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Alberto Nadal: "Queremos que España tenga uno de los sistemas fiscales más atractivos de Europa"

El responsable económico del PP tilda de "chapuza" el plan presupuestario de Sánchez y aclara aLibre Mercado sus negativas consecuencias.

El responsable económico del PP tilda de "chapuza" el plan presupuestario de Sánchez y aclara aLibre Mercado sus negativas consecuencias.

Alberto Nadal no sólo es el responsable del área de Economía y Empleo del PP, bajo los nuevos mandos de Pablo Casado, sino que conoce de primera mano la gestión y el manejo de las cuentas públicas, ya que ocupó el cargo de secretario de Estado de Presupuestos y Gastos del Ministerio de Hacienda en la última etapa de Mariano Rajoy en el Gobierno.

Libre Mercado se ha reunido con Nadal para analizar los Presupuestos Generales del Estado de 2019 que pretende aprobar el Gobierno de Pedro Sánchez, con el apoyo de Podemos y partidos separatistas, justo después de que Bruselas haya lanzado sus primeras advertencias sobre la particular deriva fiscal de los socialistas.

- ¿Por qué los Presupuestos de Sánchez son "ilegales", si es que lo son?

De momento, los PGE de Pedro Sánchez ni siquiera los tenemos. Solo existe un plan presupuestario. Además, se ha cambiado unilateralmente la senda de déficit sin que las instituciones europeas hayan validado tal modificación. Y, no lo olvidemos, el Gobierno está intentando sortear el control de las Cámaras, tanto en el Congreso como en el Senado.

El Gobierno de Sánchez ya ha dejado claro que está dispuesto a aprobar una cosa y luego hacer otra, es decir, aprobar primero unos Presupuestos con un déficit del 1,3%, tal y como establece la senda vigente, y luego ejecutar otros con un desvío del 1,8%. Están engañando a la Cámara, están engañando a Bruselas y están engañando a los españoles.

Y lo peor es que esto es una chapuza impresionante. Estamos hablando de las cuentas de las Administraciones Públicas, estamos hablando del sueldo de los funcionarios, de las pensiones, de las infraestructuras, de la competitividad del país, de cómo vamos a pagar la Educación… Es de una irresponsabilidad absoluta.

- ¿Lo aceptará Bruselas?

La Comisión siempre reacciona prudentemente. Sólo actúa cuando se producen incumplimientos, y estos no los conoceremos hasta marzo de 2020. Con eso está jugando el Gobierno. Por el momento, lo que hará la UE serán advertencias, pero dará un voto de confianza a España, como se lo ha dado a todos los estados miembros, ya que, hasta ahora, estábamos cumpliendo los objetivos. Pero no me cabe duda de que los funcionarios europeos van a revisar con lupa el plan presupuestario de Sánchez.

- ¿Qué es lo más grave de estas cuentas?

Que van en contra de las dos necesidades fundamentales que tiene la economía española. Por un lado, la creación de empleo -todavía mantenemos una tasa de paro del 15%, esa herida aún no se ha cicatrizado-. Y, por otro, el altísimo endeudamiento público, que es la mayor vulnerabilidad de la economía española. Retrasar la reducción del déficit y del endeudamiento nos hace mucho más vulnerables y más proclives a una posible recesión.

Este plan es la semilla de la próxima crisis. Ahora mismo, la economía tiene una inercia positiva, creciendo al 2,5%, pero con medidas así se sientan las bases de un deterioro económico progresivo. No se avanza en la dirección correcta, sino en la contraria. Nos italianiza en el sentido de que empezamos a incumplir y a ir detrás en lo que se refiere a reducción del déficit y la deuda, que es lo que más preocupa de Italia.

- ¿Pero esto no es un poco lo que hacía también Montoro? El anterior Gobierno de Rajoy siempre enviaba un objetivo de déficit al presentar los Presupuestos y, al poco tiempo, se negociaba con Bruselas un cambio al alza…

Nosotros llegamos al Gobierno con un déficit público de 9 puntos de PIB, que nos dijeron que eran 6, y teníamos que salvar la economía española de la quiebra. En cuanto pudimos, en 2015, bajamos los impuestos. Siempre que hemos ganado espacio fiscal, lo hemos usado en bajar impuestos. La actual situación no tiene nada que ver. Nosotros hemos dejado una economía creciendo al 3%, habiendo reducido el déficit en dos tercios y habiendo empezado a reducir la deuda pública. No había ninguna necesidad de subir los impuestos, ninguna. Al contrario, era el momento de ganar espacio fiscal para poder bajarlos aún más.

- Entre las subidas de impuestos anunciadas por Sánchez, se incluye uno sobre los servicios digitales. ¿Cómo lo valoras?

Las cuentas que ha hecho el Ministerio de Hacienda son las cuentas del gran capitán. Se hacen cálculos suponiendo que crear una nueva tasa no va a generar un cambio repentino en el comportamiento de los agentes económicos. ¿Alguien se cree que las empresas no van a mover ficha, que no van a reaccionar, que no van a cambiar su comportamiento? Peor aún: este gravamen ni siquiera estaría armonizado con el resto de Europa, de modo que su aplicación será aún más compleja.

- ¿Qué te parece, en general, la nueva política fiscal del Gobierno?

Lo que busca Sánchez es plantear medidas tributarias que no se entiendan mucho, diciendo, además, que no van a afectar a los ciudadanos, lo cual es falso porque todos los impuestos acaban afectando a los ciudadanos. Es una subida impositiva importante, pero va a recaudar menos de lo que dicen y va a generar muchas distorsiones, y, por si fuera poco, su aplicación va a ser muy farragosa. Será muy negativo para la economía española.

- El PSOE insiste en que sólo lo pagarán los ricos...

Las subidas fiscales las paga el conjunto de los ciudadanos. Si anuncias un impuesto a las transacciones financieras, quizá parecería que ese gravamen va a golpear al sector financiero, pero no es así. Millones de españoles tienen fondos de pensiones y, cada vez que sus gestores compren o vendan acciones, van a pagar ese gravamen. Lo mismo ocurre con los impuestos al diésel, que encarecerán el repostaje a 17 millones de conductores, o la tasa tecnológica, que también se repercutirá a los clientes.

El sujeto pasivo del impuesto sobre hidrocarburos y el tabaco son las petroleras y las tabaqueras, pero ¿alguien duda de que pagas el impuesto en el litro de gasolina o en la cajetilla de tabaco? Pues aquí va a ocurrir exactamente lo mismo.

- ¿Qué opinas del aumento del 22% en el SMI, hasta 900 euros al mes?

Lo racional es que, con crecimiento económico, los salarios tengan garantizada su participación en ese mayor progreso. Por eso, nosotros dejamos el gobierno pactando una subida del SMI que estaba vinculada al crecimiento económico. Pero esta subida se queda al margen de todo eso, de modo que tiene un efecto muy distinto. Si forzamos una subida salarial sin ser fruto de ese crecimiento económico, lo único que generas es inflación, pérdida de poder adquisitivo, pérdida de competitividad y desempleo.

Para subir los salarios el secreto está en mantener el crecimiento económico, la creación de empleo y la productividad. Eso es lo que, a largo plazo, hace que suban los salarios y que estos sean sostenibles en el tiempo. No se puede hacer vía BOE.

- El Gobierno también quiere fijar precios máximo al alquiler, ¿qué consecuencias tendrá?

La demanda de alquiler está creciendo más deprisa que la oferta. Se puede flexibilizar la oferta para que satisfaga ese aumento de demanda o, alternativamente, imponer una cartilla de racionamiento, que es lo que está haciendo el Gobierno, pero las consecuencias de esto último será la reducción de la oferta de alquiler. Necesitamos más viviendas en alquiler, no menos, y para eso tenemos que eliminar trabas burocráticas e incentivar a los propietarios de viviendas vacías para que las saquen al mercado. Las medidas del Gobierno, por el contrario, son de corte absolutamente soviético y su efecto final será, justamente, el contrario.

- ¿Es sostenible financieramente volver a indexar las pensiones al IPC?

Las pensiones tienen que mantener el poder adquisitivo a medio y largo plazo, pero esto hay que hacerlo siempre y cuando reduzcamos el crecimiento del gasto en el resto de las administraciones para compensar ese mayor coste. Lo que no es sostenible es aumentar las pensiones por un lado, al tiempo que aumento el gasto de las CCAA e incremento todas las políticas sociales porque, todo a la vez, no se puede.

Y, en segundo lugar, hay que tener en cuenta otras variables, ya que no es lo mismo estar en recesión que estar en una situación de expansión económica. A los jubilados hay que darles un horizonte de mantenimiento del poder adquisitivo, pero siempre pensando en la sostenibilidad a largo plazo.

- ¿Debería España transitar hacia un nuevo modelo mixto o de capitalización, a imagen y semejanza de lo que sucede en otros países?

Lo que tenemos que hacer es aumentar la tasa de ahorro española y que los españoles vean con más naturalidad invertir en activos financieros, fondos de pensiones y de inversión como forma de administrar su dinero. Hay que incentivar más el ahorro, sobre todo a largo plazo.

- El PSOE parece que también apuesta por el cierre de las nucleares y volver a fomentar las renovables. ¿Nos lo podemos permitir?

España está llamada a ser una gran potencia en energías renovables, pero ese es un futuro que va llegando poco a poco, conforme esas fuentes de energía maduren y se vayan abaratando. Pero, hasta entonces, hay que preguntarse cuál debe ser la política energética para llegar a ese futuro sin encarecer los costes artificialmente, lo cual nos haría perder competitividad. Por lo tanto, hay que aprovechar y exprimir al máximo los activos que tenemos, como es el caso de las centrales nucleares y térmicas, siempre y cuando se mantengan los objetivos medioambientales y las condiciones de seguridad.

En cuanto al fomento de las renovables, el Gobierno del PP hizo subastas por 8.000 MW a prima cero, lo cual significa que se empiezan a dar las condiciones para poder introducir energías renovables sin costes adicionales para los consumidores.

- ¿Cuáles serían las tres primeras medidas que debería adoptar un Gobierno presidido por Pablo Casado?

Revertir todas las subidas impositivas que introduzca el Gobierno de Pedro Sánchez; volver a la senda de reducción del déficit público, con control del gasto, para eliminar el endeudamiento de la economía española; y, en tercer lugar, revertir también todos los cambios que se produzcan en las reformas estructurales llevadas a cabo por el PP y que tan buenos frutos han dado en materia económica.

- El PP propone ahora una especie de revolución fiscal. ¿Cuáles serían sus ejes?

Queremos que España sea híper-competitiva en materia fiscal, que ninguna empresa deje de invertir en España porque nuestro Impuesto de Sociedades es superior al de los demás, que ningún profesional deje de venir a España porque nuestro tipo marginal del IRPF es más alto que el de los demás, que ningún puesto de trabajo se deje de crear porque nuestras cotizaciones sociales son más altas que las de otros países de nuestro entorno.

Tenemos que apostar por unos impuestos cuyo eje central sea el crecimiento, la creación de empleo y la atracción de tecnología y talento. Y la única manera de conseguirlo es convirtiendo el sistema fiscal español en uno de los más atractivos del continente europeo.

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