El sector financiero español experimenta uno de los mayores ajustes de su historia. El estallido de la burbuja crediticia internacional a mediados de 2007, el creciente proceso de digitalización bancaria y la irrupción de nuevos modelos de negocio ajenos al negocio tradicional, gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías, se ha traducido en una intensa reestructuración de empleo y oficinas a lo largo de los últimos años.
El I Estudio: Empleo Postcrisis en la Banca Española, elaborado por el sindicato del sector Federación Fine, recoge algunos de los principales indicadores sobre la evolución que ha registrado el sector antes y después de la crisis.
Así, en materia de empleo, bancos y cajas han reducido sus plantillas en más de 84.000 puestos de trabajo desde el estallido de la burbuja, lo que supone un descenso del 30%, "una caída sin precedentes", según el informe. A finales de 1997, la banca proporcionaba empleo a 247.361 trabajadores, según los datos oficiales del Banco de España. Su número creció hasta rozar los 280.000 a cierre de 2008 y ahora son menos de 200.000. Habría que retroceder a los años 80 para encontrar cifras similares.
Como consecuencia, los gastos de personal también ha caído un 22% tras el comienzo de la crisis.
Asimismo, el número de oficinas se ha reducido en casi 18.000 desde 2008, un 38% menos, hasta situarse por debajo de las 30.000 sucursales.
Pese a ello, España sigue contando con el mayor número de oficinas bancarias de Europa, si bien es cierto que la brecha con respecto a la media de la zona euro se ha estrechado de forma sustancial en los últimos años, al pasar de 10 a poco más de 6 sucursales por cada 10.000 habitantes.
Parte de esta reducción responde al exceso de capacidad instalada que se produjo durante la burbuja inmobiliaria, pero también al proceso de digitalización y, sobre todo, a la particular concentración bancaria que ha acontecido en los últimos años tras el rescate, liquidación y fusión de entidades financieras insolventes. No en vano, al comienzo de la crisis, en España operaban un total de 188 entidades bancarias, pero hoy su número se reduce a 105, lo que supone una caída del 44%.
Por último, el negocio gestionado por el sistema financiero -sumando activos y pasivos- creció de forma exponencial desde 1997, cuando rondaba los 800.000 millones de euros, hasta 2008, cuando rebasó los 3,4 billones, lo que supone un incremento del 427%. Sin embargo, desde el estallido de la crisis, el volumen bajo gestión ha bajado hasta los 2,6 billones, un 23,4% menos.
