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La realidad de los 'riders' de Deliveroo y Glovo: sueldo de 1.500 euros al mes y total "flexibilidad" de horarios

Jóvenes y con un buen salario, así son los repartidores de estas nuevas plataformas.

Jóvenes y con un buen salario, así son los repartidores de estas nuevas plataformas.
'Rider' de Deliveroo | Europa Press

Deliveroo, Glovo, Uber Eats, Just Eat... Las empresas de reparto a domicilio están proliferando en España durante los últimos años. Independientemente del día, la hora y el pedido, se puede adquirir cualquier producto gracias a estas apps. A solo un golpe de click, el pedido de sushi para comer, los donuts para la merienda o las pizzas que acompañarán a una noche de Netflix estarán en menos que canta un gallo.

Todo esto es posible gracias al motor que mantiene con vida estas empresas: los denominados riders. Miles de jóvenes de edades comprendidas entre los 18 y los 35 años, recorren las calles de las principales ciudades españolas a lomos de una bici, moto e, incluso, algún valiente reparte pedidos a pie. Son autónomos y, debido a esta forma jurídica, disponen de un "trabajo flexible y bien remunerado", como aseguran desde Deliveroo.

En Libre Mercado hemos querido conocer las condiciones de estos trabajadores de forma personal. Para ello, es necesario recorrer el centro de Madrid de punta a punta, ya que la mayoría de los riders se encuentran por esta zona.

Luis y Rubén. Puerta del Sol

Entre personajes de Disney, músicos callejeros y masas de turistas, en la sombra que otorga un quiosco se encuentran Luis y Rubén. Estos venezolanos de 24 y 29 años trabajan para Glovo y Uber Eats. Ambos llevan dos meses en España y cerca de uno trabajando en estas compañías. Repartir comida lo ven como "un trabajo temporal" y "una buena manera de ingresar algo de dinero al mes". Con unos dos pedidos a la hora recorren de tres a diez kilómetros en bici por 5-10 euros. Tienen completa libertad para rechazar cualquier pedido en un trabajo que definen como "flexible". Pueden cogerse "el día libre si tienes algún problema", aunque "te suelen bajar las recomendaciones".

Estas empresas funcionan por un sistema de incentivos. Cuanto más tiempo lleven en la compañía, más días trabajen y menos pedidos rechacen, mayor puntuación tendrán. Los riders entran en una especie de ranking que, dependiendo de la posición en la que se sitúen, pueden trabajar más o menos horas (hasta un máximo de 40 por semana).

Como llevan poco tiempo, Luis y Rubén cobran entre 700 y 800 euros mensuales. Esperan ganar más en unos meses, ya que de momento no piensan cambiar de trabajo. "Estuve trabajando en un bar y aguantaba muchas humillaciones, al menos aquí nadie me grita", asegura Rubén. Luis tenía que irse, le había "entrado" un pedido.

Keiver, Frankie y Diego. Tribunal

Cerca del metro Tribunal, a escasos metros de un parque, varios repartidores esperan sentados a que su jornada empiece. Entre broma y broma, hinchan las ruedas de sus bicis y comprueban que las cadenas no estén sueltas. Keiver trabaja para Deliveroo, le delata el uniforme de la compañía: un chubasquero reflectante azul y gris. Vino de Venezuela hace dos años y medio año y, después de dejar las maletas, empezó a repartir a base de pedalear, aunque también tiene moto para poder descansar. "Aun así prefiero la bici, porque me ahorro la gasolina".

Conoció Deliveroo a través de un amigo que se lo recomendó. "Es el mejor trabajo para empezar en el extranjero" porque "eres tu propio jefe". Tiene la posibilidad de cancelar los pedidos que quiera. "No cojo los más largos porque no sale rentable". Sin embargo, en las horas de alta demanda, de viernes a domingo de 21:00 a 23:00, es mejor trabajar porque si no "te bajan la calificación". Keiver cobra un mínimo de 4,25 euros por encargo y una media de 5 euros. Como trabaja cuarenta horas semanales, ingresa unos 1.600 euros al mes. Al no existir exclusividad, también trabaja de vez en cuando en Glovo. De momento se queda en Deliveroo, lo prefiere "mil veces más" a su antiguo trabajo: repartir flyers.

Sentado con tres amigos, se encuentra Frankie. A sus 33 años huyó de la situación en Venezuela y empezó a trabajar en Deliveroo. Un año después sigue repartiendo con su moto aunque lo ve como algo temporal. "Me quedaré hasta que encuentre algo fijo, pero hasta entonces aquí estoy bien", asegura. Frankie estuvo como camarero en un bar y no piensa volver a soportar los gritos de su jefe.

A pocos metros del grupo de repartidores, está Diego. Licenciado en ADE en Venezuela, asegura que se encuentra "excelente". Lleva un mes en Deliveroo y agradece tener ingresos, ya que "sino todo el colchón que traes se gasta". Él cobra 1.100-1.200 euros al mes, pero asegura que se puede llegar a ganar 2.500 si se trabaja más horas. Además, al principio "la cuota de autónomo son unos 50 euros". Solo tiene 23 años así que espera trabajar "de lo suyo" en un futuro.

Adriana. Glorieta de Bilbao

"Casi el 100% de los gloveros que te encontrarás son de Venezuela". Adriana dejó con solo 19 años el país y la carrera de Medicina "por la mala situación en la que estamos". Glovo ha sido su forma de ingreso durante el último mes. Trabaja unas 20 horas semanales y embolsa cerca de 500 euros netos. No suele rechazar los pedidos, ni siquiera en los días de lluvia en los que le dan un bono de 1,50 euros por pedido. Lo más peculiar es que las entregas las realiza a pie. "Me robaron el sillín de la bici y desde ese momento prefiero ir andando. Glovo es mi gimnasio particular". Asegura que es muy fácil acceder al trabajo y no lo dejaría porque tiene "la disponibilidad de elegir" y, así, poder ver a su novio que trabaja en un bar.

Cerca de Adriana, un chico de unos 25 años coge una bici y emprende su marcha. Parecería un ciclista más de Madrid, pero le delata el chubasquero.

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