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Pagar por entrar al probador, el golpe definitivo para la tienda física

La propuesta de la consejera de Castilla y León "causaría el efecto contrario porque que iría menos gente" al local, explica un experto de marketing. 

La propuesta de la consejera de Castilla y León "causaría el efecto contrario porque que iría menos gente" al local, explica un experto de marketing. 
Propuesta de la consejera de Economía de Castilla y León | Alamy

Pagar por probarte una prenda en el probador. Así piensa la consejera de Economía y Hacienda de Castilla y León, María del Pilar del Olmo, que la tienda física le puede plantar cara al comercio online.

Del Olmo hizo esta insólita propuesta esta semana, en una Conferencia Sectorial del Comercio a la que acudió la propia ministra del ramo, Reyes Maroto. La consejera cree que la tasa al probador evitaría que los clientes acudan a las tiendas a probarse ropa que luego acabarán comprando por internet más barata. Hay que "cobrar por probarse (ropa) en las tiendas. Sino, la gente lo compra después en las grandes compañías que venden en internet", aseguró.

Esta práctica es conocida como Showrooming y la realizan los clientes que acuden a los locales a mirar, tocar y probarse los productos que luego acabarán adquiriendo vía online a un mejor precio. En muchas compañías como Zara sus compradores no tendrán esa opción ya que los precios en ambos canales son los mismos. Es difícil saber cuántas personas se marchan de la tienda para entrar en su ordenador en busca del mismo producto que acaban de ver con sus propios ojos en el establecimiento, pero lo que el profesor de marketing del EAE Business School, Gaietá García, tiene claro es "nadie puede pararlo".

Aunque la propia consejera se atrevió a calificar su idea de cobrar en los probadores de "innovadora, motivadora y revolucionaria" para el pequeño comercio, el profesor la rechaza de pleno. "De hecho, causaría el efecto contrario porque que iría menos gente. Ya hay aplicaciones de realidad virtual que te permiten simular cómo te quedaría la prenda. La batalla la tienen perdida", asegura García. Parece ser que Del Olmo no ha logrado entender que si las tiendas físicas están perdiendo adeptos quizá cobrar a sus visitantes no es una buena manera de hacer que vuelvan.

"Comprar por internet es comprar tiempo"

"A la idea de la consejera le falta reflexión respecto al verdadero impacto que generará. Creo que ha sido un pensamiento expresado en voz alta, un globo sonda", comenta el profesor. Del Olmo no ha dado más detalles de la propuesta: ni de cuánto deberían cobrar las tiendas, ni de si se cobraría por prenda, por cliente o por conjunto.

"Los consumidores compran por internet y van a seguir comprando cada vez más. Cuando compras por internet estas comprando tiempo, el evitar salir de casa y el llegar cargado. Eso vale mucho", recuerda el experto. Para García, las tiendas que quieran sobrevivir deberán trabajar en "la atención personalizada, la especialización y en hacer del servicio que ofrecen un factor diferencial". Para eso, "es imprescindible incentivar la formación del vendedor y que consiga cerrar la venta allí", recomienda.

García vaticina que a los establecimientos que no puedan seguir sus consejos no les quedará otro remedio que echar el cierre. "Lo hemos visto con los videoclubs y lo veremos también con las tiendas, aunque me sepa mal, porque son puestos de trabajo que se perderán. Desgraciadamente, hay productos estándar, como los libros, que no podrán competir con internet", de cara al futuro. El profesor cree que la tienda física que ofrezca "servicios personales y productos a medida", será la que se salvará. Y sin necesidad de pasar por caja por usar el probador.

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