaudatoria que dejará su reforma.

Así lo sugieren los asesores más influyentes de la derecha americana, aunque está por ver qué harán los legisladores de cabecera del Partido Republicano. De momento, Paul Ryan, Kevin Brady, Orrin Hatch y Mitch McConnell han destacado en un comunicado conjunto que las intenciones de Trump "se mueven en la dirección correcta". Sin embargo, también han aparecido informaciones que apuntan al malestar que habría generado la propuesta en las filas conservadoras, ya que la falta de realismo del plan de la Casa Blanca obligará a congresistas y senadores a hacer de poli malo y rebajar las expectativas de rebaja fiscal que ha despertado Trump.

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