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Los 'herederos extraños': los contribuyentes a los que Hacienda no perdona

"Cuidé de mi madrina hasta que murió en mi casa, pero soy una extraña para Hacienda", cuenta una afectada.

"Cuidé de mi madrina hasta que murió en mi casa, pero soy una extraña para Hacienda", cuenta una afectada.
Los herederos de los Grupos III y IV no se benefician de las bonificaciones | Alamy

Murcia, Andalucía, Extremadura, Aragón… en los últimos tiempos han sido muchas las regiones españolas que han decidido bonificar casi la totalidad del Impuesto de Sucesiones. El tributo a la muerte es uno de los que más hiere la sensibilidad de los contribuyentes, ya que a la pérdida que supone el fallecimiento de un familiar, hay que añadirle el afán recaudatorio de las Administraciones por unos bienes que ya tributaron en el pasado.

Las presiones ciudadanas contra este impuesto han dejado estampas insólitas en nuestro país en los últimos tiempos, como las manifestaciones de contribuyentes pidiendo el fin Sucesiones por las diferentes calles de España. La Comunidad de Madrid, que tiene bonificado el tipo al 99%, ha servido de ejemplo para el resto de Gobiernos autonómicos, pero hasta en esta región son necesarios los matices.

Y es que la bonificación del 99% del Impuesto de Sucesiones en la Comunidad de Madrid sólo incluye "a los herederos o donatarios que sean descendientes, ascendientes, cónyuge o pareja de hecho del causante o donante". Estos herederos son los que pertenecen a los Grupos I y II de parentesco del impuesto, por lo que es importante tener en cuenta que heredar, por ejemplo, entre hermanos no está bonificado al 99% ni siquiera en la Comunidad de Madrid.

De hecho ha sido este mismo mes cuando la región que preside Ángel Garrido ha anunciado la primera bonificación de las herencias que se realicen entre hermanos, tíos y sobrinos, que son los familiares incluidos en el Grupo III. Se trata de la única región que va a bonificar estos grados de parentesco, aunque el ahorro fiscal para los herederos será mucho más pequeño: del 15% en el caso de los hermanos y del 10% para tíos y sobrinos.

Así, cuando las regiones se dan golpes de pecho anunciando que eliminan el Impuesto de Sucesiones, es importante aclarar que, en muchas ocasiones, establecen máximos a la valoración del patrimonio del fallecido para aplicar la rebaja fiscal (en el caso de Aragón se bonifica hasta los 500.000 euros) y también, que no incluyen en sus medidas a los familiares del Grupo III. Y ni que hablar de los miembros del Grupo IV, que son los familiares con grados más distantes o los llamados herederos extraños.

"No somos extraños. Murió en mi casa"

Silvia (nombre ficticio) es una de esas herederas extrañas, que ha sufrido el expolio de Hacienda desde la muerte de su madrina en un pueblo de Extremadura. "Te llaman extraña, que hasta el nombre es injusto, ¿se creen que la gente es tonta y le va dejando sus bienes a un desconocido que se encuentra por la calle?", se pregunta indignada.

La madrina de Silvia era una señora soltera amiga de la familia, por lo que no tenían una relación de parentesco, aunque "el trato con ella era diario desde que yo era pequeña", según relata. La relación era tan estrecha que Silvia"iba a verla todos los días después de salir del colegio y ella me llevaba a todas las comuniones y bautizos de su familia. ¡Hasta mi madre sentía un poco de celos!", cuenta.

Con el paso de los años, Silvia y su madrina siguieron unidas, pero "la mala suerte quiso que enfermara y en dos meses se nos fue", recuerda entristecida. La heredera estuvo "en todo momento pendiente de su enfermedad y llevándola al médico… hasta que murió en mi casa, pero soy una extraña para Hacienda", asegura.

Su madrina le dejó a Silvia un importante patrimonio, pero la Administración se ha embolsado el 25% de su valor. "Te mandan una carta y te roban. Te empiezan a poner coeficientes multiplicadores y es imposible enterarse de nada. Me siento ultrajada. ¿Para qué se estuvo sacrificando ella toda su vida ahorrando?", se lamenta la beneficiaria.

"No puedes decidir libremente sobre tu patrimonio"

Silvia quiere que su testimonio sirva para que losherederos extraños puedan optar a "las mismas bonificaciones que cualquier otro familiar, al menos, en los casos en los que se puedan demostrar los cuidados" que ha recibido el fallecido por su parte. "Si ella hubiera sido mi madre sí hubiera tenido bonificación, aunque ni siquiera la hubiese cuidado", apunta.

La heredera también pide a los Gobiernos regionales, quienes tienen transferido el Impuesto de Sucesiones, que dejen de ignorar a los beneficiarios del Grupo IV a la hora de acometer sus medidas. "Yo soy soltera y no me van a dejar decidir libremente sobre mi patrimonio el día que me muera. Si el día de mañana tengo la suerte de encontrar a alguien en la vida que me acompañe como mi madrina me encontró a mí, no podrá disponer de todo mi patrimonio porque la Administración considera que es un extraño y entonces, se quedará una parte", denuncia.

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