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Enfrentamientos y cismas en las grandes familias de empresarios catalanes

Los Daurella o los Raventós están divididos por el independentismo. 

Los Daurella o los Raventós están divididos por el independentismo. 

El independentismo no sólo genera duros enfrentamientos entre la clase política española. Es capaz de romper amistades y crear hostilidades hasta en las mejores familias. Esto es precisamente lo que está ocurriendo entre los parientes de algunas grandes empresas catalanas.

El cisma entre la presidenta de la embotelladora Coca-Cola European Partners, Sol Daurella, y su marido, el exvicepresidente del Barça, Carles Vilarrubí, es uno de los más conocidos. La máxima propietaria de la distribuidora de refrescos para Europa Occidental es una de las empresarias más ricas e influyentes de nuestro país.

Relacionada desde hace años con el separatismo, Daurella fue objeto de duras críticas cuando a finales de 2016 fichó por Diplocat, el Consejo de Diplomacia Pública de Cataluña impulsado por la Generalidad. El principal objetivo de este organismo es vender la imagen de una Cataluña independiente en el exterior.

Meses después, la empresaria renunció a su cargo y, desde entonces, decidió desmarcarse de todo lo relacionado con el órdago independentista.Esta posición es contraria a la de su marido, que dimitió de su cargo en el Barça, después de que el club blaugrana se negara a suspender el partido contra Las Palmas en protesta por el trabajo de las fuerzas de seguridad del Estado durante la jornada del referéndum ilegal. El claro posicionamiento de Vilarrubí a favor del separatismo también le costó el pasado mes de septiembre su cargo como vicepresidente de Banca Rothschild. La entidad no quería ver su imagen deteriorada.

El clan de los Raventós

Tal y como recuerda El Economista, también en otras familias catalanas se está produciendo discordia. El clan de los Raventós es uno de ellos. Los dueños de Codorníu se vieron obligados a publicar el pasado mes de septiembre un comunicado para desvincularse de la empresa Unipost, presidida por Antón Raventós Raventós.

Según aclaró Codorníu, "Unipost no es una sociedad del Grupo Codorníu y no tiene participación alguna en la misma". Sí es cierto que Antón Raventós es accionista minoritario de su compañía. La Guardia Civil encontró en la sede de Unipost notificaciones para las mesas y tarjetas censales para el 1-O.

La firma de cava dirigida por María del Mar Raventós ha trasladado recientemente su sede de Barcelona a La Rioja, y ha criticado publicamente los planes de Puigdemont.

El dueño de Gallina Blanca

Otra grieta se ha formado entre Artur Carulla, presidente de Agrolimen, y su socio Fernando Rodès. Ambos fundaron y participan ahora en el diario independentista Ara.

Carulla, que sí apoyó al expresidente Artur Mas, se ha negado a hacer lo mismo con Puigdemont. Todo lo contrario que Rodès, que mantiene la línea separatista. Agrolimen es propietaria de marcas como Gallina Blanca, Avecrem o la comida para mascotas Affinity. Puede que sea el miedo al boicot lo que le ha hecho dar un paso atrás a Carulla.

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