El informe Consumer Reports, que valora el sistema más completo en cuanto a la asistencia al conductor, ha vuelto a darle un varapalo a Tesla. La marca liderada por Elon Musk competía con Nissan, Volvo y Cadillac para hacerse con el premio al mejor sistema de piloto automático.
El estudio ha concluido que ninguna de las compañías cuenta con un sistema completo de autoconducción de acuerdo con los seis parámetros fijados por la Administración Nacional de Seguridad del Transporte de Carreteras. Sin embargo, los cuatro sistemas que ofrecen al conductor un mayor respiro en las tareas de conducción más repetitivas son los desarrollados por Nissan, Volvo, Tesla y Cadillac. No se valora un modelo de vehículo concreto, sino el sistema de la marca.
El sistema de Cadillac ha sido el único que anotó la máxima nota media en las cuatro categorías evaluadas. Por tanto, el sistema de la compañía se corona como el más "cómodo y seguro" de usar, ya que aporta al conductor todas las comodidades necesarias porque le evita tener que hacer las tareas más repetitivas, pero no por ello es un sistema más inseguro, sino todo lo contrario. Tesla, por su parte, anotó la peor nota en la categoría ‘Keeping Driver Engaged’, aunque superó a Cadillac en ‘Capability & Performance’.
"Hemos evaluado la mejor capacidad de los sistemas a la hora de hacer una conducción más fácil y menos estresante en cada situación. Sin las protecciones adecuadas en el sistema, un exceso de confianza puede poner en riesgo a los conductores. Por eso es importante que sea fácil, pero seguro", explicó Jake Fisher, directo de pruebas de Consumer Reports.
El sistema de Cadillac utiliza una cámara que apunta a la cara del conductor para detectar en su visión si está distraído o somnoliento. De esta manera, el sistema puede evitar posibles distracciones que, en ocasiones, son las causantes de accidentes de tráfico.
Aun así, los conductores siguen sin mostrarse muy confiados con los sistemas de autoconducción. Tal y como se puede observar en el último estudio de Axios, los estadounidenses siguen viendo como "poco seguros" los sistemas de total autoconducción, como los que tienen los coches autónomos.