La Agencia Tributaria acaba de publicar la estadística oficial de recaudación del Impuesto de Patrimonio en el año 2015, último ejercicio con datos finales disponibles. Si comparamos los datos que arroja el último informe de Hacienda con los de años anteriores, podemos comprobar cómo la Comunidad de Madrid ha logrado captar nuevas fortunas en virtud de su modelo de impuestos bajos.
Esta apuesta empezó hace más de una década, cuando el gobierno de la región estaba en manos de Esperanza Aguirre. En 2008, el Ejecutivo autonómico anunció la supresión del tributo, que por aquel entonces golpeaba anualmente a 169.485 declarantes. A raíz de esta decisión de Aguirre, el Gobierno de España movió ficha y eliminó el gravamen para toda España.
No obstante, la decisión del presidente Rodríguez Zapatero duró solo tres años, ya que el impuesto fue reintroducido en 2011. La nueva configuración del tributo habría golpeado a 14.885 madrileños, ya que el mínimo exento se revisó al alza. En cualquier caso, el Ejecutivo regional mantuvo la eliminación del cobro del gravamen, de modo que ningún contribuyente se vio obligado a pagar este tributo.
Un año después, en 2012, eran 15.585 los madrileños que se habrían visto obligados a abonar este impuesto. La cifra volvía a crecer en 2013, hasta los 16.153, y en 2014, alcanzando los 16.670. Por último, las estadísticas de 2015 señalan que 16.977 residentes en Madrid tendrían que pagar dicho impuesto de no ser por la decisión fiscal del gobierno regional.
Cada vez más grandes patrimonios
Estas cifras significan que, en plena crisis, Madrid ha captado 2.092 grandes patrimonios. Asesores fiscales consultados por Libre Mercado confirman que el marco de impuestos bajos ha contribuido significativamente a elevar el número de contribuyentes acaudalados que residen en la región de la capital. Y es que, además de la no aplicación de Patrimonio, Madrid también tiene el IRPF más bajo, así como un Impuesto de Sucesiones bonificado al 99%.
¿Y qué patrimonio tienen esas grandes fortunas? Las estadísticas también arrojan una evolución al alza en el período que va de 2011 a 2015. En el primer año de la serie, los contribuyentes que entran en esta categoría amasaban una fortuna media de 6,9 millones de euros. Esta cifra ha crecido año tras año, hasta llegar a 8,9 millones en el último ejercicio con datos disponibles (2015).