Los negocios alrededor del Cristo de Medinaceli

Reserva de sitio en la cola, bares en los que comer o tomar un café, venta de paragüas y un largo etcétera. Son algunos de los negocios paralelos que han surgido alrededor del Cristo de Medinaceli.

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Cinco personas protegiéndose de la lluvia en las cercanías de Jesús de Medinaceli, en Madrid.

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Los primeros puestos de la cola en la calle de la Basílica de Jesús de Medinaceli están reservados desde hace días. Aunque sus titulares no estén presentes, algún objeto o silla con el nombre de su dueño guardan el sitio.

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Tres personas permanecen bajo un plástico colocado a modo de tienda de campaña para protegerse del frío y poder dormir por las noches.

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Cristian, uno de los primeros en la cola, minutos después de despertarse. Ha pasado la noche en el interior de la tienda improvisada que lo ha protegido de las inclemencias del tiempo y el frío.

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Un detalle del colgante con la imagen del Cristo de Medinaceli.

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En una hamaca está Paca, de 83 años. Conocida por todos los fieles en la cola, se protege con guantes y bufanda. El frío y la lluvia están muy presentes durante la larga espera diaria.

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Alfredo, afirma que gracias a la cola de Medinaceli consigue ganar "algo para comer". "Puedo vender 11 plazas hasta 100 euros por persona".

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Una mujer coloca un cartel en la fachada con su nombre y las personas que se colocarán en la cola en esa posición.

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Un hombre coloca su silla en las primeras posiciones de la cola de espera para el Cristo de Medinaceli.

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Juan Torres, Ángeles Bernardo, de Extremadura afincados en Madrid. Llevan 20 días en la cola.

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Varios carteles pegados en la pared con los nombres de las personas y su orden en la cola. Para respetar el turno en la cola y mantener un orden se llevan a cabo este tipo de prácticas.

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Christian y la dueña del bar Los Gatos, en la calle de Jesús, a pocos metros de la Basílica de Jesús de Medinaceli.

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Cajas de servilletas y papel se acumulan en el interior del bar Los Gatos, al lado de una imagen de la Virgen del Sagrado Corazón. Los días previos a la apertura de las puertas de la basílica del Cristo de Medinaceli los bares y establecimientos de la zona se preparan para la gran afluencia de clientes.

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Varias sillas colocadas en la cola en orden de llegada de sus dueños.

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Suely, Teresa y Leonor, guardan su sitio en la cola desde el día 15 de febrero.

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A decenas de metros, en la misma calle de Jesús, también se pueden encontrar lugares reservados. La cola llegará hasta la calle Atocha en las horas previas.