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El suculento sueldo de Carmen Martínez Castro, la secretaria de Estado de Comunicación

Carmen Martínez Castro ha sido objeto de la polémica por un desafortunado comentario este fin de semana. 

Carmen Martínez Castro ha sido objeto de la polémica por un desafortunado comentario este fin de semana. 

El nombre de Carmen Martínez Castro ha vuelto a saltar a la palestra. La secretaria de Estado de Comunicación y mano derecha de Mariano Rajoy hizo el pasado sábado un desafortunado comentario que le ha obligado a pedir disculpas.

"¡Qué ganas de hacerles un corte de mangas de cojones y decirles: Pues os jodéis!", comentó Castro a un compañero del PP alicantino con tan mala suerte que fue captada por un micrófono abierto. En ese momento, Mariano Rajoy asistía a un acto en la ciudad y estaba siendo recibido con pitadas y abucheos por un grupo de manifestantes que protestaban, entre otras cosas, por la subida de las pensiones.

"Muy fina no quedé, he de reconocer", ha dicho. "Fue un comentario jocoso con un amigo en una conversación privada", se justificó, pero "cuando pasa del ámbito privado al público, se convierte en unas palabras muy inadecuadas en fondo y forma".

112.145 euros brutos en 2017

La torpeza de la secretaria de Estado de Comunicación ha provocado una lluvia de críticas, sobre todo, teniendo en cuenta el suculento sueldo que ingresa al mes. Tal y como recoge Sueldos Públicos, esta cienmileurista cobró el año pasado la friolera de 112.145 euros brutos, una cifra que supera al salario del propio Presidente del Gobierno. Desde 2013, el sueldo anual de Castro no ha bajado de los 100.000 euros al año.

El complemento por productividad, cuya publicación desconoce qué criterios se usan para concederlo, es una de las partes que más peso tiene en el desglose de la nómina de la mano derecha de Rajoy. Castro cobró en 5.639 euros brutos al mes, que sumaron los 73.331 euros brutos en 2017 a los que habría que añadir 38.814 euros por productividad para llegar a esos 112.145 euros.

Algunos episodios de Rajoy con Castro se han convertido desde hace años en objeto de bromas y chascarrillos. El "¡Carmen, por favor!", que clamó el presidente del Ejecutivo para pedir a su compañera que le sacara de un grupo de periodistas hambrientos de preguntas, o el "¿dónde está Carmen?", que preguntó Rajoy cuando otra nube de medios de comunicación le abordaban en el Congreso, son los más famosos.

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