El Banco Central Europeo ha publicado un interesante estudio de Henri Maurer y Patrick Grussenmeyer que calcula el impacto fiscal de los distintos "rescates" financieros aprobados en los países integrados en la Eurozona. Este ejercicio pone de manifiesto que, pese a la magnitud de los desembolsos asumidos por nuestro país, España no ha sido, ni por asomo, el país del Viejo Continente que más recursos ha comprometido a este fin.
El trabajo de Maurer y Grussenmeyer tiene en cuenta todo tipo de operaciones de apoyo al sector financiero y cubre el período que va de 2008 a 2013. Por tanto, es un ejercicio casi definitivo para abordar esta cuestión, con la salvedad de las inyecciones adicionales que se han aprobado en Grecia en los años 2014 y 2015.
Si nos fijamos en el impacto de los "rescates" en el protocolo de déficit excesivo, encontramos que el coste más alto es el que asumieron los contribuyentes irlandeses, donde las medidas de apoyo al sector financiero supusieron un desembolso equivalente al 27,7% del PIB. Grecia figura en segundo puesto, con un 23% del PIB, aunque esta cifra no incluye el coste de las ayudas aprobadas en 2014 y 2015.
El coste de los "rescates" también se movió por encima del 10% en Eslovenia, Chipre y Portugal. El primero de estos tres países desembolsó fondos equivalentes al 14,2% del PIB, mientras que Chipre aumentó su deuda en una magnitud cercana al 11% del PIB y nuestros vecinos lusos elevaron su deuda con diversas medidas de auxilio que supusieron el 10,3% de su PIB.
Alemania, muy por encima de España
El caso alemán no ha generado polémica por el buen desempeño fiscal del país teutón. Sin embargo, las medidas de apoyo que ha dictado el Ejecutivo teutón han tenido un coste relativamente elevado, cercano al 8,8% del PIB. No anda lejos Países Bajos, donde el coste de estas medidas se movió cerca del 8% del PIB. El estudio también incluye el caso de Reino Unido. Aunque no se trata de un país miembro de la Eurozona, Maurer y Grussenmeyer han estudiado su situación fiscal, concluyendo que sus "rescates" financieros han tenido un coste cercano al 8% del PIB.
Algo más bajo es el coste registrado en Austria (5,8% del PIB), Luxemburgo (5,5% del PIB) o Letonia (5,4% del PIB). Justo a continuación aparece España, donde los "rescates" aprobados entre 2008 y 2013 tuvieron un impacto sobre el protocolo de déficit excesivo equivalente al 5,3% del PIB. Esto supone más de 50.000 millones, pero también implica un coste menor que el registrado en otros países de nuestro entorno. Cerca de nuestro registro, aunque con un coste más reducido, estaría el 4,8% del PIB observado en Bélgica.